Mon Laferte despertó pasiones intensas en su concierto en Costa Rica

Chilena no le dio respiro al público, que cantó a todo pulmón canciones de todas las etapas de su carrera en Club Peppers, este viernes 13 de abril.

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¿Quién es Mon Laferte? Después de su concierto el viernes 13 de abril por la noche quedó claro que es una artista con A mayúscula y una voz que conecta con cientos de jóvenes en todo el continente.

En Chile la conocían como Monserrat Bustamante, la participante de un programa de talentos. Para mostrarle al mundo su propia personalidad y estilo partió hacia la Ciudad de México, en donde abandonó su nombre de pila y se ganó el cariño de los mexicanos.

¿Qué estilo buscaba la artista? Pues bueno, todo alrededor de Mon Laferte es vintage, como quedó claro en su concierto.

Ella se viste como una modelo pin-up de los años 50, sus proyecciones tienen películas caseras grabadas en 35mm y su escenografía es como la de la sala de una abuelita, con esas lámparas cubiertas con tela que se encienden al tocarles la base.

Su concepto musical también es viejo, pero efectivo. Ella es una nueva cantante de plancha, de alguna forma, con la diferencia de que además de intérprete, es compositora y cuida cada elemento de su show.

En Club Peppers, de Curridabat, fanáticos del rock y pop latinoamericano y hasta a metaleros cantaron a una sola voz las desgarradoras canciones de la chilena. La plataforma Grito Latino se puso la flor en el ojal con este espectáculo.

Teloneros

A las 7:40 p.m., el tico José Cañas abrió la presentación con una serie de canciones tradicionales costarricenses como Amor de temporada, acompañado por Manuel Obregón, quien interpretó el acordeón.

Así, como si se tratara de una presentación en una parque, Cañas contó que cuando estaba en la escuela no era el mejor cantando estas canciones, pero que ahora su anhelo era que no faltara quien las conociera.

El público, que no se esperaba tal espectáculo, respondió emocionado cantando otras composiciones clásicas como Caña dulce y Espíritu guanacasteco.

Cañas salió del escenario tras interpretar cinco canciones y las ansias crecieron. El público griataba “¡Laferte, Laferte!” y no parecía que fuera a salir pronto.

Por fin, a las 8:30 p.m. se asomó al escenario El David Aguilar, un cantautor que ha colaborado con Natalia Lafourcade y Jorge Drexler. Con solo una guitarra, su voz y sus impresionantes silbidos, el mexicano entretuvo al público por media hora con canciones como Embrujo y La de la libélula.

"¡Grande Mon!"

Luego, el público quedó de nuevo a merced de la música de espera. Sonaron temas de puras latinas: Javiera Mena, Daniella Spalla y Juelita Venegas. Andar comingo, de Venegas, fue interrumpida a la mitad y todas las luces del recinto se apagaron.

A las 9:10 p.m. entraron los seis miembros de la gran banda de Mon Laferte, para interpretar junto a la diva Antes de ti. Cuando no cantaba, el público emitía gritos ensordecedores desde todos los puntos del recinto.

El coro era, en su mayoría, femenino, y muchas de las chicas sacaron abanicos y los agitaron en el aire, como lo suelen hacer quienes van a sus conciertos. Toda la escena era surreal, sobre todo considerando que Mon Laferte hacía su primera aparición en un escenario tico. Pero fue una sorpresa positiva, incluso para la cantante, quien pintaba una sonrisa en el rostro.

Uno podría imaginarse que después de ese despliegue de energía el público bajara la intensidad, pero no sería así. El coro acompañó a Mon Laferte también en Si tú me quisieras y Pa donde se fue y quedó claro que esa sería la tónica del concierto.

La energía era tal que en Amor primaveral, Mon Laferte le dejó solo al público que cantara el coro y le correspondieron. Fue un momento muy impresionante y las lágrimas no tardaron en correr en las mejillas de muchos de los presentes.

La urgencia con la que respondía el público era proporcional al tiempo que habían esperado para cantar canciones como Que sí. Y Mon Laferte les respondió con todo lo que quería y más.

Para Flor de amapola, dejó su guitarra de lado y se concentró en bailar por el escenario y tirar besos a toda la audiencia. En Vuelve por favor, continuó los movimientos seductores con una copa de vino en mano.

En Mi buen amor, de nuevo, le dio espacio al público de que cantara una buena parte del tema, mientras ella se inclinaba levemente para escucharlos.

Quedó claro que Mon Laferte tenía a todo el público en la palma de su mano y que el show era tan suyo como del público. Ellos le respondía gritando entre canciones “¡Grande Mon, Grande Mon!”

Las sorpresas no dejaron de ocurrir. En un momento llamó a El David Aguilar para interpretar un arreglo que hicieron juntos de Something Stupid, original de Frank y Nancy Sinatra.

Después sonaron Mi buen amor, y una versiones acústicas de El cristal, La tranza y Cielito de abril. Cuando regresó la banda deleitaron con Orgasmo para dos y Yo te qui. Todas fueron coreadas por el público, tanto que costaba identificar cuál era su más querida.

Eso hasta que llegó Amárrame, la canción que grabó junto a Juanes. En ese momento el público se entregó y casi todos sacaron sus celulares para grabar el momento. Lo mismo pasó cuando cantó Si una vez de Selena y el público volvió a cantar junto a ella.

Pero sin temor a exagerar, cuando cantó Amárrame, Mon Laferte se coronó como una diva latinoamericana y una de las figuras que el público tico más quiere.

El concierto continuó por media hora más, hasta las 11 p.m., pero después de Amárrame ya teníamos respuestas. ¿Quién es Mon Laferte? Una estrella tan grande que, posiblemente, no logremos ver tan cerca la próxima vez.