La fuerza de Caifanes dejó una estela de felicidad en Costa Rica

Palacio de los Deportes La banda liderada por Saúl Hernández dio ayer un gran concierto. Miles de ticos cantaron entusiasmados

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Como si fuera su mayor momento de gloria, en los años 90, así vivió Caifanes su reencuentro con sus seguidores ticos, en un Palacio de los Deportes que literalmente vibró con cada uno de sus temas.

Saúl Hernández, Sabo Romo y Alejandro Marcovich aparecieron a las 8:21 p. m.; su sola presencia en el escenario enloqueció al público. La emoción por ver a los Caifanes hizo que muchos brincaran con los primeros acordes de Viento .

Los gritos ensordecedores llenaron el recinto deportivo. Con los brazos extendidos, los espectadores parecían que querían abrazar a sus ídolos musicales.

Con Para que no digas que no pienso en ti y Miedo , el concierto solo fue en crecimiento en cuanto a intensidad; las pasiones que estos mexicanos desatan eran fáciles de sentir en el ambiente.

“Realmente no hay palabras para descifrar lo que estamos viviendo ahorita, esto es más allá de un sueño hecho realidad y cuando tocamos la canción que viene, soñábamos muchas cosas, soñábamos con ser alguien en la vida (...). Has de tu vida una gran vida”, dijo Hernández, y luego interpretó La vida no es eterna .

Con Aquí no es así , el entusiasmo alcanzó un punto altísimo; sin importar a cuál punto se dirigiera la mirada, el resultado era el mismo: fanáticos que a todo pulmón seguían cada estrofa.

Cercano. Saúl Hernández se metió de lleno con su público; habló con los fanáticos; tomó en sus manos una camiseta que le tiraron de en medio y, con una gran sonrisa, aseguró que la pensaba firmar.

También dijo a la muchachada, a la que en todo tiempo se dirigió llamándoles “raza”, que el aplauso se lo merecían ellos.

Luego regresaron a Caifanes , el disco donde toco comenzó , e interpretaron Cuéntame tu vida .

Hay fiestas donde todo parece salir perfecto... eso es lo que ocurría en el Palacio de los Deportes. Tema tras tema, la sensación era que el rumbo solo podía ir mejorando.

Siguieron temas como Sombras en tiempos perdidos .

Sabo Romo mostró que los años sí pasan sobre él –al igual que con el buen vino–, y con el talento y la experiencia que tiene, comenzó con los primeros acordes de Miércoles de ceniza .

Históricamente es conocido los problemas con el sonido durante los conciertos en el Palacio de los Deportes; sin embargo, ayer fue bastante aceptable el trabajo que hicieron los técnicos. La voz de Hernández se escuchó bien en todo momento, y las guitarras, teclados, bajo y saxofón se escucharon claramente, lo que permitió recordar ese sonido tan característico de la banda Caifanes.

“Estar en un concierto es como hacer el amor, vamos poco a poco. Vamos a aguardar el final, porque va a ser apoteósico(...). El presente y futuro de nuestros países está frente a nosotros, porque eres tú”, le dijo Saúl a su “raza”.

Poco a poco, llegaron otros temas indispensables, como Mátenme porque me muero , Antes de que nos olviden y Ayer me dijo un ave . Estos vinieron acompañados de mensajes de Saúl Hernández, que buscaban reflexión en los ticos. También compartió aquellas palabras de Bertolt Brecht, que comienzan con: “Hay hombres que luchan un día y son buenos...”.

La fuerza de Caifanes no se detenía, su música estaba tan marcada en la vida de estos miles que llegaron a Heredia y que no se detuvieron de apoyarlos nunca.

Estás dormida , Piedras y Detrás de ti siguieron en una noche para el recuerdo. Al cierre de esta edición Caifanes continuaba tocando.