Los Beatles los transformó en fiebres coleccionistas

El administrador Armando Castillo y el abogado Mauricio Vargas llevan tres décadas recolectando todo tipo de artículos relacionados con el cuarteto de Liverpool: desde un recorte de periódico, hasta juegos de mesa y encendedores

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

Armando Castillo tiene muy claro que es solo un pasatiempo; está muy lejos de ser un obsesionado al borde de la locura. Sin embargo, no esconde que es un gran apasionado de todo lo relacionado con Los Beatles .

Es administrador de profesión, por eso es fácil creerle cuando, con propiedad, cuenta que a lo largo de tres décadas lleva reunidos 2.233 recortes de periódicos y revistas costarricenses, todos con publicaciones relacionadas con los cuatro grandes de Liverpool.

También sabe que cuenta con una colección de 930 artículos, que incluye jarras, réplicas de autobuses, toda la discografía de la banda en formato de acetato y disco compacto; sus películas, loncheras, relojes, encendedores –aunque aseguró no fumar–, revistas especializadas, llaveros y un muy largo etcétera.

Si tuviera que quedarse con un único artículo de entre todos, ese sería el álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band , editado en 1967, en Inglaterra.

Castillo recordó que su gusto por la música de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr comenzó por casualidad.

“Lo tengo muy definido, fue en 1977. En canal 6 tenía en programación una serie animada inspirada en Los Beatles, no sabía que era basado en un grupo. Luego, el esposo de una prima mía puso un acetato y reconocí algunas de las canciones que escuché en la televisión y le pregunté quiénes eran”, explicó Castillo.

A los ocho años, en 1979, ahorró durante meses hasta que reunió la entonces exorbitante suma de ¢635, para comprar el álbum Let It Be , en el Centro Comercial del Sur.

No obstante, este empleado del Poder Judicial recuerda que fue el asesinato de John Lennon (1980), lo que lo marcó y lo movió a coleccionar artículos de la banda.

Al principio, los recortes de periódicos y revistas era lo que estaba a su alcance. Cuando creció y se unió al mundo laboral, comenzó a comprar los artículos que hoy integran su amplia colección.

Hasta pijamas. Mauricio Vargas, abogado de profesión, comenzó su colección también impactado con el asesinato de Lennon. Confesó que desde antes de 1980 se sentía interesado en la música de Los Beatles.

Su primer artículo de colección fue una revista, donde expertos comentaban la discografía de esta legendaria banda.

En 1990, agregó, comenzó a trabajar y con eso a comprar revistas, camisetas, figuras, una reproducción del bajo eléctrico de Paul McCartney, pijamas de la película Yellow Submarine y libros.

Con el tiempo logró salir del país, asistir a tres conciertos de McCartney, y cumplir otra serie de metas.

La pasión que sienten por la música de Los Beatles salta a la vista en una conversación con ambos. Su afición los convirtió en fuentes de consulta obligatoria en el país, son como historiadores especializados en la carrera de estos músicos ingleses.

Ambos coinciden en que seguirán con su pasatiempo, mientras sus bolsillos y esposas se lo permitan. En el caso de Vargas, él tiene como meta conseguir personalmente un autógrafo de McCartney, de lo contrario, lo comprará.