Primero, respira profundo; trastabilla un poco antes de ordenar sus ideas y luego se suelta: “Ella es mi ídolo... Estar con ella fue una experiencia única, inolvidable ”.
Manuel Gerardo Núñez resumió así los cinco minutos que estuvo al lado de Lady Gaga, en el concierto que la artista ofreció el sábado en el Estadio Nacional.
Este vecino de Barva de Heredia y quien hace shows de transformismo con el nombre de Nikole Brigitte asegura que aún tiene frescas en su mente las imágenes de aquella noche, cuando la cantante lo escogió entre el público para que la acompañara en el escenario mientras interpretaba el tema Hair.
Pero Núñez no fue el único privilegiado. Con él estuvieron también cuatro fanáticos que la intérprete de Americano y Judas escogió al azar entre sus más fieles seguidores ubicados en el sector llamado Monster Pit, justo al frente del escenario. Ellos fueron Jeffrey Arias, Diego Burke, Sebastián Ortiz y Gerardo Carranza.
Viva logró conversar con tres de ellos así como con Errol Monterrey, quien tuvo la oportunidad de compartir con ella detrás de escenario durante una hora, una vez finalizó el concierto. El derecho se lo ganó por haber sido el primero en la fila.
Relatos. El primero en subir al escenario fue Burke, joven cartaginés de 19 años, quien no lo pensó dos veces para asistir al concierto con maquillaje dramático, peluca, morada, enagua y tacones.
“Cuando ella anunció que subiría a alguien al escenario y me señaló no lo podía creer. Y yo le decía que si estaba segura que era yo y ella me dijo que sí, y fue cuando salí corriendo directamente a abrazarla. Le dije que era muy importante en mi vida, que era mi ídolo?, relató .
“Y es que yo sufrí de discriminación en el colegio por ser gay ; me trataban de loca. Pero Lady Gaga nos enseña que uno puede luchar por sus sueños sin importar nuestra orientación sexual o nuestra apariencia física”, prosiguió.
Manuel Gerardo o Nikole Brigitte (no le importa cómo le digan, él se siente a gusto con ambos nombres) no solo dice estar en las nubes por haber estado junto a su artista favorita, sino porque ella le pidió que bailara mientras tocaba el piano.
“Cuando ella le pidió a la producción que me iluminaran y yo me fui al centro del escenario me quedé en un puro temblor, pero ella me inspiró para que hiciera mi mejor esfuerzo y creo que lo hice. Y también me ayudó sentir el apoyo de la gente, que me aplaudió”, contó este barveño.
“Ella me encantó , la sentí muy dulce, humilde, genuina y olía riquísimo. No puedo decir el aroma, pero olía delicioso”, dijo.
Jeffrey Arias describió lo que, en su criterio, fue el momento más emotivo de la noche: “Cuando ella empezó hablar del bullying (acoso, principalmente en escuelas y colegios) yo me acerqué y le dije al oído que ella era la estrella pop más grande, que la amábamos, que era nuestra inspiración y que todos en el estadio estaban por ella. En eso el público le gritó ‘We love you’ (Te queremos) y en ese momento lloró... sí, lloró espontáneamente, sin trucos”.
La misma descripción de la artista trazó Errol Monterrey, de 19 años y vecino de Heredia, al contar su encuentro con la cantante. Este joven dijo que Gaga lo recibió a él y cinco personas más escogidas al azar por la producción en el camerino con un “hola, ¿cómo están?”. El encuentro duró una hora.
“Estábamos en shock . Se sentó a hablar del concierto. Es muy aterrizada, muy normal. Estaba vestida con bloomer y bata y sentada de piernas cruzadas. Es bajita, muy blanca, como de porcelana. Ella nos confesó que le encantó el concierto y dijo que estaba agradecida por seguirla y que esperaba no habernos decepcionado”, concluyó este fan, quien además obtuvo la firma de Gaga en el tatuaje del rostro de ella que él luce en su brazo derecho.