La vida de Vanessa González de 'Tu cara me suena' se transformó con la música

Aunque tiene gran habilidad para el canto la participante del formato de imitaciones ha enfrentado retos al igual que todos sus compañeros

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San José, (Redacción)

Vanessa González, participante de la tercer temporada de Tu cara me suena (TCMS) es la artista que da vida y dinamismo a estas dos disciplinas que también le dan vida a ella: canto y arquitectura.

Vanessa, de 33 años, ha ejercido las dos profesiones, mas desde hace tres años está inmersa en su totalidad en el canto. El proceso no ha sido sencillo, pues admite que "a veces las críticas son muy duras".

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"Hay personas que son muy duras, pero como siempre, habrá quienes si apoyan tu trabajo: gracias a eso hoy tengo cuatro sencillos", dijo la cantautora.

Olvidarme de ti, No miro atrás, A tu lado y No iré corriendo son el orgullo de la versátil artista que canta desde balada pop hasta el "oscuro" rock electrónico.

"No iré corriendo estuvo por varias semanas de número uno en varias emisoras del país. Yo empecé a cantar covers. Ahora tengo mi música original", contó.

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Versátil. En su niñez el entorno de Vanessa fue meramente musical. Eso la llevó a ser parte del coro religioso Angelus en su juventud.

"Luego me salí del coro de la iglesia y empecé a trabajar con Requete en bares (risas). Esa fue una etapa muy bonita porque cantaba música en muchos idiomas; aprendí mucho de cultura musical", contó.

En el 2007 Vanessa fue la primera tica en participar en Latin American Idol, su capacidad vocal le permitió clasificar entre más de 2000 personas. En aquella ocasión González no pudo avanzar en el concurso porque Costa Rica no contaba con la telefonía que en ese momento tenía convenio con el programa.

"Clasifiqué y me fue bien, pero no tenía posibilidades porque los ticos no podías votar por mí", dijo.

Han transcurrido diez años en los que Costa Rica le ha abierto los brazos y oídos al talento de Vanessa. En este tiempo ha podido compartir su versatilidad musical. Teletica le abrió sus puertas para distintos proyectos provinciales y el año anterior le dio un espacio para que cantara música plancha en El Chinamo.

Su más reciente catapulta es TCMS, proyecto del que reconoce haber aceptado las reglas del juego.

"Sé que habrá ocasiones en las que me van a calificar con cuatro puntos (puntuación más baja) porque así es el programa. Lo más importante para todos es poder ayudar", comentó.

Reto. La puntuación del cuatro llegó en el tercer programa de esta edición para Vanessa, gala en la que tuvo el desafío de interpretar a un hombre.

"Salí muy contenta. No es fácil recibir cuatro o cinco puntos, pero así es el programa. Yo acepté y sabía que esto podía pasar. Sé que hice lo mejor, estoy feliz por el apoyo y complicidad de los chicos de Uranio (que estuvieron presentes en el programa). Para mí fue un homenaje para Uranio, hicimos a la gente recordar y los comentarios de la gente fueron positivos", mencionó.

Como cantante profesional, Vanessa es consciente de que por la naturaleza del programa cantar bien no le asegura la victoria.

“El elenco es increíble. Todos nos ayudamos, sabemos que todos tienen una capacidad increíble nivel vocal, otros en humor o interpretación. Todos tenemos nuestro fuerte, nos ayudamos para tener un poquito de todo. Lo importante es levantarse y salir adelante”, aseveró.

A pesar de todas las disciplinas musicales que la vecina de Curridabat ha explorado, nunca se había transformado en un hombre. "Fue una experiencia diferente porque nunca me había vestido como hombre. Ponerme en los pies masculinos fue toda una novedad, tenía que hablar, cantar y caminar como hombre. Además, nosotras sentimos el dolor del abandono diferente, nos deprimimos y no queremos salir de la casa; en el caso de los hombres, en esta canción (Ella de Uranio) es al revés, porque él tiene el orgullo golpeado por el abandono", mencionó.

La próxima semana, Vanessa se convertirá en Christina Aguilera.