Grammy Latinos buscan quitarle el frío a Las Vegas

Preparado La ciudad con el mejor entretenimiento en vivo tiene esta noche reservada para el español (y algo de portugués)

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Las Vegas, Nevada (EE. UU.) En una ciudad construida sobre los pilares del juego y la diversión, resaltar en medio de tanta oferta de entretenimiento no es nada sencillo. Sin embargo, lograr reunir en un mismo lugar a las mayores estrellas de la música latina pareciera ser una carnada difícil de ignorar.

Salsa, bachata, reguetón, composiciones clásicas, música brasileña; pop malísimo, malo, regular, bueno y buenísimo: esto es lo que hoy se escucha en buena parte de Las Vegas, a pocas horas de que se celebre aquí la 14° entrega de los premios Grammy Latinos.

El hotel Mandalay Bay es el epicentro hoy del entretenimiento hispanoamericano, pues, en su centro de convenciones, se reconocerá a los artistas más destacados del año en español y en portugués. Afirmar que lo que está aquí es lo mejor de la música de nuestra parte del mundo desde luego que es debatible, tanto como gustos hay. Sin embargo, es innegable que sí se trata de los artistas más sonados, los más populares, los dueños de las canciones que hasta los niños repiten de memoria a fuerza de exposición.

En medio del desierto. Las Vegas está fría pero no muerta. El viento seco del desierto obliga a los peatones a andar bien abrigados, mientras saltan de un casino a otro buscando vida. Dentro de los hoteles, el ambiente está garantizado en una ciudad en la que debajo de cada piedra pareciera haber un espectáculo del Circo del Sol.

Las vallas publicitarias gritan por atención, promoviendo a los residentes que se presentan con regularidad, como Celine Dion, Boyz II Men, Rod Stewart o Carlos Santana o, bien, a las megaestrellas prometidas para fin de año, como Tiesto y Fleetwood Mac.

No obstante, al menos por hoy, en el Mandalay se habla español. El enorme hotel promociona por todo lo alto la entrega de los Grammy Latinos, que contradictoriamente solo son mencionados por sus organizadores por su traducción en inglés. Así, los Latin Grammy llegan a su año 14 con suficiente presencia como para no ser vistos como los “hermanos menores” de los otros Grammy (los de verdad, dirán algunos).

En las afueras del hotel, las cadenas de televisión tienen listos sus sets y cámaras a la espera de que el desfile de estrellas tome la alfombra verde (el rojo pasó de moda, y más cuando una cerveza de reconocible botella verde es la que paga la fiesta). Si bien Univisión es la dueña de la transmisión en Estados Unidos, ninguno de los medios latinos de mayor peso puede darse el lujo de perderse lo que aquí pasa.

Los grandes nombres están garantizados y sabido es que Marc Anthony, Carlos Vives, Miguel Bosé y Alejandro Sanz se cuentan entre los favoritos a llevarse varias estatuillas. Otras postulaciones son más inciertas, como en el caso de la veterana estadounidense Natalie Cole, que, con un español poco fluido, siguió la ruta de su padre, el inmortal Nat King Cole, y se metió a grabar en castellano. El cómo su disco En Español logró una nominación a mejor álbum latino del año es un misterio que la Real Academia de la Lengua aún no asimila.

Descifrar los designios de la Academia de la Música es complicado y vaticinar quién podría ganar no siempre es un ejercicio lógico. No pocas veces el mejor disco, según la crítica y la audiencia, termina viendo como la estatuilla va a dar a manos de un desconocido (cómo olvidar cuando, en el 2000, el disco de Chris Pérez, el viudo de Selena y solo conocido en Estados Unidos, se quedó con un Grammy roquero por encima de Café Tacvba, Los Fabulosos Cadillacs, Enanitos Verdes y Jaguares).

En este ambiente es que las discográficas hacen, en paralelo, sus presentaciones y promueven nuevos proyectos de estrella: esa cara desconocida de hoy bien puede ser el reguetonero estrella del mañana.

¿Una victoria en la ceremonia de hoy les ayudará a vender más discos? Difícil saberlo, máxime en un momento en que en cualquier feria del agricultor uno puede conseguir los álbumes más recientes de Jesse y Joy o Illya Kuryaki por menos de $2.

A diferencia del 2012, esta vez la música costarricense brillará por su ausencia, tanto en la alfombra como en el podio. La única postulación lograda por la producción discográfica costarricense fue para Obertura jobiniana , obra incluida en el disco Bossa nova sinfónico , de la Orquesta Sinfónica Nacional. Guillermo Madriz, director del Centro Nacional de Música, explicó que ningún representante de la orquesta vino a Las Vegas para participar de la premiación (la estatuilla, en todo caso, sería para el compositor brasileño Rafael Piccolotto de Lima) .

Con la conducción de Lucero (que vive un relanzamiento después de años de exilio en los titulares) , la ceremonia de este jueves tendrá, entre sus presentaciones más llamativas, un homenaje a Miguel Bosé por parte de Juanes, Ricky Martin y Laura Pausini, a propósito del reconocimiento dado al veterano español como la Persona del Año. También habrá música en vivo de Paquita la del Barrio, Natalia Lafourcade, Marc Anthony, Pitbull, Draco Rosa, y un segmento en celebración de la salsa con Willy Chirino, Óscar D'León, José Alberto El Canario , Sergio Goerge, Ismael Miranda y Tito Nieves.

Mañana es probable que Las Vegas amanezca fría, como todos estos días, pero adolorida por la bailada y con resaca de español.