‘Estoy convencido de las cosas que hago’

El director teatral Gabrio Zapelli asegura que el vestuario que hizo para la ópera Carmen no es una copia, sino una referencia de la década de los 50. Él asegura que prefiere recibir críticas, que no escuchar comentarios sobre su trabajo

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El director teatral Gabrio Zapelli confesó que prefiere que se que se critique su trabajo a que pase desapercibido.

Es el creador del concepto de vestuario y escenografía para la ópera Carmen, que presentará la Compañía Lírica Nacional a partir del 3 de agosto, en el Teatro Nacional.

Como parte de su propuesta, él dejó de lado la versión clásica de la obra y se inspiró en la moda y el estilo de vida de la década de los años 50.

Desde que trascendió la noticia, la respuesta del público en redes sociales e Internet le ha otorgado a la idea calificativos tan diferentes como ‘ingeniosa’ o ‘aborrecedora’.

Pese a esto, el artista asegura que los comentarios negativos lejos de desmotivarlo, lo hacen confiar más en su trabajo, pues son una señal de que su propuesta llama la atención de los espectadores.

Sobre su propuesta y su respuesta a la crítica, Viva conversó con el director italiano.

¿De dónde viene el interés por ambientar la ópera Carmen en la década de los años 50?

La ópera estaba enfocada en el sigo XIX, algo no tan contemporáneo; entonces, si la ubicábamos en los años 50 siempre le daba ese componente mítico de una manera más entendible. La idea es que el público que venga a ver la ópera recuerde, porque, en su mayoría, los asistentes tienen entre 40, 50 y 60 años, y ellos pueden encontrar en la obra referencias de modas y películas de su adolescencia y juventud.

¿Qué le ofrecerá, entonces, esta ópera a los jóvenes?

Lo mismo en el sentido de que la obra se contará desde una versión más contemporánea. Hoy muchos jóvenes conocen de la influencia de los años 50 y 60 por medio del cine y hasta de las animaciones manga, las cuales reciben una gran influencia de esa época.

¿Cree que las grandes obras, como esta que es del siglo XIX , ya no son cercanas al público?

Lo que estoy diciendo es que los grandes temas arquetípicos se pueden renovar para hacerlos más contemporáneos. Alrededor del mundo, ya se han visto muchos intentos de esto.

¿Cuáles son los elementos que usted usa de los años 50 para traerlos a esta puesta en escena?

Básicamente, la cinematografía. Películas como Rebelde sin causa inspiró casi todo el vestuario. Además, figuras como James Dean inspira el personaje de Don José y Marlon Brando, el de Escamillo. Con respecto a las mujeres, sobre todo Carmen, este se basa en la protagonista de la película francesa llamada Ascensor para el cadalso, pues ella usaba trajes al estilo Cristian Dior.

Viendo los bocetos del vestuario uno nota que son muy parecidos a las prendas que se usaron en estos filmes, ¿Cual es su aporte?

Las referencias son una cita, no estamos copiando exactamente el vestuario de un personaje. La cita incluye reinvención de colores, de formas, cortes. Es simplemente algo alusivo; además, lamentablemente los actores no son James Dean, ni Marlon Brando.

¿Qué le dice usted a la gente que critica esta propuesta?

Me hubiera gustado hacer una Carmen con una identificación total entre el lenguaje cinematográfico en el lenguaje operístico, pero no se dio así. Lo que hicimos fue una referencia, citar a los personajes de esas películas.

¿Le preocupa la crítica?

Para nada. Estoy convencido de las cosas que hago y la crítica es una forma de conversar, de tener un discurso sobre algo; prefiero que haya una crítica, a que no la haya. Si no comentaran sería peor.