Jairo y Juan Bau hicieron que los costarricenses recordaran viejos tiempos

Gran regalo En el evento, que duró cuatro horas, el público suspiró al escuchar los grandes éxitos de ambos intérpretes

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Amor, buen ambiente, excelente música y, sobre todo, muchos recuerdos... Eso fue lo que se vivió en el concierto que ofrecieron Jairo y Juan Bau la noche del viernes.

Ellos, quienes estuvieron en el hotel Intercontinental, en Escazú, recordaron, en sus respectivas presentaciones, el por qué son íconos en el género romántico y, con ello, capturaron de nuevo el corazón de decenas de ticos.

En medio de meseros que corrían para llevar la comida caliente a las mesas y un ambiente que se torno cálido, los intérpretes regalaron una noche para nunca olvidar.

Minutos. A las 9:15 p. m., con un traje plateado, una camisa blanca y una llamativa corbata verde, el cantante español Juan Bau subió al escenario. A él, lo recibieron fuertes aplausos y más de una señora enamorada.

Él le sonrió a su público y, sin nada más que decir, empezó a cantar su éxito Devuélveme el amor.

“No puede ser, esa es mi favorito”, comentó, con voz baja, una mujer mientras se llevaba sus dos manos a la boca.

Tras esa pieza, llegó el turno de Hoy me llamará , y luego él agradeció la presencia y el cariño. “Buenas noches, ¡qué alegría estar aquí! Estoy muy feliz, ustedes me hacen feliz”, gritó el intérprete, quien, al mismo tiempo, se quitaba el saco y se desajustaba la corbata.

Siguió con Marinero , Mi corazón y Fantasía . Para ese momento, los ánimos lograron calentar el ambiente, que, al inicio, estaba frío por el aire acondicionado.

Sin embargo, el clímax de su presentación llegó cuando interpretó Me duele tanto con una de sus coristas. El público estalló de la euforia y coreó, a todo pulmón, la canción de principio a fin.

“Y, nunca más, ya nuestro amor será igual que antes, pues tu tendrás siempre la duda y la desconfianza en tu corazón. ¡Qué pena y qué estupidez la mía de engañarte!”, cantaba un hombre de tal manera que hasta tenía las venas de su rostro resaltadas.

Luego, vinieron otros de sus grandes éxitos: La estrella de David y Penas , canción con la que el público se levantó, por primera vez, de sus asientos.

Ya el intérprete, quien llevaba más de hora y media en el escenario, anunció el final de su presentación. Mientras los espectadores le aplaudían sin cesar, Juan Bau abrió su camisa para simular que, dentro de ella, guardaría todo el cariño que el público le dio durante esa noche.

Derroche. Como bien dicen, el español le dejó la mesa más que servida a Jairo para que subiera a la tarima y terminara de enamorar a los costarricenses.

Pasadas las 11 p. m., el argentino apareció en escena. Su cabellera blanca y su buena voz robó la atención de los asistentes.

“Qué guapo, es impresionante ver cómo se mantiene de joven ese hombre”, comentó una mujer sentada entre las mesas de atrás, mientras Jairo, de 64 años, interpretaba su primera canción, Por si tu quieres saber .

Luego llegó el momento de Tristezas , Caballo loco , Los enamorados y Gracias a la vida , tema que cantó, en francés, con su hijo Yaco.

Los aplausos iban y venían, los comentarios y piropos también; todo era parte de una rica conexión entre el público y el famoso, quien tenía cerca de cuatro años de no visitar el país.

Los minutos seguían pasando y a las 12:40 a. m. del sábado, Jairo anunció lo que, supuestamente, sería el final del concierto; pero, a petición del público, volvió... y con sus mejores temas.

Él no había ni terminado de cantar las primeras palabras de las canción Amigos míos, me enamoré , cuando los espectadores se levantaron y corearon la canción, al mismo tiempo que meneaban sus cuerpos de un lado al otro.

Lo mismo sucedió con su icónica pieza El valle y el volcán . Ahí, unos asistentes pusieron sus manos en el aire; otros se iban acercando, poco a poco, a la tarima para poder echar un vistazo más de cerca a su cantante favorito.

Nuestro amor será un himno y Morir de amor fueron las últimas canciones que interpretó Jairo, quien no se marchó sin antes decir: “¡Nos volveremos a ver muy pronto, Costa Rica!”.