San José (Redacción). La cadena de televisión CBS solicitó hace tres días que los invitados a la gala de los Grammy tuvieran recato tanto en sus declaraciones como en sus vestidos, pero las divas de la noche hicieron caso omiso a esa petición y mostraron la cantidad justa de piel para emocionar a sus aficionados.
Jennifer López fue el claro ejemplo de la omisión del recato ya que lució un vestido negro que dejaba expuesto su muslo derecho hasta la altura casi de su ropa interior. Anthony Vaccarello fue el diseñador de su vestimenta.
La cantante de country y pop, Taylor Swift, mostró un elegante vestido color marfil y detalles en plateado, de la marca J. Mendel, que enseñaba un poco sus piernas y además tenía un escote que mostraba su espalda y en el frente se limitaba a cubrir sus senos.
Una de las mejores vestidas, según varias revistas internacionales fue la intérprete de country, Carrie Underwood, que escogió un vestido negro, con adornos en pedrería y un collar plateado que acaparaba la atención.
Rihanna se lució con su escogencia, su vestido rojo con una larga cola la volvió el objetivo de miradas y fotografías, pero esta vez por su acierto y no por sus fallos como en ceremonias anteriores.
Mientras que las críticas cayeron sobre Adele, quien escogió un vestido estampadon de flores con tonos rojos que la hacía lucir unos años mayor a su verdadera edad.
La cantante Katy Perry también fue una de las poco laureadas al escoger un vestido color verde aguamarina pegado al cuerpo con un detalle de flores en su cuello, además de un excesivo maquillaje.
Como es común en los Grammy, el negro fue el color preferido de las estrellas.