Millones de personas en todo el mundo y fuera de él siguieron el enlace del príncipe Guillermo y Catalina, su ahora esposa.
Entre los seguidores más particulares estuvieron los astronautas de la Estación Espacial Internacional, quienes desde el espacio enviaron sus mejores deseos a pareja más popular del Reino Unido.
También, cientos de militares británicos destacados en Afganistán –en la base de Camp Tombstone– siguieron por televisión la boda, con lo cual olvidaron, al menos por unas horas del día, los horrores de la guerra que libran contra los talibanes en la peligrosa provincia de Helmand.
“ Si fuéramos políticamente correctos, diríamos ‘es algo maravilloso’, pero, hablando francamente, se trata, sobre todo, de un estupendo día de descanso”, dijo Kieran Glynn, de Escocia.
Al otro lado del mundo, en lugares como Ciudad de Guatemala y Montevideo (Uruguay), las embajadas británicas ofrecieron recepciones para sumarse a las celebraciones.
En Bolivia, el consulado británico había organizado un concurso entre las parejas que se casaban ayer para que “su día fuera aún más especial”, informó la delegación diplomática. Los ganadores fueron Fabianna Rivera y Alejandro Antezana Kossiner.
Tras el concurso en la sede diplomática, ellos recibieron un brindis para sus familiares y amigos en la casa del embajador británico en La Paz, Nigel Baker. El inglés también le obsequió a la novia un sobrio buqué y le prestó su vehículo oficial para que fuera trasladada a la iglesia donde se celebró la boda.