Bajo la lluvia, La Sabana alcanzó su punto G

El fuerte aguacero de la tarde, y parte de la noche, no apagó el ánimo de los fans de Hombres G, banda española que demostró por qué se mantiene vigente, tras 26 años de carrera. Ayer, los ticos la vieron cantar sus mejores y recordados éxitos

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La Sabana demostró anoche que la lluvia no es impedimento para pasarla muy bien.

No obstante, lograr el cometido implica una fórmula imprescindible: que los mortales se lo crean y que la velada sea matizada por música, pero de la buena.

Lo primero dependía de la gente; lo segundo, estaba más que garantizado con la presencia de los Hombres G en las plazas de futbol, al este del pulmón capitalino.

Luego de un incesante aguacero y el abrebocas de la agrupación Percance, el parque metropolitano entró en un silencio expectante por algunos minutos.

Eso cambió a las 7:10 p. m., hora en que los cuatro españoles saltaron al escenario, en momentos en que la lluvia se negaba a irse... Mucho menos lo harían los miles de seguidores que aprovecharon el acceso libre a la actividad musical.

El inicio resultó un poco lento, con canciones no tan populares en nuestro país como Soy como tú, ¿Qué soy yo para tí? y El secreto de vivir, pero con las que el vocalista David Summers y sus secuaces pusieron en práctica sus 26 años como banda.

Las ovaciones se hicieron cada vez más evidentes con Si yo no te tengo a tí y la nota romántica con Te necesito. Era tiempo ya para sacar celulares y cámaras fotográficas, porque lo mejor estaba por venir.

Te quiero amplió el romanticismo e hizo a más de uno recordar su época colegial y universitaria, allá por finales de los años 80.

Grandes. A las 7:55 p. m., la ingrata lluvia sufriría una metamorfosis y La Sabana alcanzaba una verdadera noche de verano.

Temblando sirvió para comprobar que la música de Hombres G de verdad pasa de generación en generación y que es inagotable. La prueba: seguidores menores de 20 años se sabían la letra a la perfección.

La nota más movida llegaría en la segunda mitad del concierto. La lista incluyó Dejad que las niñas se acerquen a mí, Suéltate el pelo y Visite nuestro bar.

A las 8:30 p. m., los ibéricos dejaron el escenario, pero ni ellos mismos se creyeron que era el final.

Summers, Rafael, Daniel y Javier no podían irse de Tiquicia sin hacer alarde de sus mejores éxitos.

Los fanáticos enloquecieron por completo cuando los españoles comenzaron a tocar las partituras de Voy a pasármelo bien, que de seguro, se escuchó en Hatillo, La Uruca y cualquier comunidad cercana.

Era hora para dos infaltables en el repertorio. Nassau y El ataque de la chica cocodrilo, cuyo coro resultó impresionante. Nadie se quedó sin cantarlo, incluso, dos fans que no superaban los 12 años.

El truco de retirarse a los camerinos se apoderó de La Sabana. Otra vez, nadie se lo creyó.

Javier volvió para decir: “Gracias por haber venido, por aguantar la lluvia y por aguantarnos”.

De inmediato, comenzó con la impecable introducción de Venezia, para dar paso a Summers, quien se encargó del resto.

Una combinación de batería de apenas segundos anunció la llegada de Marta tiene un marcapasos, que provocó un ataque real al ánimo de los presentes, quienes interrumpieron al baterista para comenzar a cantarla a capela.

Durante la interpretación, oficiales de la Policía Municipal intentaban evitar que algunos expresaran sus emociones con el mosh. Misión no cumplida.

La fiesta musical alcanzó su cierre con Devuélveme a mi chica.

“Gracias chicos. Costa Rica, nos vemos...”, fueron las palabras de Summers. Él y sus compañeros fueron testigos de un extenso juego de pólvora, lo que marcaba el final de una velada que valió la pena.