Ellos conquistaron fácil al público

¡Grandes! Tres pesos pesados del jazz y blues fusión: Scott Henderson, Jeff Berlin y Dennis Chambers tocaron y encantaron

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Con las manos cansadas de tanto aplaudir y con el gustazo de ver a a tres verdaderos virtuosos de la música. Así quedó el público que asistió el viernes pasado al primero de los dos conciertos que ofrecieron en el país Scott Henderson, Jeff Berlin y Dennis Chambers, en el Jazz Café Escazú.

La cita para ver a estos pesos pesados del jazz y el blues fusión estaba pactada para las 10 p. m., pero la pasión de muchos por escucharlos llevó a que el local estuviera casi lleno desde una hora antes.

Entre la concurrencia fue sencillo reconocer a muchos músicos de la escena costarricense: el guitarrista Aaron Retana, el bajista de Escats, Nelson Segura, o el baterista de Swing en 4, Carlos Sanders, por mencionar algunos.

Finalmente llegó la hora. De alguna manera el anuncio de que eso no era un sueño, sino algo real, se dio tácitamente cuando Scott Henderson apareció en el escenario, aún a oscuras, para él mismo verificar su equipo y montar su guitarra. Verlo ahí fue motivo suficiente para que la gente aplaudiera.

Pocos minutos después todo comenzó cuando Scott Henderson dio los primeros trazos de All Blues, del célebre Miles Davis.

Sin aires de estrellas, solo con una visible pasión por lo que hacen, parecían estar estos músicos.

Y como trío de amigos que son, así lo definió en una entrevista con Viva el mismo Henderson, no se guardaron nada. Desde el primer acorde demostró Henderson por qué se le considera uno de los mejores en el mundo.

Luego llegó el turno de Mysterious Traveler, de Wayne Shorter. Ya para ese momento el grupo había entrado más que en confianza. El guitarrista llevaba sin duda la voz cantante, pero, dio espacio para que el bajista Berlin también tuviera aire para sus solos; y en el fondo, como un pilar sólido para la improvisación de sus colegas, Dennis Chambers.

Entre el humo de los cigarrillos y las bebidas espirituosas, los espectadores aplaudían con entusiasmo, y mantenían los ojos muy abiertos para no perder detalle del derroche de talento, porque ellos hicieron parecer que tocar música a ese nivel era cosa de niños.

Más jazz. Si bien lo del trío era ofrecer buen jazz y blues, también lograron una buena comunicación con el público, gracias a las intervenciones de Berlin en un muy entendible castellano.

A lo largo de la noche, el bajista no solo compartió algunos detalles de sus interpretaciones, sino que hasta tuvo tiempo de contar chistes y sacar bromas a lo que pudiera.

Pero el público estaba ahí para escuchar música y por eso llegaron otras versiones de composiciones como Actual Proof, de Herbie Hancock; Fee, Fi, Fo, Fum, de Wayne Shorter; Giant Steps, de John Coltrane; The Orphan, de Joe Zawinul; Sightseeing, de Wayne Shorter y Tears In Heaven, de Eric Clapton, este último tema fue interpretado en solitario por Jeff Berlin.

Y mientras el bajista hacía de las suyas, Henderson lo observaba sentado sobre las cajas de los equipos a un costado del escenario. Sin quitarle le vista de encima, llevaba con la mano el pulso de la música que iba tejiendo Berlin.

Los minutos corrían, paralelamente en el Jazz Café Escazú el público disfrutaba de una fusión intensa, potente y con extensos y profundos solos.

El cierre no fue menos apasionado con Peace, de Horace Silver; D Flat Waltz, de Joe Zawinul y Footprints, de Wayne Shorter que fue el tema que el trío dio como regalo luego de haber terminado y que el público, a punta de aplausos, les pidiera ¡otra, otra!

Para cuando el fiero trío había daba ya su reverencia final el sábado marcaba sus primeros minutos. No quedaba más que volver a casa y guardar en el disco duro de los buenos momentos este concierto.