Megadeth: el feliz retorno a Costa Rica

La agrupación estadounidense de thrash metal conquistó a los ticos en el último concierto de su gira actual. El Estadio Rosabal Cordero lució medio vacío, pero nunca faltó la emoción en la segunda visita de la banda de Dave Mustaine

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Los Cuatro Grandes del thrash metal ya pasaron una vez por Costa Rica: Megadeth, Metallica, Slayer y Anthrax. Ahora, parece que comenzó la ronda de los regresos, empezando con Megadeth.

Anoche, Costa Rica tuvo al cuarteto de frente por segunda vez y, aunque ya los había visto y oído en directo, los fieles roqueros los gozaron de nuevo.

Dave Mustaine lideró –como siempre– la tromba de canciones de un repertorio ampliamente conocido por los aficionados nacionales. No hubo mayores sorpresas en el setlist (lista de temas); fue el mismo que el grupo ha venido interpretando por toda Latinoamérica; de igual manera, Megadeth ya es buena sorpresa por sí solo.

El conjunto se mantiene bien parado en escena sin necesidad de artilugio alguno; tal y como siempre ha sido su estilo. No obstante, esta vez, vino con todo y una banda invitada. Aquello era un 2x1 para los amantes del rock duro.

Para empezar, Children of Bodom tuvo todas las condiciones de un plato fuerte. La tribuna los esperaba con ansias y, al ser esta su primera presentación en Costa Rica, el quinteto tenía un condimento especial desde el anuncio de su visita.

A las 7:15 de la noche, los finlandeses comenzaron a cumplir con el público tempranamente eufórico. Los temas Shovel Knockout y Are you dead provocaron la ovación de un estadio más vacío que lleno.

Vinieron después cerca de 15 temas, en los cuales imperó el repertorio nuevo sobre el material clásico de Children of Bodom, aquello quizá no fue del agrado de la mayoría, pero nunca se trajo abajo la emoción.

Para un buen metalero el mejor remedio para combatir el clima es el headbanging (sacudir la cabeza al ritmo de la música). Los ticos pudieron aplicar dicha receta con piezas como Not my Funeral, Kissing the Shadows y Roundtrip to hell and back, canción del último disco de la banda.

Las bajas temperaturas que imperaron anoche en Heredia fueron cualquier cosa para estos nórdicos de sangre fría. Para los finlandeses aquello era como tocar en casa, solo que sin nieve.

Al vocalista y guitarrista Alexi Laiho, así como al tecladista Janne Wirman no les temblaron nunca las manos para lucirse con solos de lujo. Lo mismo para sus tres compañeros de banda, que cerraron el show con un encore doble que incluyó Bodom After Midnight y Downfall.

La noche era joven aún cuando, a las 8:24 p. m., el quinteto desapareció por el mismo camino que llegó a la tarima, no sin antes recibir una despedida a la altura de la presentación recién concluida.

¡A lo que vinimos!Trust abrió la presentación de Megadeth a las 9:11 p. m. Siguieron Wake Up Dead y Hangar 18, clásico proveniente del discazo Rust in Peace, que Megadeth recetó completo en su visita a La Guácima, Alajuela, el 9 de mayo del 2010.

En esta segunda oportunidad, sin embargo, el cuarteto estadounidense también repartió material fresco de su álbum THIRT3EN, recién salido del horno (apenas hace un mes).

Aquellas piezas también se las sabían bien los ticos e, inclusive, un grupo de panameños sacó la bandera de su país para decir presente.

“Ayer nos enteramos de que la siguiente canción que vamos a tocar fue nominada a un premio Grammy. Yo sé que por acá eso no es muy relevante, pero para nosotros sí”, comentó Dave Mustaine antes de interpretar Public Enemy No. 1.

David Ellefoson se conectó con el público a través de su carisma y su indispensable bajo. Chris Broderick hizo lo propio turnándose los riffs y solos de guitarra con Mustaine. ¡Ni qué decir del batero Shawn Drover! Su doble bombo retumbó en toda la provincia de las flores.

¿Calentó el concierto? Un meteorólogo refutaría el uso del verbo, pero cualquiera de los que anoche presenció el show de rock pesado, puede dar testimonio de que Megadeth hizo añicos la helada noche y mandó a la temperatura a tercer plano.

Esta vez el viento no pudo llevarse nada, ni siquiera logró hacerle daño al sonido del concierto que, en este país, con frecuencia es una pesadilla.

Feliz retorno. El estadio estaba medio vacío, pero ese detalle minúsculo pasó desapercibido ante los ojos de los músicos.

Los fanáticos no se soltaron de las melodías de sus ídolos en escenario, como Sweating Bullets o Head Crusher. Más tarde, Megadeth tocó Guns, Drugs & Money, pieza nueva en la que Mustaine ajustó la lírica para poder cantar “Costa Rican skies” en media composición.

Para lo último, lo mejor: Megadeth se guardó sus mejores armas. Así, entonces sonaron las Symphony of Destruction y Peace Sells.

“Esta es la última canción que vamos a tocar este año, y la vamos a tocar con ustedes. Les dedico esta canción a ustedes“, dijo Mustaine. El cuarteto se despidió con Holy Wars.

Antes de las 10:30 p. m., Megadeth le dijo adiós a Costa Rica por segunda vez. El tiempo dirá si quién más vuelve por acá en un feliz retorno.