La argentina Máxima se convierte en reina consorte de Holanda

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Amsterdam (AFP y AP). Con su carismática sonrisa, Máxima, de origen argentino, es uno de los miembros más luminosos de la Casa de Orange , pero debió recorrer un arduo camino hasta llegar a ser reina consorte de Holanda .

Con su abdicación, la antigua reina ahora será conocida como la princesa Beatriz. Su hijo ascendió al trono como el primer rey holandés en más de un siglo, pues Guillermo III murió en 1890.

“Máxima tiene un gran corazón y una gran capacidad para conectar con las personas. Con esas cualidades será de gran apoyo para Guillermo Alejandro, quien junto a ella hará una buena pareja para reinar”, señaló Beatriz en un discurso del lunes, un día antes de abdicar.

Máxima, quien cumple 42 años el 17 de mayo, se adaptó a sus obligaciones reales en tiempo récord: aprendió el holandés, la historia y las leyes del país y una lista interminable de reglas de protocolo y etiqueta. En sus primeros cinco años de matrimonio tuvo tres hijas (Amalia, Alexia y Ariana).

La argentina se graduó de economista en la Universidad Católica Argentina (UCA) y en 1996 se fue a Nueva York, donde trabajó en el banco HSBC James Capel Inc., en el Dresdner Kleinwort Benson y el Deutsche Bank. Gracias a su selecto círculo de amigas del Colegio Northlands conoció en 1999 al príncipe Guillermo Alejandro, en la Feria de Sevilla.

A partir de ese momento comenzó una minuciosa preparación para convertirse en la esposa del rey de Holanda y madre de la princesa, heredera a la Casa de Orange. Desde el principio, Máxima cautivó a la soberana. Parecía la candidata perfecta para enderezar a su primogénito, en ese entonces con fama de amante de la cerveza y la vida nocturna.

Hace once años, esta pequeña y rica monarquía europea la recibió con preocupación debido al pasado de su padre, Jorge Zorreguieta, quien fue alto funcionario de la dictadura argentina.

El Parlamento holandés estuvo a punto de impedir su enlace con Guillermo Alejandro, el nuevo rey de Holanda, tras la abdicación este martes de la reina Beatriz. Finalmente se casaron en febrero de 2002 (sin la presencia de los padres de la novia, que tampoco estuvieron en la fiesta de entronización).

La pareja también debió salir al paso de críticas por sus millonarias inversiones inmobiliarias en tiempos de crisis. En 2009 compraron una casa en Mozambique y el revuelo fue tal que debieron venderla. También compraron una villa en Grecia y una propiedad en la Patagonia argentina .

Guilermo Alejandro y Máxima enfrentan ahora el desafío de demostrar la vigencia de la monarquía. Con su personalidad "avallasadora", la reina consorte deberá cuidarse de no opacar a su marido, el primero su generación en Europa en convertirse en monarca.