El público sigue amando a las cuatro grandes voces de El Consorcio

Enamorados de su música. Durante más de dos horas de espectáculo, los españoles deleitaron a sus fieles seguidores

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Aunque el tiempo pasa y pesa, el ánimo de cuatro grandes artistas por compartir su talento va más allá: es sutil, sublime.

El amor y la pasión por la música es mucho más fuerte que cualquier cosa y así lo demostraron los españoles de El Consorcio , en el primero de tres conciertos que ofrecen en nuestro país esta semana.

Con sus voces intactas y con un ímpetu envidiable, Amaya, Estíbaliz, Carlos e Iñaki se entregaron por completo al público costarricense que los acompañó el martes 11 de octubre, en el teatro Melico Salazar.

Parece realmente que ellos se alimentan de la energía que les transmiten sus seguidores, ya que no hay espacio para fallas o cansancio, todo fluye de una manera amena y con buenos ánimos entre canción y canción.

LEA AQUÍ: El Consorcio:vuelven con sus voces inconfundibles

El martes por la noche fue un espacio para recordar, enamorarse y apreciar el arte. Incluso, desde el comienzo del show cuando el costarricense Humberto Vargas interpretó algunas de sus canciones originales, el nacional fue muy aplaudido por la audiencia.

Queridos. Cuando estos cuatro grandes arribaron al escenario con una amplia sonrisa y un gesto de agradecimiento, se supo que la complicidad con sus fanáticos estaba echada a la bolsa.

La primera en tomar las riendas del espectáculo fue Amaya, quien con su dulce voz interpretó El vendedor ; una canción que nació cuando ellos fueron parte de Mocedades y que refleja la música que se inspiró en la posguerra (periodo de recuperación de la guerra civil española).

Vestidos de forma elegante (ellos con sus pulcras camisas blancas de manga larga y ellas con trajes de un tono vino fuerte con lentejuelas), no necesitaron más que dos guitarras, un bajo, una batería y un teclado para rememorar sus mejores tiempos, esos que todavía están vigentes gracias al aplauso del público.

El repertorio continúo con algunas de las piezas que

estuvieron inspiradas en los seres queridos que fallecieron durante ese periodo de guerra.

Así llegaron Piel , Charango , La guerra cruel , La otra España y Cantinero de Cuba . Cada una con un mensaje particular de amor; cada una con un dejo de dolor, pero también con un pequeño matiz de esperanza.

“Veo que recordáis muchas de las canciones de años atrás, es magnífico poder cantarles y que conozcan de nuestra historia con estos temas; esta es una de las mejores formas para contarla”, comentó Amaya muy emocionada, al escuchar al coro general que se hizo con cada una de las canciones.

Después de esa primera parte, El Consorcio echó mano de temas reconocidos de América Latina, que ellos adoptaron como propias, en un reconocimiento a la cultura que también les abrió las puertas desde que muy jóvenes, entre ellos destacaron Cucurrucucú paloma , Esta tarde vi llover , e incluso la costarricense Caña dulce .

Como hubo espacio para todo, no podían faltar en el cierre sus éxitos más sonados. La despedida fue larga porque el público les pedía que no se fueran.

La mejor forma de de decir adiós fue con Le llamaban loca , Eres tú, Tómame o déjame y El chacachá del tren .