Ante los ojos de la guatemalteca Alba Cifuentes este concierto no era nada nuevo. Sí, era un espectáculo que ya ha visto tres veces, pero que no se cansa de presenciar.
La presidenta del club de fans chapín de Ricardo Arjona, llamado Vivo Guatemala, ha viajado a Honduras, México y Costa Rica con tal de ver, una vez más, el show que ofrece el artista en la gira Viaje .
“Es algo que vale la pena ver cuantas veces se pueda. No todos los años él da conciertos, así que hay que aprovechar cuando los da”, aconsejó esta mujer, ejecutiva de ventas de un parque acuático guatemalteco.
Eso mismo consideraron las cerca de 17.000 almas que asistieron fielmente al Estadio Ricardo Saprissa, en Tibás, al segundo concierto que ofreció este artista en suelo nacional. Casi, casi, logra otro llenazo consecutivo.
Alba, de 52 años, se sabe de principio a fin el espectáculo: las canciones, los movimientos del chapín sobre el escenario... Todo.
Tanto es así que lo que más le emociona es el comienzo del concierto: él empieza con A la luna en bicicleta , canción favorita de esta fiebre.
“Me desgallilo por completo, es impresionante. Es la poesía más hermosa que ha hecho; bueno, de las muchas que ha hecho”, aseguró.
El encuentro comienza de la mejor manera y continúa así... “Todo el dinero que gasto vale la pena, absolutamente todo. Él hace todo perfecto”.
Ella no es de las que grita ni de las que se desespera al ver a su ídolo sobre el escenario. “Ya lo he visto muchas veces, eso no es algo que me asombre”. Solo se levanta, canta y admira “toda la belleza que hay en él”.
Sin embargo, luego de que cantara éxitos como El problema , Acompañame a estar solo y Piel pecado , llegó otra de las piezas esperadas por Alba: Cavernícolas , del último disco Viaje .
Ahí, la cordura que mantuvo en la primera mitad del show se fue al traste, al igual que le pasó a todos los asistentes que levitaban en el estadio. Ella se despeinó, gritó..., lo sintió.
“Esa canción me gusta bastante, es de las favoritas”, mencionó momentos antes de que comenzara el concierto.
Con Historia de taxi , Ricardo Arjona aparece manejando un carro y, aunque es una imagen que tiene grabada en su memoria, se asombra un poco y todavía logra emocionarse.
Sin embargo le entristece porque sabe que continúa Señora de las cuatro décadas , tema en el cual Arjona tiene la costumbre de subir a una mujer al escenario y no es ella.
Anoche tampoco fue la elegida. Válida la cara de decepción y más aún después de ver que Gisela, afortunada que tuvo de cerca a Arjona, se le sentó en las piernas.
“Awwww, no puede ser”, se oyó no solo de la boca de Alba, sino de cientos de enamoradas carcomidas por la envidia. Corazones rotos, pero la velada seguía.
Los clásicos seguían llegando y Alba, quien parecía que veía por primera vez el espectáculo, se dejaba envolver por la impresionante escenografía que incluía hasta taxis, bicicletas y un juego de luces digno de admirar. “Puedo verlo mil veces”.
¿Cuánto dinero ha invertido en esta afición por Arjona? “¿Entre giras, discos y el club? ¿Por qué me hace hacer cálculos? Creo que, como mínimo, $25.000. Pero no importa, es una inversión. Hasta donde me dé el bolsillo lo seguiré fielmente”, respondió.
Esa cantidad seguirá creciendo, porque, al casi terminar el concierto, Alba estaba más que lista para emprender la nueva aventura: ir a ver otros conciertos de Viaje , pero esta vez en Guatemala y en México.