Mariana Echeverría cuenta su vuelo de Passiflora a Maëva

La cantautora alcanzó gran popularidad con la banda hasta su disolución en el 2016. Ahora, inaugura una nueva etapa en la creación musical.

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Fue en mayo del 2016, después de varios meses de silencio, cuando Passiflora anunció a sus seguidores su separación. Parecía algo imposible: el grupo había tenido éxito en los escenarios llenando teatros y bares y las canciones las canciones del álbum Noches en vela (EP, 2011) canciones sonaron por meses en Radio Hit.

A la fecha, los once videos de Noches en vela: Passiflora en vivo (2013), suman juntos 2,4 millones de reproducciones.

Passiflora desapareció fugazmente, pero el interés por su música persiste: la banda dijo adiós con 26.000 fans en Facebook y hoy, un año después, tienen 4.000 más. El cariño solo ha crecido.

Sentada en la cocina de su casa, en San José centro, Mariana Echeverría recuerda las dimensiones de ese éxito y de inmediato recuerda la responsabilidad que todo aquello significó.

“Yo me sentía como la más responsable de Passiflora, como la que debía ser la jefa; en realidad yo no logré serlo y eso fue parte del problema. Quizá no le di suficiente trabajo a ese proyecto, pero tal vez era porque no sentía que ese fuera mi proyecto, lo que me representaba”, dijo Echeverría en una entrevista con Viva.

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La compositora de sencillos como The Show y Riverside ahora usa su voz en Maëva, una nueva banda. Maëva es el resultado de cambios drásticos en su vida y sobre todo, su necesidad de compenetrarse más con la música, “mi propósito, mi pasión”.

Su nueva etapa como compositora se celebrará el 9 de setiembre –cumpleaños de Mariana– con una fiesta en el Salón de Patines Musiq, en donde sonarán los temas del álbum Eat My Heart. El 5 de octubre será la primera presentación de Maëva en concierto, en Jazz Café San Pedro.

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Cambios. Maëva lanzó en junio el álbum Eat My Heart, en el que Mariana Echeverría canta sobre relaciones amorosas e incluso la separación de Passiflora. Pero la muerte de don José Rafael Echeverría, su padre, fue el cambio necesario para formar su propio proyecto.

“Cuando estaba en lo más y mejor con Passiflora, creo que no entendía lo que significaba hacer música. Estaba más tirada hacia la familia, era más romántica, vivía muy ilusionada… O más ilusa, no sé”, expresó Mariana Echeverría.

La muerte de su padre, en abril 2015, coincidió con el momento en que Passiflora buscaba grabar un segundo disco. Inicialmente buscaron el apoyo de Felipe Pérez (424 y Achará) y Giancarlo Tassara, pero ese acercamiento (y la grabación del sencillo Chanson a Moi, a cargo de Manuel Mora), motivaron el interés de Mariana por el proceso de grabación y producción.

“Yo quería tener más criterio y más experiencia como músico y no me parecía justa toda la atención que estábamos recibiendo. Es un poco tonto verlo así, porque si pasó de esa manera fue por algo, Passiflora tenía un mensaje con el que la gente se identificaba.

”Pero yo quería crecer en lo musical un montón más y me sentía muy cómoda donde estaba, diría que hasta achantada”, detalló Echeverría.

En ese momento le entusiasmó la idea de musicalizar poemas del último libro de su padre, Viento solar (2013) y grabarlos por ella misma. Era la forma de salirse de la zona de confort.

“Todos (en Passiflora) estábamos con proyectos propios y cada vez era más difícil coordinar para grabar ese álbum. Lo de papi me obligó a replantear mis metas y mis hijos (una chica de 15 años y un niño de 7 años) y yo nos mudamos de casa. Yo estuve muy deprimida”, contó Echeverría.

Passiflora dio pocos conciertos durante el 2015: los ensayos y el tiempo para el grupo se fue achicando. En mayo del 2016, se anunció la separación.

Nuevo camino. El camino para presentar el primer álbum de Maëva, empezó con la canción Transcurrir, canción basada en un poema de su padre.

La composición partió de la guitarra acústica, el instrumento que ha acompañado a Mariana por mucho tiempo, pero la percusión, desde esa primera prueba, fue electrónica.

Con la ayuda de Manuel Mora –ingeniero de grabación del primer disco de Passiflora y luego baterista del grupo– Echeverría ha aprendido más sobre grabación y producción de música con software.

“Creo que mi trabajo en Pa-ssiflora era menos ordenado. Hacía un coro, luego ponía otro y acumulaba ideas en una sola canción. Eso cambió, pero igual creo que este álbum tiene un sonido muy lleno, tiene algo que le da un tono grandioso a las canciones, explicó Echeverría.

El sencillo Yang, por ejemplo, mezcla influencias de funk y disco en una canción que suena como un viaje espacial. En ningún momento de ese recorrido se oye una guitarra, pero sí la cálida voz de Mariana, esa que enamoró a tantos.

Sus propios enamoramientos también tienen lugar en Eat My Heart . “Me di cuenta que algunos de los poemas de mi papá, traducidos, sonaban como canciones de amor, como por ejemplo Entrance Me . Al final quedó un disco muy pasional”, señaló.

El camino cambió el concepto de su álbum. Lo que empezó como un homenaje a su padre terminó siendo un un disco de sanación –como lo llama ella–, para hablar sus relaciones, su padre y Passiflora. Las canciones Beyond Us y Arrow tratan sobre su paso por el grupo.

En esta última, Mariana canta en inglés: “Tendré que dejar ir esta persona que he sido, voy a volar como una flecha”. Ella sostiene que el cambio fue necesario. “A veces solo hay que dejarse ir así”, dijo. “Separarse de alguien o un grupo se trata de soltar la flecha con fuerza y luego averiguar hasta dónde puede llegar”.