En el 2002, la casa real de Holanda anunciaba con bombos y platillos el matrimonio de Guillermo-Alejandro, heredero del trono, con la plebeya argentina Máxima Zorreguieta, a quien conoció en Sevilla, España.
La historia de amor de esta pareja sacudió la prensa rosa mundial, por la forma particular en que se desarrolló.
En 1999, varios amigos en común los presentaron en una fiesta en la ciudad española; en ese momento, Máxima no quedó prendada del entonces príncipe; sin embargo, él sí quedó flechado y la siguió hasta Nueva York.
“Llamaba hasta tres o cuatro veces por día”, contó Máxima a la revista argentina Gente.
Después de que el príncipe la buscara, comenzaron una relación idílica, llena de altibajos y de escándalos.
Guillermo le presentó a su madre, la reina Beatriz, en julio de 1999, apenas tres meses después de comenzar la relación. La plebeya encantó a la reina.
El turno de los suegros de Guillermo fue en agosto de ese mismo año, señala Gente . Y los padres de la novia también quedaron fascinados con aquel hombre.
Boda. La petición de matrimonio se hizo después de solicitar todos los permisos necesarios debido a la condición de plebeya de la novia. Guillermo le hizo la propuesta matrimonial a Máxima mientras patinaban en el jardín de la casa de la reina Beatriz.
Según una nota publicada por Viva antes de aquella ceremonia, que se llevó a cabo el 2 de febrero del 2002, los novios dieron el sí ante el alcalde de la ciudad de Ámsterdam, en el edificio Beurs van Berlage, y luego hicieron la ceremonia religiosa en Nieuwe Kerk ante unos 1.600 invitados.