Braulio cantó con romance y picardía para todas las mamás

Baladas El cantante español entonó famosas baladas que arrebataron aplausos y coros del público tico durante casi dos horas

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se mostró complacido con su banda, compuesta por ticos. Ileana ArauzBraulio

“¿Les cuento un chiste? Si no quieren, no lo digo, pero ¡necesito una pausa para reponerme de la tesitura de estas canciones!”.

Con intermedios así, el cantautor español Braulio retomó el aliento tras cada tema que cantó anoche, en el espectáculo Una serenata a mamá, que se realizó en el Hotel Ramada Plaza Herradura.

Reenamorando a más de una –y uno– con sus canciones, el artista hizo un repaso por algunos de los éxitos de su larga trayectoria.

A las 8:25 p. m., poco después de la hora prevista, subió al escenario el joven talento costarricense Allan López, quien abrió la velada con el popular tema ¿Qué vas a hacer esta noche?, y que luego amenizó con dos piezas originales.

No acababa de bajar cuando fue el turno de los ticos del grupo MasterKey, quienes deleitaron con un coro a cappella cinco románticas canciones, entre ellas, el conocido Stand by me y Sueños de amor.

Y dieron las nueve cuando el público empezó a llenar la sala; según informó Juan José Rojas, vocero de la productora Tropix II, el espectáculo se cerró con un total de 700 entradas. Ese mismo público aplaudió repetidamente hasta que a las 9:20 p. m. apareció Braulio.

Gracioso, pícaro y romántico. Vestido completamente de negro, empuñando seguro y con naturalidad el micrófono, y ostentando una voz sin quiebres aún luego de tres décadas de carrera, Braulio empezó su concierto con el tema Sobran las palabras. Tras una pausa para saludar a los espectadores y recuperar aire, tomó las riendas con el clásico Pequeña amante. Pero el público aún era un poco tímido...

“Estoy un poco descontento porque este es un concierto donde se supone que el público debe participar... así que ¡vamos a ver si en esta sí me ayudan a cantar!”, replicó.

Inició : “Cómprate un vestido largo y blanco...”, pero interrumpió a sus músicos ticos, porque recordó que el video de la pieza se había filmado en Costa Rica. Entonces, retomó la pieza y se rompió cualquier hielo que aún quedaba con el público, el cual cantó hasta el final.

Con esa misma soltura, intercaló las canciones Si me quieres matar y El vicio de tu boca con historias graciosas que le sucedieron, que culminaron con el tema Vaya lío.

De repente bajó el tono jocoso, y pidió a algunas mujeres “en evidente estado de gravidez” que subieran al escenario para dedicarles El culpable y Navegar en ti.

Tras un destello de improvisación, el cantante recordó cuánto le disgusta que tomen sus canciones y las conviertan a ritmos tropicales, así que a modo de “venganza” interpretó ¿Qué será lo que quiere el negro? al estilo balada, lo cual causó gran risa entre el público.

Robando más aplausos, cantó Cuando se acaba la magia, Noche de bodas y Qué tentación.

Listo para retirarse, el artista anunció la que probablemente fuera “su canción más romántica”...

“En la cárcel de tu piel estoy preso a voluntad, por favor, déjame así, no me des la libertad...”. Así, Braulio se despidió del público y se aprestó a salir del escenario, aunque la gente lo siguió llamando.

–Ya me voy...

– ¡Noo!– gritaba la gente.

–¡Pero tengan compasión!–, replicó el cansado Braulio, quien sin embargo no se hizo rogar más para volver y cantar En bancarrota.

Entonces hizo cuatro reverencias, agradeciendo a ese público entusiasta, y culminó con Crónica de un viejo, mientras los asistentes lo despedía de pie.