Daniel Barenboim cierra una era en La Scala dos años antes de lo planeado

Intenso El director continuará en el prestigioso teatro italiano hasta el 2014, luego seguirá con sus proyectos personales

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La salida del director a Daniel Barenboim del Teatro La Scala de Milán cierra un ciclo en la importante casa de arte italiano.

“ Él ha hecho mucho por el teatro, no solo en la parte musical , sino que también condujo culturalmente valores, y defendió La Scala delante de todos”, destacó Stephane Lissner, superintendente y director artístico de la reconocida ópera milanesa, en una entrevista tras confirmar que el maestro argentino israelí dejaría su puesto dos años antes de lo esperado.

En su paso breve por La Scala, Barenboim se hizo escuchar no solo por sus ejecuciones, sino también por su forma de actuar.

En junio del año pasado, él y once funcionarios de la sala accedieron reducirse el salario en un 10%, para sostener la prestigiosa entidad musical. Barenboim se sumó a esta iniciativa pese a no haber percibido ningún aumento desde que comenzó a trabajar para el teatro, en el 2011.

“Desde el punto de vista económico no resuelve nada, pero dada la situación actual de crisis, se trata de enviar un mensaje claro a todos los interesados: estamos dispuestos a buscar soluciones para apoyar el teatro, dado que su equilibrio financiero es incierto”, explicó en ese momento Lissner, quien también dejará La Scala a finales de agosto de 2014 para pasar a dirigir la Ópera Nacional de París.

Artísticamente uno de los últimos hitos de Barenboim en la sala italiana fue la ovación de 15 minutos por su su interpretación de Lohengrin , de Richard Wagner.

“En el año de Verdi, Barenboim triunfó con Wagner en La Scala. 15 minutos de aplausos, una lluvia de claveles sobre los cantantes y el himno de Italia atacado con entusiasmo por el coro y el público coronaron un concierto que había empezado, cuatro horas y 50 minutos antes, bajo el encanto de la nieve”, reseñó el diario español El País.

Consultado posteriormente sobre su desafiante decisión, Barenboim explicó en ese mismo medio: “La música tiene un lado magnífico que permite olvidar muchas cosas. Una bestia como Hitler se emocionaba bañado en lágrimas con Lohengrin en Bayreuth. ¿Cómo alguien con esa sensibilidad puede tener la crueldad de matar a tanta gente? La única forma de combatir esto es con más educación musical. ¿Cómo se va a entender el asunto de la ética y la estética sin el menor contacto con ella? Parece que la música esté fuera de la existencia, cuando es todo lo contrario: es una expresión del alma humana. Y además, es algo físico”, dijo.

Agregó: “ La música es como hacer filosofía y deporte al mismo tiempo. Recortes económicos como los de Italia vienen porque la cultura no es importante para un número suficiente de ciudadanos. Sería más económico invertir en educación que tener que pagar millones para subvencionar teatros y orquestas”.

Lo que viene. Los medios de comunicación italianos apuntan a que el sucesor de Lissner en La Scala será el austríaco Alexander Pereira, y por el italiano Riccardo Chailly para ocupar el puesto de director musical tras la marcha de Barenboim. No obstante, por el momento no existe ninguna comunicación oficial al respecto.

Con su decisión, Barenboim respetará todos los compromisos que ha adquirido para 2014 y se espera que su trayectoria en La Scala concluya con la representación de la ópera Fidelio , de Ludwig van Beethoven, que el 7 de diciembre del próximo año inaugurará la temporada 2014-2015.

Barenboim fue nombrado director de musical de La Scala de Milán el 13 de octubre de 2011 y tomó posesión del cargo el 1° de diciembre del mismo año.

El director argentino-israelí sucedía al italiano Riccardo Muti, quien en abril de 2005 decidió dimitir tras varios meses de tensión con los empleados del teatro, con lo que abrió una nueva etapa en la ópera milanesa.

Antes de su nombramiento al frente de la dirección musical de La Scala, Barenboim ya colaboraba con la ópera desde 2006, cuando fue designado como director de orquesta “de referencia”, con la condición de que tenía que dirigir, hasta 2011, al menos dos producciones por temporada.

Tras su salida, él continuará en sus muchos otros proyectos, incluyendo el establecimiento de una academia para músicos israelíes y palestinos, y la supervisión de una academia para jóvenes músicos en Berlín.