Necesidades laborales y de infraestructura apremian a la Orquesta Sinfónica Nacional

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Durante tres años, la Orquesta Sinfónica Nacional no contó con un director titular. Cuando se contrató a Carl St. Clair para tomar la batuta, encontró una situación compleja en la agrupación y la necesidad de orientar su labor de nuevo.

Para el director del Centro Nacional de la Música, Guillermo Madriz, la valoración que realiza del primer año de St. Clair es “sumamente positiva”. “Creo que la orquesta ha encontrado en Carl a un líder positivo, distinto al tipo de liderazgo que otros directores en algún momento de la historia aplicaban para hacer música de excelencia. Carl es un gran comunicador dentro y fuera del podio”, describe Madriz.

Según el jerarca, la contribución del director se ha notado también en el programa de formación de jóvenes directores, así como en la colaboración con John Nelson (director invitado) y Eddie Mora (director residente que se encargó del disco de la OSN nominado al Latin Grammy, Música de compositores costarricenses, vol. 1 ). “Eddie nos ha metido mucho ese espíritu costarricense y latinoamericano, que se va a mostrar en la temporada del 2015”, añade Madriz, al tiempo que rescata las obras de “gran dificultad” dirigidas por Nelson.

El presidente del sindicato de la OSN, José Manuel Rojas, coincide con la valoración positiva. “Él nos transmitió a nosotros una metodología del trabajo. Él es un gran trabajador; hay que trabajar con él la música”, dice. “No hay una falta de respeto entre el director y los músicos, sino un trabajo mutuo. Nos ha hecho tocar cosas muy difíciles; nos está estudiando”, agrega.

Atención. “La orquesta es ahora más profesional que a principio de año”, considera el concertino José Aurelio Castillo. “Me gusta mucho que el maestro St. Clair se involucra en las distintas actividades musicales del Centro Nacional de la Música”, acotó el violinista.

‘Está en conciertos y ensayos de distintas orquestas del centro. Está al tanto de lo que está sucediendo. Está formando directores y está muy involucrado en la proyección de la orquesta en las comunidades. Él quiere encargarse de conciertos cuando vamos a tocar a comunidades. En general, si una orquesta no tiene director musical, es más difícil, porque él es quien lleva la pauta definitiva en las decisiones artísticas’, dice Castillo.

Según José Manuel Rojas, corno inglés en la OSN, no se puede hacer un análisis profundo en un año, pero los indicios hasta ahora son positivos. “Él se ha dado cuenta de qué tipo de músicos tiene y el año entrante empezará a trabajar otro tipo de repertorios, que yo considero importantísimo”, dice.

Aparte de los resultados del trabajo de St. Clair, Madriz y Rojas coinciden en la necesidad de mejorar aspectos administrativos y laborales de la OSN. “Lo que St. Clair me ha manifestado es que en la sala del Teatro Nacional necesitamos una nueva concha acústica, pues no tenemos las condiciones adecuadas”, dice. Madriz añade que se ha estado discutiendo el tema con la dirección del Teatro Nacional.

Madriz añadió la necesidad de reforzar con músicos extra la orquesta, cambiar niveles de exigencia entre un programa y otro y acercarse a nuevos públicos. El otro año esperan tocar en las siete provincias.

Rojas considera un desafío el tema de la salud ocupacional en la OSN; especialmente, en cuanto al mejoramiento de las relaciones entre compañeros. “Por ejemplo, cuando hay pleitos en la orquesta, encontronazos entre los músicos. ¿Qué es lo que pasa allí? Crea tensión”, dice. Añade que debe prestarse más atención al repertorio y ampliar el programa educativo de la institución.

‘La Sinfónica Nacional tiene que desarrollar una metodología más intensa en cuanto a lo educativo. No podemos llegar a una comunidad, tocar e irnos. Tenemos que crear un contacto más profundo con la comunidad, prepararla’, opina. ‘La dinámica que se emplea para hacer extensión cultural es muy importante porque es a través de ello que la gente sabe que hay una orquesta sinfónica en Costa Rica. Habría que establecer otro tipo de dinámicas en cuanto a la educación musical. Considero que a veces los repertorios son muy repetitivos. Hay que cambiar el ritual de los conciertos’, amplía.