Javier Arca, el músico al que no le tiembla la mano para abrazar el rap, el rock y el punk

Este productor costarricense, que saltó a la escena con la agrupación Amor Mapache, lanza su primer trabajo en solitario llamado ‘CIVIC’, un disco que literalmente es un vehículo hacia sus emociones más profundas

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En un singular ecosistema, en el que las etiquetas se pegan como notas adhesivas a cada canción, Javier Arca decide desafiar cualquier norma, liberando su arte en una espiral de creatividad que mezcla hip hop, punk, indie, industrial, rock y hasta R&B alternativo.

Su música es un cóctel de sabores inesperados, una experiencia sensorial que desafía la norma y reescribe las reglas del juego. “Hasta a mí me cuesta definir mi proyecto”, cuenta el músico costarricense, quien a sus 31 años debuta en solitario con su disco CIVIC.

Con la astucia de un alquimista musical, Arca nos sumerge en un torbellino de sonidos eclécticos, donde cada nota es rebelde con causa. Su música, como él mismo dice, es una invitación a la audiencia a liberarse de las convenciones. “Me gusta cuando las cosas se hacen diferente a lo que siempre se escucha”, explica, citando como ejemplos discos como el To Pimp a Butterfly, de Kendrick Lamar, o My Beautiful Dark Twisted Fantasy, de Kanye West.

Teniendo a esos referentes, Javier se “tira al agua” en solitario después de haber sido parte de la agrupación Amor Apache. Ahora, como maestro de su propio laboratorio musical, invita a escuchar una propuesta donde las fronteras entre géneros se desvanecen.

Javier Arca es sincero

CIVIC es un álbum notablemente confesional; es un viaje por las complejidades del alma de Javier Arca, donde cada canción es una puerta a sus recuerdos y sus sueños. Este ‘viaje’ comienza con el sonido familiar de una alarma de automóvil, quizás un automóvil Honda Civic, que da las primeras sonoridades de su disco.

1992, la primera parada en este recorrido, es más que una canción; es una ventana al año de nacimiento de Javier Arca. Los teclados danzan con su profunda voz en un suave hip-hop, creando una experiencia íntima. Es el punto de partida de un disco que se sumerge en la esencia del artista, explorando su identidad desde sus raíces.

Para entrar en detalle, Javier cuenta que su interés en la música parte desde muy pequeño, cuando su barrio de infancia- ubicado en Paso Ancho- le hacía notar la diversidad de gustos que podían coexistir en tan solo unos metros.

Allí, en su barrio, las cumbias y el reguetón resonaban entre las casas vecinas, la salsa aparecía en los carros que pasaban y el rock se colaba en la casa gracias a las canciones que su familia reproducía. Este ‘caos’ musical se refleja en el álbum, una mezcla ecléctica de sonidos que va desde el hip-hop hasta las guitarras abrasadoras de temas como Airbag, que evocan, por ejemplo, el espíritu rebelde de agrupaciones como Nine Inch Nails. Aquí, Javier fusiona el rap con la intensidad del rock, creando una pieza única.

“El disco nació de probar qué funcionaba y qué no. He crecido oyendo de todo y más bien me emocionó probar texturas y combinaciones y que el hilo que los uniera fuera la idea del automóvil Civic. Mientras cada pieza reflejara algo del carro, se valía hacer de todo a nivel sonoro”, explica el cantante y productor.

Cada canción en CIVIC, de hecho, lleva su propio distintivo, como los títulos relacionados con carros: Clutch, Nitro, Sirenas, Neón y Turbo son los títulos del resto de temas. Cada pista es, literalmente, un vehículo que nos lleva más profundo en el mundo de Javier.

“El disco habla sobre mi vida, sobre mis obsesiones, traumas pasados… No había otra forma de que no fuera así. Conforme se escucha cada canción, pues la persona que me oiga sabrá más de mí, siempre a través de sonoridades muy particularidades”, explica.

El resultado final de esta experimentación es una declaración de independencia musical, donde las reglas se rompen, los géneros se entrelazan y el artista se revela en toda su autenticidad.

Más allá de las fronteras convencionales, cada canción es una pieza en el rompecabezas sonoro de Javier Arca. “Al final de cuentas, hacer un disco es tan complejo como tratar de entenderse a uno mismo. Eso es lo bonito y lo desafiante de hacer arte”, concluye el músico.

Desde el pasado 23 de febrero, puede escuchar el disco CIVIC en su plataforma de streaming preferida.