Con su voz y carisma, Paloma San Basilio encantó

La artista española ofreció un concierto en el que se entregó por completo al público costarricense. En su espectáculo PSB, interpretó esas canciones que sus seguidores aman y que a ella le quedan tan bien

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Dueña del escenario, conversadora amena y con una voz que conquistó al público que colmó el Teatro Melico Salazar, así se vivió el primero de los dos conciertos de la española Paloma San Basilio en Costa Rica, con su gira PSB.

Llegó la hora, las 8:05 p. m., y las luces del teatro dieron paso a la oscuridad; era el momento de esperar a la artista. Sobre el escenario, el contrabajista, luego el pianista, y por último el saxofón, dieron vida a un tema en ritmo de jazz y ahí llegó ella a cumplir con su público, a entregar la voz y el alma.

El aplauso de los presentes fue inmediato y generoso, y ella, con su presencia, lo llenaba todo.

“Gracias, gracias”, fue lo primero que compartió con los ticos. De inmediato comenzó a modelar Juntos.

Paloma San Basilio eligió el negro para salir al escenario: pantalón, saco, tacones altos y sobre el pecho un medallón enorme con sus iniciales.

“Muchas gracias; otra vez en casa, ya tenía que venir, ya llevo dos años dando vueltas con este PSB (...). Por fin aquí; cerramos un ciclo (de la gira), como tenía que ser, en el Melico Salazar con vosotros, en Costa Rica”, fue de lo primero que la cantante compartió.

Una vez en confianza, la artista continuó con su romántico Beso a beso. Para dejar claro que lo suyo es verdaderamente cantar, se mostró intensa, con una voz potente, afinada y, desde luego, dueña de cada frase, cada verso. Ella lo interpretaba desde lo más profundo del alma.

Por qué me abandonaste, ese tema que miles conocen y muchos entonan como himno al amor herido, contó con la complicidad del público, quienes ya, más metidos de lleno en el espectáculo PSB, corearon encantados junto a la española.

El diálogo con el público fue una constante; ella sabe cómo echarse al público al bolsillo y lo estaba logrando, sin mucho esfuerzo.

El humor también se hizo presente. La misma intérprete bromeó al decir que ella pertenecía a la generación de los hippies, dejando claro que los años han pasado por su vida.

Ese comentario dio pie a canciones como Las gafas de Lennon, del cantautor Pedro Guerra, o el popular Yesterday y Let It Be. Nada difícil resultó a los presentes acompañar temas tan memorables para varias generaciones, en especial para los que ya comienzan a pintar canas.

Como si estuviera en la sala de su hogar, San Basilio se despojó del saco, para cantar más a gusto y una copa de vino Blanco (al menos eso aseguró ella) le ayudó para acompañar el Himno al amor.

Coro. Tras dejar a su trío a solas con su público, Paloma San Basilio regresó, ahora de un rojo intenso. Con el color del amor sobre su piel, dio vida en formato de popurrí, a clásicos románticos como Tú me acostumbraste, Contigo a la distancia, El día que me quieras, Demasiado herida, Cariño mío, Luna de miel y Vida.

En cada tema dejaba el corazón; con cada interpretación el público se derretía en aplausos. A las 9 p. m., la timidez desapareció y, entre todos, le ofrecieron un coro de cientos de voces.

El tiempo transcurría y, con cada minuto, un nuevo éxito, pero, aún faltaban más y ella estaba dispuesta a complacer.

Un nuevo cambo, ahora dentro de un vestido negro, regresó para presentar a sus músicos. Y así llegaron Summertime, Memory y O mio bambbino caro y de seguro un puñado más de sus canciones.

Al cierre de edición, la artista continuaba sobre el escenario.