Los Tenores y Armando Manzanero: una velada de grandes voces, éxitos que erizan la piel y muy buen gusto

El espectáculo ‘Contigo aprendí’ se llevó a cabo la noche del sábado en el Centro de Convenciones de Costa Rica. El salón donde se realizó el concierto estaba abarrotado y feliz ante la presencia de la agrupación costarricense y del maestro mexicano de la música romántica.

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La fórmula desde el inicio parecía que iba a ser exitosa. Las cuatro talentosas voces de Los Tenores se iban a amalgamar con una poderosa orquesta tipo big band, a eso había que sumarle grandes obras del cancionero popular y por último en algún momento de la noche el maestro compositor Armando Manzanero iba a aparecer en escenario. El público sabía a lo que iba desde el principio, pero a todas luces el espectáculo fue eso y más.

El Centro de Convenciones de Costa Rica albergó a cerca de 2.500 personas que se reunieron para presenciar el concierto titulado Contigo aprendí, una velada protagonizada por los cantantes Joaquín Yglesias, Rodolfo González, Arnoldo Castillo y Ricardo Bernal; quienes con sus talentos les cantarían una serenata muy particular a las madres que llegaron al recinto acompañadas por sus familias.

Cabe decir que el público que asistió a la cita fue muy variado porque sí, había mamás, pero también la audiencia se dividió entre amigos, parejas y hasta niños.

La velada comenzó a eso de las 8:30 p. m. con el arribo de los músicos de la orquesta al escenario. De inmediato las cuatro figuras elegantes de Los Tenores tomaron la tarima con esa presencia escénica que los caracteriza, esa que es algo que viaja entre lo sublime y lo cercano porque ellos le imprimen un color muy correcto y especial a las canciones populares gracias al género crossover, pero entre sí son cuatro amigos que disfrutan de cantar juntos y hasta bromean entre ellos y con el público.

El primer encuentro entre artistas y audiencia llegó con el bolero Júrame, impactante canción para comenzar y para darle una muestra al público de lo que sería el resto de la jornada. La orquesta, dirigida por Alejandro Jiménez, acuerpó de manera sólida a los intérpretes; su ejecución fue tan potente en cada acorde que el sonido envolvió todo el recinto con ese arreglo tan característico de las big band que le dieron a los temas un aire más al jazz de los años 30.

De seguido, el cantante Joaquín Yglesias agradeció al público por acompañarlos en esa fiesta musical y aseguró que la primera parte del concierto iba a seguir por la línea del big band. Así fue con canciones como Come Fly with Me y Fly Me to the Moon, que se hicieran muy conocidas en la voz del famoso Frank Sinatra.

El recorrido musical dio un vuelco a la música en español con Hechízame y la mexicanísima La Bikina, con esta canción tan importante en la historia latina los coros del público no se hicieron esperar, la orquesta haciendo en ocasiones las veces de mariachi quedó todavía más en alto ante el público.

Para ese momento los ánimos en el escenario ya se notaban muy relajados porque cantantes y músicos sabían que ya tenían a la audiencia en el bolsillo y eso que todavía quedaba mucho repertorio por delante. Cuando Los Tenores anunciaron que iban a interpretar Granada, original del mexicano Agustín Lara, hubo mucha más emoción, el momento fue algo realmente elevado.

“Y eso que estamos empezando”, dijo en tono de broma Ricardo Bernal, pero su declaración decía mucho al respecto del desarrollo del espectáculo porque de igual manera y con la excelencia de los artistas la lista de piezas presentó obras como Sway, Madre (escrita por el papá de Arnoldo Castillo y dedicada a su madre), un medley de la agrupación española Mocedades, New York New York, un medley de Armando Manzanero y una espectacular versión de la costarricense Presagio, de Jaime y Fidel Gamboa del grupo Malpaís.

El maestro bromista

La segunda parte del recital comenzó con la llegada de Manzanero al escenario. De muy buen humor, el maestro mexicano comenzó su participación en el concierto con muchas bromas y anécdotas, la recepción por parte del público fue con un fuerte aplauso de pie.

“¿Por qué vine? Porque vine a ver llover", dijo en una pura risa el músico haciendo alusión al clima lluvioso que imperó este sábado en varios lugares del Área Metropolitana. “Acabo de cumplir 85 años, ya quiero sentar cabeza. Ya tengo programada una vasectomía para la próxima semana para no dejar pendientes”, volvió a bromear el artista.

Entre risas cómplices de músicos, cantantes y público, Manzanero comenzó a hacer lo que mejor sabe, cantar sus grandes obras. Junto a Los Tenores y por separado con cada uno de ellos, el mexicano cantó Somos novios, Adoro y Cómo fue. A ratos con la big band, a ratos en el piano, Manzanero tenía a todos encantados, incluso a Los Tenores porque hubo un pequeñísimo momento en el cual el mexicano estaba tocando Contigo en la distancia y a Bernal, Yglesias y González los tenía tan embelesados que por pocos segundos se olvidaron del momento de cantar hasta que Manzanero les llamó la atención.

Después de la despedida del invitado especial, que una vez más provocó aplausos de pie, Los Tenores ofrecieron un par de canciones más. El adiós del concierto llegó con Malagueña en la voz del tenor mexicano Bernal, quien le impuso un buen toque azteca combinado con su voz lírica.

Al final fue con una especie de competencia entre los cuatro que la canción 'O sole mio sirvió para cerrar. Arnoldo, Joaquín, Rodolfo y Ricardo mostraron sus dotes al máximo con los solos de la pieza.

Fue una noche de muchas emociones, excelente para celebrar a las madres y una excusa perfecta para enamorarse de música, voces y canciones una vez más.

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