Internet: el terreno de la música alternativa

Con dosis de personalidad y trabajo duro, las radios por Internet revitalizan la escena musical y lanzan al universo propuestas que, de otra forma, se quedarían sin difusión

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Hay quienes dicen que la música tiene colores, sabores e incluso formas. En las últimas décadas, los sonidos de una sinfonía de Beethoven o los progresivos acordes de guitarra de una banda argentina undergound han empezado a llegar a nuestro oídos en la forma de códigos binarios (O y 1) que escapan de los navegadores de nuestra computadora personal.

Internet ha abierto puertas para que millones de ideas diferentes sean distribuidas gratuitamente por el mundo y un grupo de apasionados de la música ha elegido este espacio virtual para revolucionar el concepto tradicional de la radio y desafiar a los grandes medios con una programación llena de experimentos y atractivo para usuarios nicho de la web.

En el país, algunas estaciones de radio por Internet ya acumulan varios años de existencia y algunos, como Radio Malpaís, ya perciben ingresos suficientes para mantener a una planilla pequeña de trabajo, gracias a un concentrado, pero sólido grupo de seguidores que ha construido a lo largo de casi un lustro de existencia.

Viva se sentó a conversar con directores de varias radios por Internet nacionales para discutir los mayores retos de este tipo de proyectos y su deseo de llevar al público música e ideas que se quedan sin lugar en los espacios comerciales.

Una respuesta. Sin importar el género musical que aborden, las radios por Internet parecen compartir dos características. El primero es la pasión que sus fundadores sienten por un tema en específico o una rama musical.

El segundo motivo es una consecuencia directa del entusiasmo: el deseo de escuchar y compartir más de sus gustos e intereses.

“Fue en julio del 2007 cuando el proyecto salió a la luz... En ese momento yo estaba en el foro del grupo Malpaís y dentro se creó un tema que se llamó Radio Malpaís... Cuando salí de trabajar donde estaba, empecé a investigar para crear una radio en Internet y busqué un servidor gratis con que montarlo”, recuerda Luis Alvarado, director de RadioMalpaís.

El proyecto que inició como un juego para su creadores, empezó a divulgar rápidamente por el mundo digital, al igual que sigue ocurriendo hoy con emisoras de corte roquero o ambiental.

“Empecé a programar música que me gustaba a mí y luego se empezó a meter gente del mismo foro a pedir música que les gustaba a ellos. Así se fue pasando el dato entre la gente hasta que en un momento había 100 máquinas conectadas escuchando una radio que no existía formalmente”, agrega Alvarado.

Una inquietud similar llevó a cuatro jóvenes a fundar Stereomix en el año 2009.

“El proyecto nace como una necesidad de difundir ciertas agrupaciones, eventos y movimientos que no salen en los medios masivos. Hemos trabajado con mucha música nacional y el sector underground. También nos hemos metido con la cultura urbana: el skate, BMX y grafiteros”, explicó Daniel Quirós, cofundador de la emisora que se niega a clasificarse bajo un género musical específico.

Aunque cuentan con una buena respuesta del público, los proyectos luchan con recursos limitados y con la falta de credibilidad ante anunciantes y productoras.

“A mí me han negado entrevistas y pases de prensa muchas veces... Somos pioneros y sabemos que el futuro está en la Red, pero todavía no hay credibilidad completa con los patrocinadores”, relata Patricia Zamora, directora de Radio Monteverde.

No obstante, algunas agencias de publicidad y organizadores de conciertos empiezan a pensar en emisoras digitales para otorgar pases de prensa y colocar publicidad en sus sitios web.

“Nos ha tocado un poco difícil por la mala fama de algunas personas que nada más quieren ir al concierto a escucharlo. Las condiciones están mejorando”, asegura Quirós.

Los ingresos moderados que perciben muchas radios no son suficientes aún para cubrir gastos que van desde los $30 mensuales (por el alquiler de un servidor) hasta los $1.500 que requiere un proyecto de mayor envergadura.

Por este motivo, los modelos de negocios varían desde el proyecto que se mantiene con el sueldo de los propietarios que se dedican a otras actividades durante el día hasta de la organización de conciertos para obtener más ingresos.

Amigos y familiares de personas involucradas con la radio se han visto obligados a ponerse la camiseta de la emisora y ayudar con la programación.

“Hay colaboradores que me ayudan con la lista de reproducción. Muchas veces son mi mamá y mis hermanas, cuando yo ando en clases o no estoy acá”, comentó Alvarado, quien dirige Radio Malpaís desde un salón ubicado en su casa.

Pese al esfuerzo que conlleva transmitir todos los días una radio que aún no genera fondos suficientes para vivir de ella, los directores de este tipo de medios se muestran optimistas sobre el futuro.

“Los medios digitales toman mucha fuerza. Cada vez se lee más por Internet y se desplaza al papel y a la televisión. Ahora apenas uno llega a la casa , enciende la computadora, muchos antes de que nos sentemos a ver televisión, por ejemplo”, comenta Quirós.

Esta visión parece concordar con cifras de países como Estados Unidos, en donde la consultora Bridge Ratings & Research, estimó que en el 2007, un 19% de los consumidores (57 millones de personas) escuchaban radio digital.

La popularidad de la emisoras va de la mano no solo de la calidad de sus contenidos, sino también de l desarrollo de formas sencillas para escucharlas en todas partes. Hoy en día, es posible escuchar radios de Internet en teléfonos móviles y también se han puesto a la venta receptores con la apariencia de grabadoras.

En Costa Rica, Radio Malpaís ya cuenta con un servidor adicional que se encarga de transmitir su señal a teléfonos iPhone, Android y Blackberry. Este canal tiene una conectividad de hasta 500 móviles en simultáneo.

Stereomix también está empezando a explorar el mundo de los teléfonos inteligentes y desarrolla una aplicación con la tienda OVI, de Nokia, para que sus usuarios puedan mantenerse conectados aún cuando están lejos de su escritorio o de su computadora portátil.

Comunidades. La experiencia de las radio en Internet va más allá de la selección de las canciones y grupos en la programación regular. La permanencia de estos proyectos depende en gran medida de su capacidad de desarrollar un grupo fiel de seguidores.

Debido a su escaso presupuesto, las radios en Internet deben su popularidad en gran medida a las recomendaciones que vínculo a vínculo hacen sus usuarios y las redes sociales han contribuido a colocarlas incluso por encima de medios tradicionales.

“Las redes sociales son como una manera de agarrar impulso. Si un amigo le da like, la gente va dándose cuenta progresivamente de que existe el medio. Es una ayuda increíble”, destaca Quirós.

Para la directora de Radio Monteverde, el espíritu de fraternidad entre proyectos digitales, sin importar si son a nivel nacional o internacional, son esenciales para el difundir trabajo diario.

Muchas estaciones virtuales, han hecho contacto con proyectos hermanos con los que intercambian música, seguidores y experiencias.

“La unión es muy importante. Yo no pretendo ser la emisora número uno entre millones de radios que hay en Internet, pero podemos trabajar juntas y darle al oyente lo que quiere. Nosotros les decimos a la gente que nos recomiendan alguna radio y compartimos los enlaces, así como otras radios hacen lo mismo con nosotros. Con las recomendaciones todos vamos creciendo”, destaca.