Elio Orciuolo, el constructor de Nabucco

Amor por Verdi El director italiano estuvo al frente de la ópera de Verdi, un compositor al cual ha dedicado pasión, estudio y arduo trabajo

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Hoy concluirá la temporada de Nabucco que presentó al público costarricense una de las grandes obras de Giuseppe Verdi. Al frente de la monumental tarea estuvo un director musical italiano apasionado por el compositor: Elio Orciuolo .

“Verdi es el autor de mi vida, al que he dedicado todos mis estudios”, dice Orciuolo.

Aunque ha disfrutado trabajando en montajes de múltiples compositores, Verdi sigue siendo el reto que asume con más cariño: es una cuestión de amor.

Aparte de la pasión personal, en el interés de Orciuolo por Nabucco reside una herencia italiana. “Todos los italianos nos hemos visto siempre en esta ópera. Para nosotros, Nabucco es la ópera patria por excelencia”, explica.

En la época, los italianos interpretaron la lucha de los judíos por librarse del yugo extranjero, como la batalla que ellos libraban contra la dominación austriaca.

“Verdi sentía gran pasión por su patria, y también sufría muchísimo esta opresión extranjera”, dice el director. “Esta ópera contiene un mensaje de paz muy fuerte; también, el mensaje de que la guerra, que quiere hacer Abigaille, no lleva a ningún lado. Los reyes iluminados como Nabucco – o cualquier líder político – pueden dar una enseñanza”, considera.

‘En las cartas de Verdi, no se habla casi nunca de política, pero es claro que tuvo mucho problema con la censura de Rigoletto ’, dice. La actualidad de Nabucco tiene brutales recordatorios en conflictos actuales, según Orciuolo. ‘Simplemente una consideración: vamos a pensar que lo que estamos hablando, de judíos y asiriobabilonio, lo tenemos hoy con dramática actualización en estos días, con judíos y palestinos’, declara.

De cerca. “Tú puedes tocar con el corazón, con la cabeza, pero Verdi se toca con las vísceras. Eso es muy difícil de conseguir en un conjunto”, considera.

Para el invitado de la Compañía Lírica Nacional, la conexión, la sinergia y la empatía son condiciones necesarias para realizar un buen trabajo.

Desde enero ha estado trabajando en el montaje, y asevera que fueron claves las “excelentes relaciones” con el director escénico José Medina y los cantantes, así como el director del coro, Ramiro Ramírez.

Dichosamente, dice, en Costa Rica no tuvo ningún problema. “El Coro Sinfónico Nacional ha recibido, de manera muy impactante, mi visión de la ópera –que no es absoluta, pero que traje del estudio profundo de las obras de Verdi–. Lo mismo pasa con la Orquesta Sinfónica Nacional”, dice el músico.

Para Orciuolo, contar con ese talento fue fundamental en el proceso. “Naturalmente, el reto mayor de esta ópera es ponerla en escena. El conjunto entre una orquesta que tiene una escritura muy fuerte y los papeles que son, por lo menos cuatro de ellos, muy complicados”, afirma el director.

Orciuolo desea estrechar la relación con músicos costarricenses, en especial los cantantes, para quienes buscará becas en la Academia de Santa Cecilia de Roma, donde es profesor.