Sin tropiezos. Con la popularidad en las nubes y a cuatro meses del nacimiento de su primogénito, el príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa, Catalina, celebran ayer su segundo aniversario de bodas.
Los ahora Duques de Cambridge han sido centro de atención de los medios. No obstante, los jóvenes se han esforzado por dar una imagen de normalidad y, en principio, continuarán con sus compromisos el día de su segundo aniversario.
En la agenda de Catalina figura una visita al centro infantil de enfermos terminales Naomi House, en el condado inglés de Hampshire, según información de Clarence House citada por EFE. Además, se espera que Guillermo siga con sus obligaciones con las Fuerzas Armadas como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate en Gales.
El enlace de Catalina con el heredero al trono británico dio otro aire a la familia real, ya que satisfizo el deseo de ver casado al joven y la llegada de una plebeya rompió con algunas tradiciones. La pareja se conoció en el 2002, en la Universidad Saint Andrews, en Escocia.