La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) escribirá una nueva página en su historia, este viernes, de la mano de Carl St. Clair, su nuevo director titular.
El artista debutará hoy en este rol durante el primer concierto de la Temporada Oficial, que se realizará en el Melico Salazar debido a los trabajos de modernización del escenario del Teatro Nacional.
Será la primera cita frente a la orquesta nacional. Le esperan cinco conciertos más en la temporada anual del grupo, así como una gira nacional en la que tendrá la oportunidad de visitar Limón.
“Este inicio ha sido como la primera vez: hemos trabajado mucho y de forma intensa, fuerte, pero nos hemos divertido. Además, la colaboración de la orquesta en este proceso ha sido muy importante. Hay mucha energía positiva en el salón de ensayos y eso es lo que estamos buscando”, comentó el artista, tras la práctica de este miércoles.
Según comentó el director, sus primeras conversaciones con la orquesta han sido breves.
“Yo trato de no dar largos discursos, porque los músicos hablamos a través de la música. Hablo con ellos poco a poco porque esta es una relación larga, no es una relación que necesite solo una disertación”, aseguró el músico 61 años, quien también lidera la Pacific Symphony de California, Estados Unidos.
Lo que escucharemos. La obertura Slava , de Leonard Bernstein; la Sinfonía N.°5 , de Piotr Ilich Chaikovski y el Concierto para piano N.° 17 en Sol Mayor, KV.453, de Wolfgang Amadeus Mozart son las piezas que se interpretarán en este encuentro.
Acompañará al colectivo en esta cita el pianista francés David Kadouch, quien es ganador de los concursos Beethoven de Bonn 2005, e Internacional de Piano de Leeds en Inglaterra 2009.
St. Clair describió este repertorio como uno cargado de obras representativas para él, muy especialmente la obertura Slava.
“ Slava es una abreviación de Mstislav Rostropovich, un gran chelista y gran amigo de Leonard Berstein. Rostropovich llegó a ser el director de la Orquesta Sinfónica Nacional de los Estados Unidos, y Berstein –quien fue mi profesor, mi mentor y mi amigo– escribió esta obra para el primer concierto de Rostropovich como titular; entonces, pensé que el contexto de esta obra y mi amistad con Bernstein hacen que esta obra sea la manera perfecta de comenzar esta etapa en Costa Rica”, explicó el texano.
Más allá de este significado el director destacó el gran reto que estas obras representan para los músicos orquesta.
“ Slava tiene un estilo muy distinto, con ciertos sonidos de jazz; Mozart, es muy puro y fino y Chaikovsky es un apasionado. No podría decir que una obra es más difícil que otra, pues cada una tiene un desafío distinto para los músicos de la orquesta”, destacó.
El director invitó a los costarricenses a disfrutar este nuevo episodio junto a la agrupación nacional.
“Es un gran honor estar aquí como director musical de la orquesta Sinfónica Nacional. Nuestra meta es alcanzar las más altos estándares artísticos del país. Queremos llegar a ser el ejemplo para el gremio artístico costarricense”, acotó.