Viva la tradición taurina desde sus entrañas

Dele un repaso al cartel de los toros escogidos para llegar a esta plaza. Entérese de cómo los cuidan los ganaderos, cuáles serán los grandes ausentes y cuáles son los respetados entre montadores e improvisados

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aandino@nacion.com. Un nuevo capítulo comenzará a escribirse el martes en las corridas de toros gracias a la programación de este año que se caracterizará por la calidad de los toros, de los montadores y del espectáculo que brindarán los protagonistas de esta tradición: los toreros improvisados.

Antes de que vengan los levantines, sustos, quites, redonderas y el grito de ¡puerta!, tres de las ganaderías más representativas de estas fiestas explicaron el proceso de selección de sus animales, los cuidados que le dan para estar en perfectas condiciones y, también, las bajas que registraron este año.

Luego de su ausencia en la pasada edición, vuelve la ganadería Tres Equis de Turrialba y Siquirres. Su dueño, Heriberto Abarca, comentó que llevarán toros nuevos y otros ya conocidos.

“Nosotros somos una ganadería que está renovando sangre. Tenemos un lote de 70 toros que esperamos den un buen espectáculo al público. Los toros más buenos los jugamos poco en el año para cuidarlos, como El Coloradilla y El Cartago , que son de lidia (para el toreo). La última vez que salieron fue para el verano toreado en la Expo- Pococí”, dijo.

“Luego de eso se les da descanso, viene el proceso de desparasitarlos, se mantienen en buenos pastos y se les dan vitaminas para que estén fuertes para la nueva temporada que arranca con Zapote”, explicó Abarca.

El ganado, explicó, debe viajar intacto desde que sale de la finca en los dos camiones que los transportan hasta Zapote .

“El chiste es que lleguen fresquitos, fuertes y con ganas de salir a la arena. Se meten en cajones aparte para que no choquen. El peso mínimo para estar en Zapote, creo yo, es de 450 kilos. Además, debe tener alguna experiencia jugando en plazas”, afirmó Abarca.

Como dato curioso uno de sus toros estrella, El Coloradilla , estuvo a punto de perderse estas fiestas a raíz de una lesión, producto de una pelea con otro toro. Al final, se logró recuperar.

Por su parte, Jorge Chinchilla, de la ganadería que lleva su apellido, ubicada en Guácimo de Guápiles, trae en su oferta un buen grupo de toros traídos desde México. En total maneja 75 reses.

“Son 22 toros de pura casta, es ganado bravo y lo llevamos con el interés de jugarlos para refrescar la raza. Me gusta mucho cuidar a mis toros para que lleguen a Zapote. El Chinchilla, que el año pasado lo jugué dos veces por sus levantines y a petición del público, lo he soltado solo cuatro veces este año, con las fiestas de Liberia y Cartago”.

El período de descanso que se les da es de cuatro meses, aunque otros ganaderos les dan toda la temporada de invierno. No es para menos, el valor de un buen toro de casta puede rondar de ¢4 a ¢5 millones.

En el caso de la ganadería Beto León, en Limonal de Abangares, se seleccionaron entre 60 y 70 toros para dar a basto con los seis días que tienen en el cartel, comentó Carlos León , hijo de don Beto.

“Estamos muy contentos porque los animales realmente son muy bonitos, bravos y casi no se han jugado. Esperamos un buen espectáculo. En la finca manejamos 125, pero elegimos entre 60 y 70. Cuando terminan las ferias, en mayo, los ponemos a descansar. En octubre les empezamos a dar concentrado para que vayan fuertes, los desparasitamos y, aparte, le damos vitaminas”, comentó León.

Otras ganaderías como la de Chemy Jiménez, Hacienda La Pinta de Martín Vallejos, Las Palmitas y Los Cascabeles también aportarán lo suyo en estas fiestas.

Los grandes ausentes.

Este año faltarán muchos otros toros al ruedo. Solo en el 2012, nueve famosos fallecieron. Álvaro Zamora, investigador, comentarista y animador oficial de las corridas de Zapote , compartió unos datos.

El último toro que falleció fue uno muy conocido, El Pela Chanchos , recordado cuando desnudó a un improvisado hace un año en aquel juego de los círculos.

El animal tenía una bacteria que lo abordó producto de los cambios de clima y hace unos días, el pasado 13 de diciembre, murió.

“La ganadería Tres Equis sufrió ésta perdida y otras dos más: El Guadamúz, fallecido el 16 de abril, y su compañero, El Látigo, el 8 de setiembre del 2012”, indicó Zamora.

Chemy Jiménez de Santa Cruz perdió dos de sus mejores ejemplares: El Cantinflas, que murió 20 de julio, y El Huracán , uno de los mejores toros de monta de Costa Rica, fallecido el 25 de setiembre.

La lista la completan El Diablillo y El Payute, ambos de la ganadería Arroyo y Gómez y que fallecieron en marzo pasado.

“Don Raúl Rojas de la finca El Atardecer no se escapó de ésta insólita lista con su famoso toro de monta El Suspiro , que murió el 5 de agosto del año en curso”, agregó el investigador taurino.

El Jaguar de Pastor Arrieta murió el 6 de octubre pasado.

Otros números arrojó Zamora previo al arranque de esta temporada taurina: un ejemplar como El Cartago , que es un toro de lidia, tuvo su mejor jugada un 29 de diciembre del 2009 cuando provocó 13 revolcones.

Otro como El Coloradilla causó más de seis sustos un 27 de diciembre del 2007.

El Malacauite y El Chinchilla fueron catalogados como los mejores para los improvisados hace un año. A dos días para que suene la trompeta, veremos cuál será el toro de moda esta vez.