Carlos Lafuente obsequiará cinco emisiones de Las visitas navideñas

Popular espacio Habrá una segunda entrega del especial, tras 13 años de haber desaparecido el gustado espacio radiofónico

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Despertarse temprano para escuchar villancicos, cuentos y, con suerte, un saludo que logró destacar entre las más de 18.000 cartas diarias que llegaban al programa, no era ningún sacrificio.

Durante más de 47 años, Las visitas navideñas le dieron la bienvenida a la Navidad y este año regresan en un especial similar al que se realizó el año pasado.

Serán cinco días, del 20 al 24 de diciembre, y al igual que casi 13 años, quienes escuchen el espacio tendrán permiso de levantarse pasadas las 8:15 a. m.

El programa navideño comenzará a las 7:15 a. m. por Sinfonola (90.3 FM), antigua radio Rumbo, y, como siempre, será Carlos Lafuente quien salude a los fieles oyentes.

Lafuente, productor del programa y dueño de Sinfonola, conversó con Viva y confesó que, tras varias regañadas y muchas peticiones de la gente, volverá a transmitir Las visitas navideñas .

Las visitas fueron sacadas del aire en 1999 cuando robaron 160 cuentos y algunos villancicos de las instalaciones de Sinfonola. Asegura el productor que cree que pudo tratarse de un par de pintores que trabajaban en la radio.

Ahora, 13 años después de aquel suceso, Lafuente ve dos problemas para poder hacer el programa tal cual era: su edad y que aún no cuentan con material para todo un mes.

Entre discos de acetato y consolas antiguas, el locutor de 68 años de edad nos contó algunas de sus historias en la radio y, sobretodo, su experiencia con el único programa por el cual todavía lo reconocen en las calles, pese a que la fama, según afirma, no es lo suyo.

¿Habrá Visitas navideñas este año?

Si no lo hago, me matan (risas). El problema que tenemos son los cuentos; para radio, tienen que tener un guion muy descriptivo basado más que todo en la imaginación de los oyentes; no se trata de decir que hay un enanito, hay que decir que es muy chiquitito y que tienen unos zapatos con cachitos para arriba, y ese tipo de guion para radio ya no se hace.

¿Por qué retomar el espacio?

El programa se dejó de transmitir en el 1999 y la gente sigue insistiendo. Por ahí, apareció una señora y me dijo: ‘No vas a hacer el programa, viejo más rogado', y ahí sí me la puso difícil. 'Hágalo no sea inútil', me dijo.

Ahora solo hay dos problemas: que estoy muy viejo y que no hay suficiente material.

¿Cómo se sintió después del robo de los materiales?

Como tonto sin ‘mama’; yo nunca había pasado una Navidad sin esas carreras; ahora hay que correr, pero jamás es lo mismo.

¿Cuánto va a durar ?

Una hora. Bueno antes de que yo lo tomara (1955), tenía otro formato, pero el locutor se fue y papá me dijo que, mientras tanto lo tomara yo, pero ya tengo más de 45 años de programarlo. Por eso, cuando me dicen “mientras tanto” me pongo muy nervioso (risas).

¿Cómo le fue el año pasado cuando dio la noticia de que regresaban Las visitas ?

Fue un alboroto terrible. Ese programa tiene una cosa rara, tal vez porque fue el primer programa que se hizo con villancicos. Siempre he creído que funcionó muy bien porque se hizo sin fines de lucro; ofrecíamos un rato de diversión a los chiquillos en las vacaciones. Siempre se hizo en vivo y nos jalábamos tortas, pero, cuando se graba ,se vuelve más frío.

¿Aún hay espacio para las cartas y los confites de la gaveta de las hormigas?

No que va. Lo que hacíamos era que dejábamos en el correo bolsas de basura y llegaban en promedio 18.000 cartas diarias con regalos y confites, y eso lo guardábamos en la gaveta de las hormigas. Lo que se recogía en los programas era para la fiesta de los chiquillos y los ancianos. Para hacer eso, necesitamos los 45 días.

¿Se pueden hacer Las visitas sin usted?

(Risas) La gente se acostumbró, ese fue el problema, hasta como 1974 nadie sabía quién lo hacía, era gallo tapado, pero luego lo personalizamos. El día de mi cumpleaños era la fiesta patronal del programa; entonces, había triple cuento y un regalo sorpresa y la gente empezó a mandar regalos; entonces, dije que mejor me mandaran un pedacito de pan dulce para tomar café; luego, eran sacos de pan, no hallaba que hacer con tanto.

Siempre dije que el programa padecía de elefantiasis, cualquier cosa que se hiciera, se convertía en una cosa no manejable.

¿Todavía lo reconoce la gente en la calle?

Solo por eso me reconocen; he hecho muchas cosas y solo esta funcionó (risas).

¿Los niños continúan siendo el público del programa?

Mire, el año pasado ocurrieron cosas muy curiosas. A los adultos les dio como nostalgia, posiblemente por recordar su infancia, parientes que ya no están y les dio la llorona (risas). Y también estaban los que tenían niños pequeños y se las pusieron.

¿Cuál cuento le gusta más?

Ahí he estado preguntando y me han dicho que Maricoles, la princesa de los cabellos de oro . A mí, diay, no sé. A la gente los que más les gustaban eran Los tres pelos del diablo y El gigante egoísta .

¿Qué le pide este año al Niñito Dios?

Salud.