Compositoras ticas luchan para sobresalir

A pesar de que su música es poco difundida en el país, las compositoras nacionales se mantienen activas, con la esperanza de que sus obras logren amplia difusión dentro del país

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No son muchas; sin embargo, las compositoras costarricenses dedicadas a la música clásica o académica, hacen una labor incansable para salir adelante, en un campo tradicionalmente dominado por hombres.

Son tan pocas las activas, que se pueden contar con los dedos de las manos: Ana Isabel Vargas; Amelia Barquero, Rima Vargas, Sandra Duarte, Pilar Aguilar y Natalia Esquivel.

Ser mujer les ha hecho la tarea más difícil, como lo afirmó Barquero, al decir que en pleno siglo XXI se mantiene el prejuicio a la capacidad de la mujer para crear.

A pesar de ello, todas no dejan de creer que lo que hacen puede trascender, aunque sus creaciones, en la mayoría de los casos, se queden para ser interpretadas por estudiantes o en escenarios universitarios.

La obra de estas mujeres es variada, se concentra en el campo de la música de cámara, que son composiciones para ser interpretadas por un instrumento, la voz o por pequeños conjuntos.

Ana Isabel Vargas, presidenta de la Asociación de Mujeres en la Música, tiene poco más de una década creando obras para flauta, piano y bandola; para guitarra y piano, así como canciones infantiles. Cree que su obra junta supera las 140 composiciones.

El caso de Duarte es similar; cuenta con creaciones para piano y quinteto de cuerdas, mientras que Rima Vargas es la única de ellas que cuenta con una composición para orquesta sinfónica. No obstante, hasta la fecha ninguna orquesta la estrenó. Estas dos compositoras son las únicas de este grupo que cursó la carrera en ese campo.

Debido a las dificultades para difundir la música en Costa Rica, la mayoría prefiere orientar sus esfuerzos a la música de cámara; esto, porque es donde podrían tener más oportunidades de difusión.

En el país son músicos como Álvaro González, Guido Calvo, Erasmo Solerti, Gabriela Alfaro, Gerardo Meza, las hermanas Sara y Gertrudis Feterman, Patricia Valverde, María Luisa Meneses y Federico Molina, entre otros, quienes han hecho de la música de ellas parte de sus repertorios.

Además, con gran entusiasmo, Pilar Aguilar trabaja en su primera obra para orquesta, aunque no contaba con un problema que afecta su salud y le dificulta avanzar.

En medio de las tinieblas, también suelen ver la luz, aunque, paradójicamente, es fuera de nuestras fronteras. La propia Aguilar tuvo oportunidad de salir de gira con su música e interpretarla con su hija, la violinista Grace Marín Aguilar, en países como México, España y Francia.

Por su parte, Amelia Barquero disfrutó del regalo de ver cómo su obra coral De prisa pastores, se estrenó en Roma, Italia, en el 2007, a cargo del Coro Polifónico di Affile. Recientemente, fue invitada para presentar una serie de sus obras en España.

Pero la suerte o la causalidad no se han topado con todas las compositoras. Duarte explicó que su trabajo no ha pasado del ámbito universitario o de las ocasiones en que la misma Pilar Aguilar, la interpreta sentada al piano.

“Que yo sepa (mi obra) no se toca en el extranjero. Uno se ha habituado a que el medio es así; una no trata de irrumpir con más fuerza en el ambiente de la composición”, añadió Duarte.

Otro camino para difundir su música es con las grabaciones que han realizado algunas de ellas. Natalia Esquivel, por ejemplo, presentó en el 2011 Latitudes del sueño, y que grabó con músicos como el guitarrista clásico Andrés Saborío, el violinista Erasmo Solerti y la chelista Gabriela Alfaro, entre otros.

También Radio Universidad (96.7 FM) es una plataforma que les permite difundir sus creaciones; no obstante, la limitante es poseer música grabada.

Satisfacciones. En casos como el de Rima Vargas, o la misma Sandra Duarte, luego de cursar la carrera de Composición y mantener activa la veta creativa, su principal satisfacción se las ofrecen los niños de escuela para quienes componen canciones.

“¿Satisfacciones como compositora?, en este momento tengo que confesar que no; lo mejor que me permite la vida es componer para mis alumnos de primaria, pero con la música clásica no tengo satisfacciones (...). No diría que sea doloroso, pero sí desmotivante”, afirmó Rima Vargas.

La cantante, pianista y compositora Amelia Barquero coincide con sus colegas en lo difícil que es salir adelante; sin embargo, ella tiene una filosofía envidiable para que esa realidad no le afecte.

“Yo no me desmotivo; no permito que la realidad me desmotive. El artista nació para crear y una cosa es que te apoyen y otra el compromiso que tengo conmigo misma, y no voy a permitir que nadie me silencie”, añadió Barquero.

Una respuesta clara del por qué se les pone el camino cuesta arriba a las compositoras ticas, no hay; algo que no es muy distinto al resto del mundo, según compositores como Luis Diego Herra.

Este grupo de creadoras concuerda en que les ha sido difícil. El solo hecho de ser mujer ya es un gran obstáculo para que les den oportunidades, porque la composición es un área de trabajo principalmente ocupado por hombres.

Otra razón, como lo comentó Duarte, es que todas tienen que dedicarse a la enseñanza para poder sobrevivir, y a eso le suman el ser madres, esposas, lo que casi no les deja tiempo para sentarse junto al pentagrama y crear.

Eso explica, en algunos casos como en el de Barquero, el que la composición llegara a sus vidas en un momento en el que han superado los 50 años.

“Tal vez la mentalidad de todos lo dificulte: ese menosprecio escondido que hay casi por idiosincrasia, y, a la vez, como compositoras no hemos buscado cómo darnos nuestro lugar; es una lucha y siento que no hemos dado del todo esa lucha”, reflexionó Duarte.

Realidad. Para una mejor comprensión del por qué existen pocas mujeres en la composición dentro del campo de la música académica, hay que tomar en cuenta que entre 1975 y el 2010, se graduaron cuatro mujeres de dicha carrera, en la Universidad de Costa Rica (UCR). Mientras que en ese mismo período, se graduaron 29 hombres.

María Clara Vargas, exdirectora de la Escuela de Artes Musicales de la UCR, explicó que se trata de una carrera de “mucho pensamiento”, las que son principalmente seguidas por varones.

Agregó que uno de los requisitos de ingreso es que el estudiante tenga un buen nivel de conocimiento de un instrumento, como el piano. Ese elemento también hace que en general sean menos los estudiantes que se interesen.

Eddie Mora es de los compositores que están enterados de la labor de algunas de ellas, como Esquivel y Aguilar. Sin embargo, a él y otros de sus colegas les cuesta identificar al grupo completo. En términos generales, a los compositores les es más fácil recordar la labor de compositoras como Rocío Sanz o Dolores Castegnaro, ambas ya fallecidas.

Para dar a conocer aún más su labor, el 6 de marzo tendrán un recital gratuito, donde su música será la protagonista.

Además, gracias a una labor de las musicólogas Tania Vicente y Zamira Barquero, se espera que este año se publique en Italia (en italiano y castellano) un libro que recupere el aporte de las mujeres costarricenses en la música.

El viento parece soplar en contra de estas entusiastas, pero ellas saben vencer la adversidad, y aún con muchos obstáculos, están dispuestas a seguir dando la pelea para que sus creaciones sean parte importante de la historia de la música costarricense.