Hillsong Worship y su vuelo cristiano por el Parque Viva

Frente a miles de costarricenses, la banda australiana ofreció una auténtica noche de adoración y alabanza. Con pop, rock y toques electrónicos, sus integrantes proclamaron su fe por todo lo alto.

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Lo de Hillsong Worship es un viaje intenso y probadamente exitoso. Sobre el escenario del Anfiteatro Coca-Cola, en el Parque Viva, este martes la banda australiana voló por todo lo alto, sedujo a miles de ticos y demostró, una vez más, porque es una de las consentidas de la música cristiana.

Su propuesta, admirada en todo el mundo, lo conforma un trayecto de alabanzas, de adoración y de energía positiva; que sobre la nave de su música logran elevar en creativas, envolventes y seductoras formas. En todos los modos, bien amarrados al cinturón de su fe, no hay manera de que su público se desamarre de su encanto.

La conexión con su gente es total y su talento se disfruta como un rico postre de premium class. Proclaman que “su destino es Cristo” y eso lo es todo para sus fans: de esa singular travesía, brazos en alto y con ojos cerrados, nadie quiere bajarse.

A las 8 p.m, en punto, la banda cristiana empezó la aventura. Los de Hillsong Worship pisaron suelo tico como parte del tour There is more (Hay más) y no estaban dispuestos a guardarse nada. Un repaso de toda su trayectoria -que empezó en 1983 con el nombre de Hillsong Live- y los nuevos temas de su repertorio fueron su compromiso antes de la velada.

Con el tema Tu amor no se rinde (Relentless), los australianos comenzaron a disparar energía. Acompañados de una gran pantalla de luminiscencia led y una buena dosis de saltos y gritos sobre el escenario, los primeros “aleluyas” de la velada comenzaron a escucharse.

“Vamos a adorar, a entender que hay un Dios que nos ama y vamos a tener con Él un encuentro de forma poderosa ¿Están listos?”, fueron las primeras invitaciones de uno sus integrantes.

Sorprendió, gratamente, que la banda se preparó para cantar varias de sus canciones en español. Así lo hicieron saber desde el principio del concierto y se hizo patente en el escenario.

Las estrofas de sus canciones iban rotando del inglés al castellano sin perder su esencia. Así, el recital, comenzó a calentar con temas como You are life (Estás vivo) y Mighty to Save (Poderoso para salvar).

En un cóctel de pop, rock y toques electrónicos, los de Hillsong Worship comenzaron a sacar su brillo. El público tico, coreando cada uno de sus temas, fueron su combustible para entrar en calor.

Muy pronto, el Parque Viva, se había convertido en un auténtico culto cristiano, pues con temas como Who You Say I Am (Quién dices que soy), Cornerstone y Hosanna, el lugar dio rienda suelta a su pasión. Se vieron lágrimas, abrazos y expresiones de éxtasis en las graderías.

Aunque no hablaron mucho, debido al idioma, Hillsong Worship desborda un sorprendente carisma. Ninguno de sus integrantes necesita palabras para transmitir sus emociones y entrar en sintonía con la audiencia, como alineados en una misma frecuencia.

Y así, el show, nunca bajó de ritmo; todo lo contrario, se iba intensificando en emociones. Touch of Heaven (En tu presencia), fue uno de los temas más ovacionados de la primera parte de la velada, y New Wine (Vino nuevo), de los más sentidos por el poder de sus letras.

Brooke Fraser, una de las cantantes principales del grupo, citó el Evangelio para pedir por los que “estaban cansados”, o llevaban “una gran carga sobre sus espaldas”.

A todos ellos, sentada en el piano y a través de su prodigiosa voz, les ofreció “vino nuevo”. Todos, a juzgar por sus gestos, lo aceptaron.

Adoración sin tregua.

Después de O Praise the Name (Alabaré al Señor) y una prédica de un pastor invitado al evento, los de Hillsong Worship regresaron recargados. Se tomaron unos 25 minutos de descanso, para no dar tregua en el tramo final del concierto.

“Hay personas aquí que quizá los trajo un amigo, y quizá piensan, toda esta gente está loca, mira como alza las manos para adorar. Yo les digo, no, no estamos locos, es que estamos enamorados", expresó el predicador antes de continuar la intensa jornada.

Así, el líder cristiano, justificó la locura espiritual que se vendría.

Con temas como The Passion (La Pasión), This I Believe (En esto creo), No other Name (No hay otro nombre) y So Will I (Un billón de veces), Hillsong Worship comenzó a transitar por los momentos más memorables de la jornada.

Coreando a pulmón cada letra y cada exaltación a su Amado (Jesús), el ambiente en el Parque Viva se tornó excepcional. Los ticos la estaban pasando bien y aún faltaba un considerable trecho para el final.

I Surrender (Me rindo) -tema con una mágica mezcla de guitarra acústica con eléctrica- y The Stand (Aquí estoy), fueron canciones en las que el público pudo tener un papel más activo. La banda calló sus instrumentos para que el inmenso coro de ticos hiciera retumbar al Parque Viva.

Su voz se hizo escuchar, con choque de palmas y gritando con una emoción que se desbordaba.

Cumpliendo promesas, Hillsong Worship presentó temas nuevos como King of King (Rey de reyes) y complació luego con uno de sus temas más conocidos: What a Beautiful Name (Majestuoso es su nombre),

El vuelo de Hillsong Worship concluyó sumamente movido. La despedida hizo retumbar las butacas con This is Living (Vida tu me das), Alive (Vivo estás) y Wake, temas con gran poder electrónico y evocaciones de fiesta sin iguales.

Nadie se quedó en su silla, la masa saltó y saltó hasta el aterrizaje definitivo de la famosa banda, que apagó sus turbinas al filo de las 10 de la noche. Ya no había tiempo para más.

El vuelo acabó con un “Costa Rica, los amamos, nos vemos la próxima vez”, el anfiteatro en silencio y miles de inspiradoras sonrisas saliendo del aforo. El semblante de sus fans, sin duda, lo decía todo.