La Orquesta Filarmónica emprendió su viaje a la década de los 70 ayer, durante la primera fecha del concierto Mamma mia, Un tributo a ABBA & The Carpenters , ayer, en el Teatro Popular Melico Salazar.
Con un teatro abarrotado de madres e hijos que aprovecharon la víspera del 15 de agosto para celebrar por adelantado, el espectáculo comenzó a las 8: 10 p. m.
El público que recibió diademas de colores fosforescentes en la entrada del teatro estaba emocionado y lo demostró con ovaciones al director Marvin Araya cuando piso el escenario.
La dulce voz de Tatiana Gómez, integrante de la agrupación Jazz and Something Else, fue la encargada de abrir el espectáculo con la entrañable We've Only Just Begun , famoso tema de los Carpenters.
En esta suave pieza el arreglista Carlos Campos quiso destacar la interpretación de la cantante, por lo que la adaptación a la versión Filarmónica fue muy sutil.
Knowing Me, Knowing You , interpretada por Krysia Vargas fue la segunda interpretación de la noche. En escena, la joven fue un derroche de energía: bailó y se movió como si fuera una más de los integrantes de ABBA. La gente agradeció su desenvolvimiento en escena con un sentido aplauso.
“El futuro de la Filarmónica está en producir músicos de exportación”, dijo Marvin Araya, quien se confesó orgulloso del trabajo hecho para ese concierto, sus seguidores le aplaudieron.
Al cierre de la edición, el público disfrutaba Supestar , interpretada por Amanda Quesada.
Ella cautivó en escena con su voz y un bello vestido blanco.
Lea más detalles de este concierto en la edición del miércoles de revista Viva.