El Farolito quebrará esquemas con aUTOPerro

Como llegar al concierto número 50 es toda una hazaña, Rock en el Farolito se pone esta noche una rara florecilla en el ojal: aUTOPerro. El proyecto se dejará ver, como pocas veces, para festejar también, porque cumple 30 años

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Con lo que pasará esta noche, Rock en el Farolito va a salirse con la suya en eso de mostrar, realmente y con ingeniosa alevosía, un proyecto que por fondo y forma va contracorriente y que puede, sin temor a equivocarse, darse el lujo de decir que no se parece a nadie.

Para el que es el concierto número 50, fecha que no podía pasar desapercibida, Rock en el Farolito celebrará su estar en pie con aUTOPerro, un proyecto paramusical que bien podría tener encima la etiqueta de leyenda y hasta de mito urbano.

Y encajó como engranaje perfecto este trío de arquitectos porque, en sí mismo, el aUTOPerro tiene también un número al que sacarle provecho: celebran 30 años de trabajo.

“Como es el Farol 50 (así le llaman de cariño a la serie) queríamos hacer algo interesante, y eso fue poner a una banda que celebrara sus 30 años. En nuestra escena, aUTOPerro rellena el campo de la escuela del rock alemán de los 60 y principios de los 70. Yo diría que aUTOPerro es nuestro Can (banda alemana de progresivo)”, explicó a Viva Darren Mora, de DMP, y quien produce Rock en el Farolito del Centro Cultural de España.

¿Qué será? No hay etiqueta posible para pegársela en la espalda al aUTOPerro. Lo más correcto parece ser decir que es una entidad paramusical.

Surgida en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica en 1980, este proyecto toma fuentes electrónicas, acústicas y concretas, y las pone a trabajar con manifestaciones visuales y espaciales. Y como si fuera poco, emplea registros en pista e improvisaciones en vivo que va entrelazando. Su paleta estética resume protofuturismo tecnológico, música académica electroacústica y electro-alucinógena, visceralismo primitivo y roquero, y gargarismos extralinguísticos.

“Activismo sociopolítico contextualizado”, es como ellos mismos definen el contenido de lo que hacen.

A este trabajo que hacen los arquitectos Fernando Arce, Mauricio Ordóñez y Douglas Morales le faltan palabras para definirlo –¿o será que los discursos sobran?– sus seguidores, y admiradores, pueden pasar horas tratando de ubicarlo en el amplio y quebrado mapa de las definiciones de la escena musical local.

Tienen sintetizadores analógicos y digitales, fuentes acústicas y concretas (Fernando Arce); también tienen fuentes acústicas y concretas procesadas electrónicamente (Mauricio Ordóñez) y despliegue corporal (Douglas Morales) y eso hace que quienes conocen su trabajo afirmen que aUTOPerro lo que hace es un noise vanguardista y contemporáneo. Otros prefieren, para no caer en su propio berenjenal, decir que aUTOPerro es antimúsica.

“No sé si somos noise. No estoy muy al tanto de los géneros pero sí es claro que tenemos muy poca melodía, apenas una secuencia melódica y pocos acordes. Si algo nos inspira es a la atonalidad del siglo XX”, dijo a Viva Mauricio Ordoñez.

Percusión hay en aUTOPerro, pero va y viene, el énfasis está en el timbre de los sonidos, en lo repetitivo. Para muestra... un aparato. Sí, en manos de aUTOPerro el sonido de una lavadora o de un taladro es percusión sin que este trabajado con una intensión percutiva.

“Podríamos decir que somos música electroacústica pero de la académica. Estamos también cerca del rock alucinógeno muy cercano al rock alemán de los 70. Y alguien podría decir que nos falta algo de la estructura básica del rock pero entonces habría que preguntarse ¿qué es rock?”, comentó Ordoñez.

En el sitio. Dentro de esa línea particular sonora, aUTOPerro ha publicado tres producciones: Autoperro en Radio Paladín, edición propia del grupo en 1997; Breve Paisaje Ruidoso, en coproducción con el Centro Cultural de España en Costa Rica y que data del 2003 y Sonar a Caballazos, una edición propia que es la más reciente, apareció este año.

Dentro de su discografía también cuenta la participación en la Antología de Música Electroacústica Vol.1 producida por el grupo Oscilador, coproducción ICAT-CIDEA y ArteKorum del 2008.

Y será precisamente de su Sonar a Caballazos de donde se cuelgue el concierto de esta noche. Repasarán todo ese álbum: ¡Azufre!, BCHR,LLVS, SRNS, CNVRS y más temas hasta completar los 14 que contiene ese trabajo. En un par de temas incluirán video, por ejemplo, fragmentos del clásico del cine, Metrópolis.

En el caso del aUTOPerro, esta frase no es exagerada: verlos en vivo, y así, no pasa todos los días.

Es ahora o nunca para darse cuenta por qué algunas de sus piezas han sido incorporadas a la Colección de Música Electroacústica Latinoamericana.