Nelly x Arend: el dúo que juega con las reglas del folclor guanacasteco

Las canciones de un abuelo e instrumentos de nueva generación se cuajan a la perfección en la música de estos artistas. Juntos han publicado tres discos que definen como “nuevo folclor”.

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Nelly Juárez y Arend Vargas no tenían planeado hacer un disco, ni siquiera formar una banda. Estos dos músicos ticos, criados en Tibás, solo tenían el plan de grabar un par de canciones del abuelo de Nelly, pero temas que nunca se habían grabado antes.

“Canciones como Tu hidalguía las conoce mi familia y las canta la gente en Guanacaste. Las composiciones de mi abuelo Sacramento Villegas son muy conocidas allá, pero nunca habían sido grabadas de ninguna forma”, explicó la cantante Juárez en una entrevista.

Si pensamos en la música de Guanacaste, imaginamos la marimba y el ritmo galopante de los instrumentos de lo que llamamos música folclórica.

Pero Nelly y Arend sabían que querían hacer algo diferente con ese legado, rescatar las canciones de “don Mento”, como le llamaban al abuelo de la artista, y darles un toque especial.

“Grabamos un par de canciones con guitarra, un iPad para hacer la percusión, y mi voz para hacerlo lo más minimalista posible. Lo subimos (a redes sociales) y a la gente le gustó”, recordó Nelly.

“Fuimos a grabar donde un amigo el primer tema, Irracional, y luego Tu hidalguía, y otro amigo nos ayudó haciendo video de esas sesiones; poco a poco empezamos a formar lo que sería el primer disco", apuntó Arend.

Con ese deseo de recuperar canciones y experimentar con ellas fue que nació Nelly x Arend, un grupo que emociona por su capacidad de jugar con las reglas del folclor para hacer canciones que suenan al siglo XXI, pero tienen un pie en el pasado, “canciones que nacieron viejas”, como explica Nelly.

Juntos han grabado los álbumes Irracional (2017), Irracional Deluxe (2018) y Cantos de provincia (2019), en los que han mostrado no solo canciones que nunca habían sido registradas apropiadamente, sino que han experimentado con ellas agregando elementos modernos.

Este dúo combina la percusión electrónica y la de madera, y le agrega a sus canciones la guitarra, teclados, quijongo guanacasteco y hasta corno francés. En cuestión de tres discos se han vuelto una de las bandas ticas más creativas e interesantes para ver en vivo.

Química

Nelly y Arend se conocieron hace unos 15 años en la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil. Ambos son profesores en el Instituto Nacional de la Música e integrantes de la Banda de Conciertos de San José, donde Nelly toca el corno francés y Arend la percusión.

Con esas hojas de vida es fácil asumir que la música que oyen y respiran –literalmente– a diario es música clásica, alejada de los frutos artísticos que han dado la pampa y la bajura. Quizá por eso es que desde un inicio, cuando se reunieron a hacer música juntos en 2016, la idea era estudiar y aprender un poco más allá.

“Somos vecinos, vivimos muy cerca y fue ahí en la casa que nos propusimos estudiar algunas canciones. Ahí salió el tema de las canciones de mi abuelo y Arend me preguntó: ‘¿quién ha grabado esas canciones tan lindas?’ y yo le dije: ‘¡nadie!’”, contó Nelly mientras se echaba una carcajada.

Estas canciones fueron parte de la niñez de Nelly, pues su familia siempre las cantó para ocasiones especiales, y en Guanacaste son bastante conocidas, pues Sacramento Villegas Villegas (1920 – 1997), nativo de Filadelfia, fue educador y director de la Banda Nacional de Guanacaste.

“Nadie se había dado a la tarea de interpretar estas canciones, o más bien, de reinterpretarlas. La melodía no la tocamos, pero nos preguntamos qué pasaría si la hacíamos solo con una guitarra y un iPad(…) Hemos ido evolucionando, pero queríamos hacer música minimalista”, contó Nelly.

De esos experimentos salió Irracional (2017), un disco que tenía dentro Tu hidalguía, tema clásico de don Mento Villegas, pero también otras impresiones de la música guanacasteca que ellos reimaginaron.

Una de las piezas clave de ese primer álbum es Soliloquio en el Tempisque, un tema que resume la magia de Nelly x Arend: es una composición de Sacramento Villegas, de hace unos 50 años, pero reinterpretada con baterías electrónicas y un ritmo extraño y seductor.

En las manos de Nelly x Arend, Soliloquio en el Tempisque suena como si hubiesen dibujado la percusión y la guitarra, borrado por capricho algunas notas y tocado el concierto conteniéndose las ganas de tocar. Al oír esta descripción Arend y Nelly se ríen.

“Lograr esto es muy difícil. Esa sincronía que se oye entre los dos para que esa canción suene así, pero la química que tenemos realmente es la que hace todo posible”, expresó Arend orgulloso. Nelly coincide y agrega que les gusta desconcertar un poco a la audiencia.

Sin etiquetas

La música de Nelly x Arend se ha formado investigando y conversando. “El segundo ensayo que tuvimos fue en la casa de los papás de Nelly, ya en Guana”, contó Arend. La familia de Nelly aportó material y dio “la bendición” para que ellos grabaran las canciones de don Mento en un estilo nuevo.

“Es curioso tocar la música allá en Guanacaste, porque la gente reconoce de inmediato la canción, pero, al mismo tiempo, tratan de descifrar lo que estamos haciendo (risas). Yo esperaba más comentarios negativos, pero cuando han criticado algo en redes han salido hasta mis tías a defender”, afirmó Nelly entre carcajadas.

Los conciertos en Guanacaste, dicen, tienen un público más activo que declama bombas en medio de las canciones, o que hace gritos guanacastecos durante sus interpretaciones. El público del Valle Central no es tan cálido, pero comparte el desconcierto con el de la pampa.

“Fuimos a ACAM (Asociación de Compositores) a inscribir el disco y no sabían en qué categoría podíamos estar en los premios, porque el álbum que empieza con la grabación de un corno francés, luego vienen canciones guanacastecas y por ahí otras canciones románticas (risas)”, recordó Nelly.

Finalmente, el periodista Alberto Zúñiga, de ACAM, les dio una etiqueta: nuevo folclor. El término puede sonar contradictorio, como un oxímoron, pero le cabe bien a la banda.

En el 2018, lanzaron Irracional Deluxe (2018), en el que se incluyeron solo las canciones guanacastecas y una versión de La llorona de Chavela Vargas, y así terminaron de fijar su interés hacia la canción latinomericana.

Legado

A veces Nelly visita a su abuela en Guanacaste y la oye tarareando una melodía.

“Le pregunto qué está cantando y, generalmente, termina siendo una canción de mi abuelo, una que yo tal vez nunca he escuchado. Ponerse a cuidar ese legado ha sido complicado porque no hay muchos registros”, señaló Nelly.

Así, con Cantos de provincia (2019), el grupo se volcó a experimentar con las composiciones de don Sacramento y quedaron registrados temas como Bolsoneña, prueba del gran talento de Villegas.

“La historia de Bolsoneña es que mi abuelo fue a tocar un baile allá en Bolsón (Santa Cruz) y vio a una parejilla y se inspiró a escribir la canción. Él era de los que escribía una canción al vuelo y le repartía hojas a los músicos y ahí mismo estrenaban la canción”, recordó Nelly.

Cantos de provincia es un collage de historias y canciones nunca grabadas. El disco incluye Homenaje, canción que su tío Donald Juárez le dedicó a su hermano Odilón, siendo ambos reconocidos músicos de Guanacaste. El álbum empieza con la voz de Guadalupe Urbina, declamando un poemas escrito por la tía de Nelly, y Arend cuenta orgulloso que el 90% de la percusión usada –sea cajón peruano o tambores– fue construida en Costa Rica.

El disco, incluso, termina con el sonido de un quijongo guanacasteco, un instrumento que le compraron en Bagaces a don Eulalio Guadamuz, uno de sus precursores legendarios.

Más allá de los discos, Nelly x Arend ha querido llevar a los escenarios estas canciones e instrumentos para darlas a conocer. Participaron en el pasado Festival Nacional de las Artes, en Esparza, además del Festival Guanacastearte, entre otros espacios culturales.

“Creo que parte de no tener una etiqueta nos hace tener que acercarnos más a esos conciertos culturales, que a los de nueva canción o a los de folclor tradicional. No hemos tenido problemas encontrando con quién tocar, los músicos nos han apoyado bastante”, expresó Arend.

El siguiente paso para el grupo será investigar y ahondar en su experimentación, en las canciones originales que les han surgido en los últimos años. Habrá más cornos, más teclados, más percusión y, en general, más herramientas con las cuales jugar.

“Si en los primeros discos revisábamos qué podíamos quitar, este que sigue se va a tratar de incluir más elementos, mostrar más de lo que podemos hacer”, señaló Nelly.

Lo que le resta a Nelly x Arend por hacer “es todo y cualquier cosa”, un objetivo quizá demasiado grande para un par de músicos, pero un reto sabroso para quien tenga la creatividad y la disciplina (que afortunadamente, tienen).

Resta solo seguir descubriendo, como lo hizo Arend hace unos meses. “Después de vernos en un concierto, mi mamá me dijo: ‘solo Nelly habla de la familia de Guanacaste, ¿por qué usted no? Resulta que también tengo raíces allá y no lo sabía: mi abuela era de Liberia”, contó Arend entre risas. Lo bueno de estudiar las raíces es que siempre habrá historias que indagar.