Miguel Salguero llega a los 80 años lleno de vida, anécdotas y alegría

Periodista Aunque no posee un título, Salguero es uno de los más respetados comunicadores que hay en el país

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Ocho décadas de aventuras y anécdotas se pueden resumir perfectamente en la ajetreada vida del periodista costarricense Miguel Salguero. Este lunes 1. ° de julio, el reconocido costumbrista y escritor celebrará su cumpleaños.

Sus allegados, amigos, conocidos y admiradores tienen preparada una fiesta muy especial en el Colegio de Periodistas, y con estas líneas en Viva , también enviamos nuestra felicitación.

Conversar con él es sumirse en las historias de campo, de los viajes y los reconocimientos; pero entre tanta palabra y oraciones perfectamente construidas se reconoce la humildad de un hombre que ha hecho camino a punta de trabajo, una persona muy enamoradiza y un padre cariñoso.

Nació en Acosta en 1933, ha vivido en más de 80 lugares de Costa Rica y se considera un peregrino.

Don Miguel, ¿Cómo se siente a los 80 años?

Ya yo tengo preparado el pasaporte para que me lo visen (risas). Me siento muy bien y hago lo que Dios me permita. Pero ya no puedo pedir muchos gustos, ya no estoy para esos trotes, no puedo estar en la noticia viva.

Tiene 13 hijos, de siete matrimonios...¿es un casanova?

Todo lo contrario, soy un hombre más bien tímido. Eso de los matrimonios se dio por la timidez, cuando conocía a una muchacha guapa no sabía que decirle, entonces le proponía matrimonio. De unas 300 que conocí, siete me dijeron que sí.

“En este momento tengo que hacer cuentas porque se me hace un enredo, estoy casado con María Mayela Padilla, pero vivimos aparte”.

Además de un conquistador, ha tenido muchos oficios...

Lo primero que fui fue campesino, toda mi vida lo he sido. Fui policía, pulpero, vendedor de vestidos de niña (en Grecia me iba muy bien), hice cine, periodismo, radio, televisión, tuve varios cines de 16 milímetros. Hasta puse una agencia de empleos en 1960, pero el Ministerio de Trabajo me la cerró porque era prohibido tener eso.

¿También fue soldado en la Guerra Civil de 1948?

Yo participé en la revolución del 48 con un bautismo de fuego de 36 horas en las trincheras de San Isidro de El General. Tenía 14 años, al principio no me querían dar arma, pero no les quedó más remedio porque yo sabía disparar un riflecillo de cacería. Fui soldado de la revolución hasta que en Ochomogo se libró el último combate entre los pocos que llegamos a Ochomogo.

¿Usted no pudo estudiar formalmente?

Llegué hasta cuarto grado de la escuela, como mis papás se fueron para Pérez Zeledón yo tenía que viajar muy largo para ir a la escuela, entonces aprendí a leer y a escribir muy rápido, pero me tuve que poner a trabajar.

“Después me vine a San José y me consiguieron una beca para estudiar en el Colegio Salesiano de Cartago, solo aguanté un mes porque era una rezadera. Además, nos levantaban a las 5 a. m. para bañarnos con aquel frío y uno campesino estaba acostumbrado a bañarse cada ocho días”.

¿En qué está trabajando?

Desde que me pensioné estoy en cuentos y recopilaciones. Ahora estoy haciendo un libro sobre nombres raros que he escuchado en mi vida como Paminombas. ¡Dios guarde me hubieran puesto a mí Paminombas!

¿Qué significa para usted, esta celebración que le tienen preparada hoy?

Es muy bonito, yo no estoy acostumbrado, porque el campesino no celebra cumpleaños. Papá era muy bravo y no gustaba de que le dieran nada.