El reggae le subió la temperatura al Puerto

Puntarenas vivió ayer una fiesta musical que se extendió por casi nueve horas, con grupos como Ojo de Buey, Cocofunka, Ruta 27 y el extranjero Ky-Mani Marley

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Arder con la música, vibrar con el sonido del reggae, ponerse a bailar con la salsa, en medio del Paseo de los Turistas, mientras dos mangueras dejan caer cientos de litros de agua.

Esa fue la fiesta que vivió ayer Puntarenas, y a la que miles de personas asistieron encantadas, para escuchar lo mejor de la música costarricense y recordar los éxitos del gran Bob Marley, en voz de Ky-Mani Marley, uno de sus hijos.

Para el mediodía una buena cantidad de gente tenía su lugar asegurado. Entre los más fiebres estaba Dennys González, mejor conocido como Coco 12, según dijo.

Este hombre, empleado del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), se vino temprano desde Sardinal de Puntarenas y esperó a que abriera uno de los comercios para llenar su hielera con bebidas hidratantes para él y sus amigos. Juntos soportaron tres horas antes de que la fiesta arrancara.

Poco a poco el calor se fue intensificando, y unos minutos después de la 1 p. m. , llegó el banderazo de salida de Ruta 27, una banda salsera orgullosamente puntarenense. Con ellos, la gente, que ya era multitud, empezó a disfrutar del último fin de semana de las tradicionales fiestas Perla del Pacífico.

Tras una pausa, a las 2:10 p. m., la banda Cocofunka salió al escenario y solo necesitaron un par de minutos para contagiar al pueblo con temas como In The City y Positivity. Además, estrenaron las canciones Siente y Hacer eco, que serán parte de su futuro disco.

“Quiero ver al Puerto encendido. ¿ A quién le gusta el reggue (') Buena vibra Puerto, muchas gracias”, decía el cantante Javier Arce, mientras que Gustavo Gutiérrez, Reinaldo Escobedo y los demás integrantes de la banda no dejaban de crear un reggue contagioso.

Detrás de la tarima, los Cocofunka comentaron a Viva que terminaron encantados con el público.

Y es que allí, cada quien vivía la fiesta a su manera, pero la regla tácita era: “yo me enfiesto, no se meta conmigo y yo hago lo mismo con usted”. En la mayoría de los casos funcionó y en los que no, la Fuerza Pública se encargó de poner orden.

Helados que se derretían en segundos, pollo frito y pizza en cajas de cartón, bebidas hidratantes, pinchos de carne, semillas de marañón; cada quien aplacaba el hambre a su manera.

A la caza.A las 3:15 p. m., tocó el turno de los Ojo de Buey, una de las banda que están a la caza de votos para ganarse un cupo en el Festival Imperial 2012.

Un tema instrumental bien cargadito de roots fue lo primero que se escuchó de la banda, liderada por Cayeto Aguero. Luego, comenzaron a llegar canciones como Me hierve la sangre, Lo que fue, Dime la verdad y Un cambio.

Tal vez su música no era tan conocida entre los asistentes, pero el reggue fue un idioma que todos hablaban ayer en el Puerto y los Ojo de Buey supieron aprovechar.

El concierto fue gratuito. Todos, sin excepción, estaban invitados. No obstante, había que estar dispuesto a dar ciertas concesiones. Entre ellas: recibir el humo de las parrillas para asar carne y dar campo, constantemente, a decenas de vendedores de cerveza.

¿Un majonazo o un empujón?, sí, esos también se valían, así como la clásica lluvia de cerveza (en ocasiones con todo y envase).

Entre cada artista un par de locutores de la emisora Vox FM mantenían la temperatura del lugar.

Luego fue el turno de Freddy Alvez. El cantante y sus músicos sacaron provecho a grandes éxitos, desde Voy a pasarmelo bien, de los Hombres G, hasta Señorita a mi me gusta su style, de los Rabanes.

Otros ritmos.El Sol ya se enrumbaba al oeste, faltaba poco menos de una hora para que se ocultara en el horizonte, cuando llegó el turno de Pato Barraza, Pedro Capmany, Johnny Man, Luis Arenas (ahora Lucho Calavera) y Giovanny de El Guato.

El rock se abrió campo en lo que hasta ese momento era una fiesta de reggue, con Cautiva de mar, Cuantas noches y Juana Escobar.

“Venimos a hacer música original costarricense”, dijo el Pato, para de inmediato cantar Vas a perder la cabeza. Luego llegaron canciones como Papá y mamá, De la caña se hace el guaroy La modelo.

Pero con Johnny Man en la alineación, también era de esperar que el roots se dejara escuchar con piezas como Páseme la vibra. Este artista recordó éxitos de Mekatelyu como Paren, paren y Amarily Love Reggae.

Ahora, solo faltaba el gran cierre a cargo del

Con broche de oro. Si algo sabe Ky-Mani Marley es gozar del rédito del buen nombre que su padre construyó. Durante poco más de 90 minutos el hijo de Marley compartió con la multitud que lo esperó más de ocho horas.

Primero ofreció temas de cosecha propia y luego, complació al público con éxitos de su padre.

A las 8:05 p. m. y con un fuerte: “¡Costa Rica, yeah!” este retoño de Bob Marley salió al escenario para ganarse a los costarricenses.

Un juego luces verde, rojo y amarillo colorearon la tarima y dieron el ambiente ideal para que el cantante se moviera a gusto y desplegara todo su repertorio.

El sonido de su banda se mostró contagioso. Poco parecía importar que no muchos conocieran las letras cuando, al principio, Ky-Mani interpretó su música original.

Pero un par de piezas después todo cambió. Cantó Iron Lion Zion y la aceptación fue inmediata.

El público repetía el coro de memoria, y sin esperar mucho, aparecieron otros grandes clásicos conocidos en boca de su padre como Is This Love, que impregnó a todos con la buena vibra

Canciones como No Woman No Cry, Get Up Stand Up y One Love, sirvieron como una máquina del tiempo para revivir la época de gloria del jamás olvidado, Bob Marley.

Y a las 9:40 p.m., al filo del cierre de esta edición, y después de haberse despedido en dos ocasiones de su público, Ky-Mani Marley seguía cantando.