Un buen masaje alivia casi todo

No se trata de procedimientos médicos, sino de una forma de lograr un balance físico y emocional

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Los masajes siempre están asociados a la relajación y al tiempo de descanso. Pero más allá de estas cualidades, son también una técnica eficaz para activar el sistema linfático, canalizar mejor la energía, liberar tensión, eliminar las toxinas del cuerpo y deshacerse de una que otra contractura.

En algunas ocasiones son empleados también como complemento a tratamientos de enfermedades. Sin embargo, en estos casos, es importante que se tenga en cuenta que no se trata de procedimientos médicos, sino de una forma de lograr un balance físico y emocional. Además, según el tipo de dolencia, podría no ser conveniente someterse a él.

“Cuando una persona padece una enfermedad como el cáncer y está bajo tratamiento médico, hay que hacer una evaluación para ver la viabilidad de efectuar el masaje”, indica al respecto Jorge Quirós, gerente del spa del hotel Real Intercontinental.

Tipos. Además, según sea el objetivo que se desee alcanzar, así será el tipo de masaje que se emplee. Por ejemplo, hay técnicas como la sueca que ejercen una presión media sobre las zonas más tensas del cuerpo, con el fin de relajar.

Otro, como el de tejido profundo, está dirigido a personas que conocen sobre masajes y a las que les gusta que se les aplique bastante presión sobre zonas localizadas.

Para quienes prefieren una experiencia más relajante están las piedras calientes. “Se colocan sobre siete chacras energéticas focalizadas en la espina dorsal. En esta técnica también se aplican aceites en el cuerpo y se masajea las manos con las piedras”, explica el gerente del spa del hotel Real Intercontinental.

Los que gozan de más popularidad son el thai o tailandés, para tratar lesiones o para estirar el cuerpo como si se estuviera haciendo yoga, pero sin esfuerzo, ya que son terapéuticos.

Está dirigido a deportistas y aquellos que conocen sobre esta técnica ya que, al igual que con el yoga, cuanto más se practique, más apto está el cuerpo para realizar estiramientos.

El aceite y los masajes. Los aceites y las esencias son de los elementos más utilizados en estas prácticas. Algunos, como los de almendra y girasol, han adquirido mucha relevancia en estos procedimientos.

El primero se está usando para lograr una hidratación profunda de la piel, mientras que el segundo se emplea como antioxidante.

Además, son aliados cuando se trata de aumentar la energía. En estos casos se usan combinaciones de romero, naranja, toronja y zacate de limón. Cuando lo que se busca es liberar estrés, se emplean los de lavanda, cedro, naranja y salvia.

En el caso de los rituales de aromaterapia, las esencias están enfocadas a relajar y mejorar la respiración. Para este último fin se puede aromatizar con árbol de té, menta, eucalipto y zacate de limón.