Karol G en Costa Rica: El cuento de hadas de una sirena convertida en la Bichota

Empoderada y con un derroche de energía, la colombiana presentó el primero de dos conciertos en el Estadio Nacional. Su visita al país es parte de la gira ‘Mañana será bonito’

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Una sirena dulce y hermosa era feliz en su océano, pero quería algo más en su vida; sin embargo, la búsqueda le enfrió su corazón. El cuento de hadas de Karolina puede que se haya repetido en muchas otras de las sirenas que cantaron con ella la noche de este sábado en el Estadio Nacional de Costa Rica donde Karolina, convertida en Karol G, fue narrando con canciones cómo se empoderó hasta convertirse en la Bichota.

Karolina le cantó al dolor de su corazón con TQG, Besties, Mi Cama, El Barco, X si volvemos, Tusa y Amargura. Todas son flechas directas al desamor, como si pudieran sacarlo del pecho con el fuego que fue la colombiana sobre el escenario. La sirena estuvo acuerpada por una orquesta formada por mujeres y por una maravillosa sección de bailarinas. La fuerza femenina se desató en el recinto deportivo de La Sabana.

El primero de los dos conciertos de Karol G en Costa Rica, como parte de su gira internacional Mañana será bonito, fue realmente una descarga de energías. Se sintió el amor, el desamor, el cariño, la alegría y la tristeza, todo por igual. Las pieles se erizaron cuando, al cantar, los colores se encendieron en todo el estadio. Ella, diva y fuerte, caminó con gozo y poder por la tarima que atravesó la cancha del estadio para bailar en medio de su público, uno que le cantó y la adoró desde que comenzó el show hasta la última canción.

Karol G ya es una vieja y querida conocida de Costa Rica. Desde que inició su carrera como artista, ha visitado nuestro país en varias ocasiones y siempre ha recibido un cariño especial, algo que ella ha devuelto con creces en los conciertos que ha dado en suelo tico. Ese amor recíproco entre fans y cantante se sintió a flor de piel.

La colombiana se veía regia en un atrevido atuendo de tonos rojizos, lleno de brillos y lentejuelas. Sus botas de color blanco completaron el look con el cual se veía cómoda.

La palabra intensidad se queda corta, cortísima, para describir la presentación que dio la originaria de Medellín ante 45.000 asistentes. Cargada de éxitos y de una energía imparable, Karol G lo dejó todo en el escenario y no solo en lo artístico, sino también en el montaje de un espectáculo de primer nivel.

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Así quedó demostrado cuando cantó la exitosa Tusa sobre una tarima levadiza y con niveles que sirvió para que ella y sus compañeras bailaran con todas las ganas. Todo esto acompañado con una descarga de juegos pirotécnicos, fuego, inflables y estructuras que montó en la tarima.

En una de sus intervenciones, Karol G reconoció que todavía se siente emocionada al ver el cariño de sus seguidores. Con el estadio lleno hasta el último espacio, dijo que espera nunca dejar de sorprenderse.

Y llegó La Bichota con un gran concierto en Costa Rica

El segundo capítulo del cuento de la sirena Karolina fue todavía más potente e impactante.

La dulce sirena tenía su corazón frío todavía, pero se encontró con una particular mariposa que terminó siendo su hada madrina, la cual le ayudó a soltar ataduras y tomar las riendas de su vida.

“Ha llegado el momento de ser fuerte”, le dijo la mariposa y la transformó en una “mamasota con actitud de jefa”. Karolina se transformó a partir de sus propias convicciones y fortaleza; incluso, domó a un gigantesco tiburón para que fuera su mascota. Lo tomó por su aleta y se transformó en la Bichota.

Inmediatamente, Karol G volvió al escenario, vestida con una camiseta y enagua de color azul, con un corazón en el pecho con la bandera de Costa Rica y nuestros colores patrios en todo su look.

La música que acompañó este capítulo fue esa que identifica a la fortaleza femenina: Bichota G, Oki Doki, Una noche en Medellín, Qlona, Sejodioto, Punto G, Bichota, El Makinón, Carolina y Gatúbela.

Dulce y cariñosa como es, Karol G aprovechó un momento para interactuar con su público. Fue cercana y se tomó el tiempo para leer algunos de los carteles que el público le llevó.

Uno de los momentos más románticos de la velada llegó con Ocean, canción que, como bien lo dijo la artista, puede dedicarse al amor, a la mamá, a un hijo o a un amigo. Vestida de azul, con una flor en su cabello y sentada en una nube gigante interpretó este hermoso tema.

Durante un gran espacio, Karol se puso muy amorosa con sus piezas, también el show fue algo más acústico con incluso la presencia de instrumentos de viento sutiles, como una flauta, que acompañaron la voz de la colombiana en temas como Mercurio.

Otro momento lindo que protagonizó la colombiana fue cuando bajó del escenario para saludar cálidamente a sus seguidores. Mientras cantaba Créeme, se llevó en sus brazos muchos abrazos, así como ramos de flores, pulseras e incluso un peluche de un oso perezoso. De la manera más cercana, les dijo repetidamente “te amo” y “gracias”.

Tercer capítulo: “Hay una Bichota dentro de todos”

La sirena Karolina, convertida en una Bichota, irradiaba confianza. Su determinación no tenía límites y nunca más permitiría que nada la derribara.

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Volvió al océano con una fuerza imparable y sobre su tiburón enfrentó todos los desafíos que se le pusieron por delante. Al final del cuento dejó un mensaje muy importante para sus seguidores: “Hay una Bichota dentro de todos, lo único que se debe de hacer es abrazar nuestro auténtico yo”.

Con Mientras me curo del cora, con la promesa de que mañana será bonito, fue como empezó la colombiana a despedirse de los ticos con un nuevo atuendo, uno más relajado con un pantalón blanco y ancho, como para calmar un poquito las revoluciones de cara a lo que se venía para el cierre.

La fiesta más fuerte quedó para el final. El perreo intenso, la pasión del reguetón sonó con Ojos Ferrari, Tus gafitas y Cairo. Sin embargo, no podían quedar éxitos rotundos de su carrera y guiños a otros géneros como Mi ex tenía razón o Gucci los paños (con el protagonismo de un acordeón y una tuba).

En una fiesta como la que se vivió este sábado en el Estadio Nacional, no podía faltar un brindis. Los ticos convencieron a la colombiana de tomarse un trago de Cacique; ella lo pidió y la complacieron. Inmediatamente, cantó 200 copas.

Con Mamii, el éxtasis llegó al máximo. Qué canción y qué intensidad tiene. Y cantarla en vivo y bailarla frente a Karol G, le imprime todavía mucha más emoción. Como todo lo bueno tiene un final, el show tenía que terminar. Eso sí, la colombiana no iba a permitir que acabara con un bajón, así que le puso todavía más energía con Amargura y la gran Provenza.

Y así, con miles y miles de Bichotas en un parque josefino, fue como Karol G puso altísima la vara de los conciertos internacionales en nuestro país.