Los Beatles viajaron por Parque Viva junto a la Orquesta Filarmónica

Un repertorio lleno de clásicos de los cuatro grandes puso a 4.500 voces a cantar en el Anfiteatro Coca-Cola

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30 canciones de los Beatles fue lo que prometió Marvin Araya director de la Orquesta Filarmónica para el concierto del sábado 2 de octubre en el Anfiteatro Coca-Cola de Parque Viva.

La Filarmónica cumplió y cada tema hizo viajar a las 4.500 almas presentes junto a los Beatles con su fusión de rock e instrumentos sinfónicos.

La presentación del sábado inició a las 7:15 p. m. con Eleanor Rigby , canción que puso a trabajar a los intrumentos de cuerda y viento. Kurt Dyer fue el primer vocalista en escena y su interpretación fue encantadora.

Le siguió el inquieto Eduardo Quesada, quien cantó Help! y ahí sí sonaron la guitarra eléctrica, el bajo y la batería.

En una pantalla al fondo del escenario, se vieron viejas grabaciones de Los Beatles en vivo interpretando la misma canción; la voz de Quesada coordinaba perfectamente con el movimiento de labios de John Lennon.

Su interpretación fue fuertemente aplaudida y cuando terminó la ovación, Marvin Araya tomó el micrófono por unos segundos para prometer “un concierto preparado con mucho amor”.

Come Together llegó en la voz de Marta Fonseca, de Suite Doble, quien se movió por todo el escenario. Decir que cantó un clásico sería redundar: casi todas las canciones interpretadas eran conocidas y fueron muy coreadas.

Una gran sorpresa fue oír Penny Lane en la voz de Daniel Cob, el menos conocido entre los cantantes invitados.

Su voz transmitió la nostalgia y alegría de la canción y así se ganó el aplauso en su única participación de la noche.

María Pretiz brilló en Blackbird y Here, There, Everywhere, dos canciones menos roqueras pero igual de aplaudidas.

Fabricio Walker (Infibeat), quien puso toda su energía en While My Guitar Gently Weeps y Aarón Retana, guitarrista de la Filarmónica le respondió con el mismo ímpetu; fue una escena para el recuerdo. Walker también interpretó Something.

Marta Fonseca también se lució cantando Oh! Darlin y Drive My Car.

El punto más alto para Kurt Dyer fue la interpretación de Hey Jude -–canción que cerró el concierto– en la que puso al público a gritar, tararear y aplaudir.

Sobra decir que entre tanta emoción, el público quedó con ganas de más. Pero así sucede con los Beatles: a veces, ni más de 30 canciones no son suficientes.