‘La pérdida más grande fue La Ley’

Entrevista Rodrigo Aboitiz, miembro fundador de La Ley, habló en exclusiva con Viva de su pasado con las drogas y su futuro en la música

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Como una segunda oportunidad a la cual se aferra con todas sus fuerzas, así ve Rodrigo Aboitiz el nacimiento de su nuevo proyecto musical llamado The Plugin.

Esta banda chilena, formada además por Ignacio Redard, se abre paso en la escena musical con su música electropop. Ellos publicaron un EP –o disco corto– que lleva su nombre y el cual, según su disquera, estará disponible en las próximas semanas en nuestro país.

Esta no es la primera vez que Aboitiz siente que la fama golpea a su puerta, él, junto con Andrés Bobe, fueron los fundadores de la banda La Ley, que conquistó Latinoamérica con temas como Auto ruta y Día cero.

Sin embargo, sus abusos con las drogas y el alcohol le pasaron una factura a un precio muy alto: la salida del grupo que había creado.

Ahora, con 13 años de sobriedad, retoma su carrera musical con un concepto similar al que vio nacer a La Ley y con el cual espera cumplir con su sueño original.

Aboitiz habló en exclusiva con Viva, vía telefónica desde Chile, sobre este grupo y su camino hasta él.

¿Qué dirección lleva este nuevo proyecto musical?

Somos dos personas, Ignacio Redard y yo. A él lo conocí hace tres o cuatro años, porque empezamos a trabajar en otro proyecto y con el tiempo decidimos hacer canciones juntos. Esta nueva agrupación tiene un poco los orígenes de lo que fue en un principio La Ley, cuando nos juntamos Andrés (Bobe) y yo, y con Ignacio hicimos muy buena pareja musicalmente y me sentí muy tranquilo. A mí nunca me molestó que él cantara en inglés y que el disco fuera en inglés. En Argentina nos pidieron un cover del tema Sin disfraz, del grupo Virus, y fue la primera vez que trabajamos en los dos idiomas. Para noviembre, pensamos sacar un disco con canciones en español e inglés.

Escuchando este nuevo trabajo se notan influencias de The Cure y Depeche Mode que, de alguna forma, marcaron la idea original de La Ley. ¿Era esta su intención?

Sí, lo que pasa es que se produjo una buena sintonía con Ignacio, porque viene de una generación más joven, pero que escucha lo mismo que yo, que es synthpop y, por eso, compaginamos.

Usted fue miembro fundador de La Ley, después salió, regresó y volvió a salir, ¿cuán difícil fue para usted ver de lejos cómo se desarrollaba ese proyecto?

En la primera etapa, no fue muy difícil porque yo me desconecté completamente por un asunto familiar. Después de que falleció Andrés, yo volví a la banda y, después de la segunda ida de la banda, veía que les iba bien, pero, por otro lado, estaba en el proceso de que me tenía que rehabilitar: había pasado por muchos excesos, los cuales me hicieron irme del grupo. Estuve rehabilitándome por drogas y alcohol y fue un proceso largo que hasta el día de hoy lo estoy viviendo y que me alejó de la banda que yo tenía, pero fue un proceso que tenía que hacerlo; no tenía alternativa.

¿Culpa al alcohol y las drogas de su salida definitiva del grupo?

No al alcohol y a las drogas, si no a la enfermedad. No son entidades malas, ahí están; todo depende del uso que uno le dé a las cosas y yo, en ese momento, estaba enfermo. Llevo 13 años rehabilitándome y hoy puedo ver las cosas con otra perspectiva.

¿Por qué cree que, en su caso, sí lo afectó?

Fueron muchas cosas. Esto empezó muy temprano. En algún momento, se desarrolló con más notoriedad cuando estaba en este proceso con La Ley, con mucho éxito, y eso no ayuda muchas veces, porque son muchas las fiestas, la gente te está adulando y te dicen que eres el mejor del mundo y todo eso no sirve para nada cuando uno esta mal emocionalmente.

¿En qué momento, decidió que necesitaba ayuda para salir?

La verdad es que yo no lo decidí, fueron las circunstancias las que decidieron y también fui yo quien tuvo la capacidad de rehabilitarse y decir: ‘¿Sabes qué? echémosle ganas’. Era la única manera de volver a tener lo que había tenido al principio con una banda; yo creo que me ayudó el quererlo mucho.

Hay mucha gente que quiere salir y no lo logra, ¿por qué cree que, en su caso, fue un éxito?

Es cuando tocas fondo y ves lo que has perdido y lo que vas a perder y ahí empiezas a hacer algo.

¿Cuál diría que fue la pérdida más grande que tuvo por culpa de las drogas?

Yo creo que la pérdida más grande fue mi grupo, la banda La Ley.

Regresando a su salida de La Ley, que no fue nada fácil. ¿Sigue en contacto con sus excompañeros?

No con todos. De hecho, el primer contacto que tuve fue con Luciano (Rojas), cuando hubo una crisis en La Ley –que eso podríamos hablarlo en otro momento– y con Luciano formamos el grupo Saiko, del cual me salí después para hacer otras cosas, pero que todavía sigue y es muy reconocido en Chile.

¿Pero si diría que hay una buena relación con todos ellos?

Con Beto (Cuevas) no he tenido la oportunidad de hablar desde el año 2004 ó 2005, que nos subimos en el escenario de la Quinta Vergara a hacer un reencuentro.