El metal de la banda alemana Helloween viene con todo al concierto que la agrupación presentará en Costa Rica el 22 de setiembre, en el Centro de Eventos Pedregal, en Belén. En su regreso a suelo costarricense llegarán acompañados por los suecos de Hammerfall y los ucranianos de Jinger, para lo que será una de las presentaciones de rock más importantes en lo que va del año en el país.
Para ir calentando motores de cara a este gran espectáculo, el bajista Markus Grosskopf, habló con La Nación sobre el show, la alineación de lujo con la que vienen y algunos datos y detalles curiosos que hay detrás de la banda. En el 2017, tocaron aquí con la gira Pumpkins United, que reunió a la banda con los miembros Michael Kiske y Kai Hansen, quienes habían abandonado al grupo en los años 90.
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Para los fans de Helloween que aún no han comprado su entrada para el concierto, les damos la buena noticia: aún quedan algunos boletos en las localidades de general y preferencial y están a la venta en el sitio www.specialticket.net.
Con el fin de emocionar más aún a los seguidores, Grosskopf dejó este mensaje: “Pueden esperar una banda hambrienta en el escenario”
-La banda ahora tiene la formación que los fanáticos siempre quisieron, con las fuerzas de todos los mejores periodos de Helloween combinados. Por momentos, parecía como un dream team imposible...
–Para mí es un sueño hecho realidad. Fue como un verdadero desafío reunir a todas esas personas, pero, al final del día, tras mucho ensayar, mucho andar, mucho hablar y mucho tocar lo superamos: estamos mejorando y funcionando bien. Nos sentimos muy bien haciendo esto.
-Ahora tienen tres cantantes principales y también tres excelentes guitarristas. ¿Qué nuevas posibilidades surgieron con tanto talento?
–Es como si tuvieras muchas oportunidades para compartir solos de guitarras, dúos, usando agudos y compartiendo voces. Tener todos los cantantes es como tomar una copa o dos mientras el otro quiere cantar.
“¿Qué puedes hacer con tantas personas? Sacar lo mejor de todos para dar lo mejor que podamos. Es una combinación de lo que hicimos en los primeros días. Creo que a la gente le gusta porque todo es muy emotivo tanto en los viejos como en los nuevos tiempos”,
-Y en el escenario, ¿cómo se sienten juntos?
–Es muy emotivo. Tenemos mucho tráfico en el escenario, hay mucha gente corriendo y pasando. Pero en realidad no tenemos un plan final para la actuación en el escenario; de alguna manera, todo está funcionando allí. Es tan natural. Por supuesto que tenemos discusiones sobre esto y aquello; sobre la felicidad, sobre las canciones en el estudio, pero, al final del día, todo es para el equipo. Es un juego muy bueno.
-Eso genera una energía especial...
–Sí, todos traen una cierta energía muy diferente porque somos personas muy diferentes. Es increíble cómo encaja eso. Todas las noches son diferentes porque son shows en vivo. Nunca se sabe qué pasó, nunca se sabe qué puede suceder porque no sabemos cómo reaccionará el público y eso es lo interesante del asunto.
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-Aunque la banda tuvo muchos cambios a lo largo de los años, Michael Weikath y usted siempre lograron llevarse bien y mantener la música en marcha, incluso en los momentos más críticos. ¿Cuál es el secreto de su asociación?
–No sé. Simplemente es nunca darse por vencido, hay que tratar de arreglar tus problemas hablando sobre ellos. Tienes que luchar por tu supervivencia, pero intentamos hacerlo en conjunto por más difícil que fuera. Simplemente no hay que rendirse y sacar lo mejor de todos.
-¿Por qué su último álbum se titula con el nombre de la banda? Para otros artistas, el disco homónimo llega muy temprano en sus carreras, pero ustedes eligen hacerlo después de 40 años.
–Para nosotros fue como un nuevo comienzo y se sintió como si estuviéramos haciendo esto por primera vez con esta formación; entonces, concluimos que iba a ser la primera vez que hacíamos esto juntos con este grupo de personas, así que pensamos en hacer algo nuevo, algo por primera vez como si fuera el primer álbum.
-Al principio de los Pumpkins United, uno podría pensar que se trataba de otro reencuentro nostálgico y que, tras la gira, la banda se separaría de nuevo de Kiske y Hansen. Sin embargo, todos decidieron no solo permanecer juntos, sino también comenzar a crear nueva música. Háblenos de esos primeros meses del reencuentro.
–Esa reunión que tuvimos fue algo muy bueno. Era muy diferente, era como si tuviéramos la idea de hacer algo diferente y no había que esperar para lograrlo. ¿Por qué no hacer algo muy diferente? Pensamos que era una buena idea.
-Después de seis años sin un nuevo álbum, el regreso de sus excompañeros de banda y una pandemia, Helloween fue recibido con elogios de fanáticos y de la crítica debido a que siempre han sido una banda muy prolífica. ¿Hay algún plan para entrar pronto al estudio para el próximo disco?
–No hay un plan todavía. Solo estamos pensando en que es hora de salir a la calle, es hora de cuidar a la gente y de llevarles diversión para retomar la vida nuevamente. No creo que vayamos a hacer algo en estudio el próximo año porque estamos con giras y grandes espectáculos. Supongo que debemos de concentrarnos en eso.
-Costa Rica ha sido un buen lugar para su banda. Todos sus conciertos anteriores aquí fueron épicos. ¿Qué podemos esperar para este próximo show?
–Pueden esperar una banda hambrienta en el escenario dándolo todo. Estamos hambrientos de ir. Esperamos pasarla genial con ustedes. Vamos a pasar un buen rato; vamos a disfrutar de la vida nuevamente. Vuelve la normalidad, vuelve el rock and roll y eso es lo que todos estamos esperando.