La tarde de este lunes, el compositor Benjamín Gutiérrez recorría el interior de la iglesia de Guadalupe junto con el director Eddie Mora . “Soy un hijo de Guadalupe”, recordaba Gutiérrez, nacido allí en 1937. En el templo vacío, sus pasos y sus voces se amplifican, y Mora lo nota en un segundo. Este viernes, en un concierto gratuito en la iglesia, el director presentará el nuevo disco de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), Benjamín Gutiérrez. Su música .
Por meses, han conversado en persona y por teléfono para afinar las notas del disco, que precede al álbum de la orquesta nominado al Grammy Latino Música de compositores costarricenses, vol. 1 . “En el medio [musical], todos hemos conversado o discutido algo con él... pero su música, desde mi óptica, sigue siendo desconocida”, lamenta Mora.
Fuerza. En el álbum, se recuperan composiciones desde los años 60 hasta los 80, que, en realidad, no se escucharon en su tiempo. “Al maestro lo conocen y algunas de sus obras: la Pavana , el Homenaje a Juan Santamaría , pero las generaciones jóvenes se van a llevar una sorpresa cuando escuchen el Concierto barroco ”, afirma el director de la Orquesta Sinfónica de Heredia.
“¡Y yo tengo un canasto ahí en la casa, lleno de música...!”, bromea Gutiérrez. Recuerda que en los años 60, cuando estudiaba en Estados Unidos , el compositor francés Darius Milhaud –cuya música también se escuchará el viernes–, le dijo que no debía preocuparse por la incomprensión al volver a casa. “Una de las cosas que me dijo fue: ‘A usted no le estamos enseñando a escribir para este siglo; para su país es para el siglo próximo’”, asegura el compositor.
Para Mora, la ruptura que provoca Gutiérrez se explica porque hasta mediados del siglo XX se componían música de salón y música religiosa en Costa Rica. Con compositores como Bernal Flores y Gutiérrez se renovaron estilo y temas.
“La música del maestro Gutiérrez es sofisticada a pesar de que se escucha fácilmente. Tiene obras en las que aplica técnicas de composición muy novedosas de entonces; fueron sus herramientas expresivas”, describe Mora.
“La música de Gutiérrez incorpora la polifonía; la forma de las obras se vuelve más complejas, y ya no es más solamente el lenguaje armónico”, agrega.
A partir de los años 70, con la profesionalización de la OSN, Gutiérrez prosiguió su carrera como compositor y pianista, pero es hasta ahora que puede escuchar las notas que imaginó interpretadas por una orquesta completa. “No creía que esto iba a ser posible. Ya me había olvidado de esas obras”, confiesa.
“La música de vanguardia les gusta más a los jóvenes por las sorpresas que les da”, considera el maestro, quien asegura que, si él fue de la primera generación de avanzada, la de Mora hereda esa voluntad de innovación.
Para Gutiérrez, la música de Mora es como la del viento arremolinado en una montaña; si siguiéramos en la línea de la poesía, podríamos pensar en la de Gutiérrez como los tintes multicolores de los vitrales en el templo. El maestro se llama a sí mismo un “romántico”.
El descubrimiento, aunque sea de obras de hace 50 años, sigue pendiente. “Nosotros estamos en un territorio virgen, un territorio nuestro, donde podemos inventar nuestro propio destino”, asegura el compositor.
“Por supuesto que tenemos una voz propia. Es más: tenemos una línea de composición propia. Todavía no está identificada en la parte musicológica, histórica”, explica Mora. Con la OSH, también ha grabado álbumes de música tica –aún hoy, por conocer–.
“La música de Benjamín Gutiérrez es parte de esa voz que reclama su existencia”, añade.
El concierto de presentación del disco Benjamín Gutiérrez. Su música se realizará en la Iglesia de Guadalupe el viernes 6 a las 7 p. m. La entrada será gratuita.