Édith Piaf, embajadora de Francia en el disco y la pantalla

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Para muchos amantes de la música alrededor del mundo, La Vie en Rose es Francia. Édith Piaf decía que había escrito la canción en una servilleta en medio de la ocupación alemana de su ciudad, París. Hoy, ¿quién no ha cantado esta letra apasionada?

Otras canciones de Piaf labraron su sitio privilegiado en la chanson francesa. “El de Hymne à l'amour es un amor puro, franco, directo y de total sinceridad”, considera Bettina Durocher, seguidora de Piaf.

“Algo que sucede con ella es que no hay a medias tintas. Todo lo que canta es fuerte, total, integral”, evalúa Durocher. Tal intensidad puede apreciarse en interpretaciones como La Foule , inspirada en un vals criollo argentino, y en la coqueta Milord , escrita por Georges Moustaki.

La muy parisina Padam... Padam llegó en 1951, un año en el cual interpretó varios éxitos de Charles Aznavour, el otro gran embajador de la canción francesa. Piaf ayudó a sus amigos a lanzar sus carreras. A Aznavour y a Montand los llevó a Estados Unidos con ella. Allí, la audiencia la recibió fríamente al inicio. Incluso, debía presentarse con un prólogo que explicaba el tipo de música que interpretaría (algo que Piaf odió hacer).

Tras una crítica brillante de The New York Times , el público estadounidense aprendió a apreciarla, y llenó el Carnegie Hall en varias presentaciones.

Éxitos como Mon Manège à Moi (1958) y Mon Dieu (1960) continuaron apareciendo aún cuando su físico se debilitaba. Durante toda su carrera, Piaf conservó su preferencia por los vestidos negros y sencillos, así como por escenografías sencillas y discretas. Sobre las tablas, solo contaba con su voz.

Las canciones de Piaf han utilizadas en la banda sonora de múltiples filmes, como Saving Private Ryan y The Dreamers . En cierto modo, representan un París bohemio y efusivo que solo se conserva en la nostalgia y en los discos de Piaf y sus amigos.

Entre generaciones más jóvenes, Piaf es Marion Cotillard, quien le dio vida en La Môme ( La Vie en Rose , 2007), dirigida por Olivier Dahan. La película, que le mereció un Óscar a Cotillard, narraba distintas escenas claves en la vida de Piaf, y destacaba las dificultades que tuvo que afrontar para triunfar.

El filme recibió críticas positivas, aunque con reservas acerca de su estructura narrativa y de su guion. La actuación de Cotillard fue alabada de forma unánime por su intensidad emocional.