Crítica de música: Todo Beethoven

Restablecidos. El desempeño del titular y el conjunto mejoró

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La prestación relevante del excelente pianista estadounidense Brian Ganz; la dirección enfocada y minuciosa del titular, maestro Choséi Komatsu, y el rendimiento óptimo de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), convirtieron el undécimo concierto de la OSN, celebrado el viernes, en el Teatro Nacional (TN), en uno de los más logrados y satisfactorios artísticamente de la actual temporada.

El programa se dedicó solo a obras del gran compositor alemán Ludwig van Beethoven (1770-1827).

Prometeo. Empezó con una versión robusta y centrada de la Obertura de Las criaturas de Prometeo , opus 43, en la que el director y el conjunto adelantaron el sonido firme y ajustado que también distinguió su desempeño en las demás obras del programa.

Beethoven compuso la música para el ballet d’action así titulado, que se estrenó en Viena en 1801, con coreografía y libreto de Salvatore Viganò, hoy perdidos. Aunque la Obertura es el único extracto que continúa en el repertorio corriente, el tema de la escena final del ballet es bien conocido porque Beethoven lo volvió a usar en el último movimiento de la Sinfonía Heroica .

El pianista. De seguida, en su tercera presentación como solista con la OSN, Brian Ganz modeló una lectura espontánea, emotiva e iluminada del Concierto N° 4, en sol mayor, para piano y orquesta , opus 58, concluido en 1806 y estrenado en función privada en marzo de 1807 y en público en diciembre de 1808, siempre en Viena, en ambas ocasiones el compositor frente al instrumento.

Lírica, delicada y apacible en el alegro moderado, al inicio; intensa y dramática en las cadencias conmovedoras del andante intermedio; luciente y gozosa en las notas festivas del rondó final, la interpretación de Ganz impresionó cual dechado de exquisita musicalidad, sustentada por una pericia técnica arrolladora.

Alertas y desenvueltos en el acompañamiento, Komatsu y la OSN guardaron fusionada unión con el solista.

En respuesta a los aplausos insistentes, Brian Ganz complació con el brevísimo Preludio N° 7, en la mayor , de Frédéric Chopin.

La sinfonía. Beethoven mismo dirigió el estreno en abril de 1803 de su Sinfonía N° 2 en re mayor , opus 36, también en Viena. Terminada un año antes, el carácter risueño y despejado de la pieza parece contradecir la grave crisis de desesperación entonces sufrida por el autor, cuando se percató de que su sordera incipiente era incurable, y que culminó en el famoso Testamento de Heiligenstadt , en el que resolvía no sucumbir ante su infortunio.

La lectura del maestro Choséi Komatsu y la Orquesta Sinfónica Nacional se oyó solemne y pausada en la introducción, seguida de oportunos contrastes dinámicos en el alegro con brío; continuaron los tiernos compases del larghetto , fraseados con fineza, sucedidos por la pronta ejecución de los ritmos vivaces del scherzo, para acabar enérgicamente con el humor de los alegres alborotos del final, que levantaron una ovación de la asistencia, bien que menos numerosa de lo deseado o merecido.l