Sharon Segura, Jair Cruz, Nicole Aldana y Elías Alvarado recuerdan el regalo de Navidad que los marcó

Unos siempre tuvieron un obsequio cuando estaban pequeños, mientras que otros nunca recibieron un presente navideño en su infancia. Sin embargo, todos atesoran recuerdos de la época con nostalgia

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Tradicionalmente, la Navidad ha estado asociada a los regalos, principalmente a los juguetes que los niños anhelan cada 24 o 25 de diciembre.

Para ese día los pequeños se preparan con anticipación y, mientras unos le escriben una carta al Niño, otros esperan que su carta llegue hasta el Polo Norte y que Santa Claus traiga en su trineo el regalo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, esos niños van creciendo y la magia se va perdiendo o transformando; y de aquel pequeño que se levantaba con gran emoción a abrir regalos, lo que queda es un adulto que guarda con nostalgia aquellos recuerdos.

Tal es el caso de Sharon Segura, Jair Cruz y Nicole Aldana, quienes recuerdan que durante su infancia la Navidad les dejó al menos un regalo que anhelaban muchísimo. Por su parte, Elías Alvarado reconoce que su “regalo prometido” llegó, más bien, siendo un adulto.

Estas son sus historias.

Mi casita

Sharon Segura atesora muchos momentos lindos de Navidad. Siendo una niña, la creadora de contenido afirma que fue muy chineada por su familia y que siempre la consintieron con lo que se podía.

“A pesar de las limitaciones económicas que tuvimos, ellos se encargaron de que yo no supiera que había esas limitaciones y siempre lograban darme lo que yo quería o pedía. Mi infancia fue maravillosa y toda mi vida también lo ha sido, a pesar de los momentos difíciles. No puedo dejar de dar gracias a Dios por las bendiciones y la gran familia que me ha dado y que me dio hasta el último día de vida de mi papá”, afirma.

Y aunque tiene muchos recuerdos navideños bonitos, también tiene claro que hubo dos años que realmente la sorprendieron. Uno fue cuando tenía seis años y recibió su regalo de Navidad.

Para aquel entonces, Sharon y su familia vivían en Grecia y movieron todos los muebles de la casa para poder colocar una casita en miniatura en la sala.

“Tenía el jueguito de sala, el jueguito de comedor y la cocina y todo era hecho por artesanos. Eran mueblecitos acolchonados y todo. Entonces yo me levanté y cuando vi eso, no le puedo explicar mi reacción, porque, o sea, para mí eso fue de las cosas más increíbles que me han dado en mi vida. Ha sido lo que más me ha marcado”, afirma.

Sin embargo, su papá y su mamá siempre supieron sorprenderla, incluso siendo ya una mujer adulta.

“Cuando yo tenía como 24 años, yo dije en mis redes sociales que quería unos patines y ellos movieron cielo, mar y tierra para conseguirme unos. Ese año ellos no sabían qué regalarme, entonces un día dije que qué chiva unos patines y ellos corrieron y me los dieron”, detalla.

Sueños musicales

Aunque terminó siendo locutor y presentador, en realidad el gran sueño de Jair Cruz cuando era niño era ser músico y su mamá lo tenía claro.

Jair recuerda que su gran ilusión era convertirse en un gran pianista y, por ello, el día que recibió como regalo de Navidad una organeta no lo va a olvidar nunca.

“Mi mamá fue la que me la regaló, cuando estaba chiquillo y eso me marcó, porque yo quería tocar piano. Y usted no lo va a creer, pero esa organeta yo todavía lo conservo, la tengo en mi casa guardada y todavía funciona”, dice entre risas el locutor.

Jair dice que aunque creció y le dio “la chochera por la radio”, cuando era un adolescente tenía tanto afán por aprender a tocar piano, que su mamá le pagó clases. Sin embargo, hizo una confesión: “Nunca aprendí... O sea, aprendí ciertas cosillas, pero nada más”.

Para aquel entonces tenía 13 años.

“Era muy vacilón, porque yo de verdad soñaba con ser pianista, entonces yo me sentaba horas y horas a repasar la clase que yo tenía. Después de ahí me pasaba horas y horas tocando piezas que ya venían dentro de la organeta, era como que el mismo piano te enseñaba a tocar, entonces aprendí ciertas canciones con el mismo piano”, asegura.

Mundo Barbie

Nicole Aldana siempre ha sido una gran amante de la moda, por ello, no es de extrañar que el mejor regalo de Navidad que tuvo de niña fueron las barbies.

Entre risas, la ex A Todo Dar recuerda que todos los años recibía muñecas de este tipo, o bien accesorios relacionados con ellas: una casita, un carro y ropa, entre otros.

“Es que a mí me encantaban, entonces yo todos los años pedía todo lo que se le relacionara. Pero es que también, como todos los años salía una barbie nueva, yo quería que me la dieran, pero igual si no me la daban y me regalaban otra, yo igual estaba fascinada, porque siempre me encantaron todas”, asegura la menor de las Aldana.

Eso sí, Nicole afirma que casi nunca tuvo una compañera de juegos, pues sus hermanas Nadia y Natasha son tres y cuatro años mayores que ella, por lo que estaban en otra etapa. Así que ella jugaba sola con sus barbies.

Sin embargo, afirma que no le hizo falta, pues ella se entretenía con las muñecas de este tipo que tenía.

Nicole también recuerda que en ocasiones le regalaron peluches y que también le “encantaban”, pues los acomodaba en una hamaca en su casa.

¿Navidad?

A diferencia de Jair, Sharon y Nicole, Elías Alvarado no tiene un recuerdo de Navidad abriendo regalos. En su casa esta fecha se vivía de una manera diferente.

“En mi casa nunca se acostumbró a celebrar, a poner arbolito o luces. La forma en que criaron a mi papá, principalmente, era así. Entonces nunca hubo cena o decoración, ni tampoco regalos. Y yo creo que es muy respetable quienes no celebran, porque hay quienes no ven la Navidad como otras personas, en el sentido que lo ven como algo más religioso”, afirma Alvarado.

Elías detalla que tanto él como sus hermanos eran obedientes y, por ello, siempre hicieron caso a las normas del hogar. Eso sí, recuerda que en una ocasión una de sus hermanas colocó unas lucecitas navideñas en el cuarto, esperando que su papá no las viera.

El periodista de Telenoticias confiesa que, a pesar de todo, actualmente es un gran amante de la Navidad, al igual que su hijo Saúl. Fue gracias a Tannia Mata, su esposa, que esta época ahora tiene otro sentido.

“Tannia llegó una Navidad y me dice: ‘le traje un regalo...’. Y yo le dije que yo no tenía nada, porque para mí eso no era parte de diciembre, por la forma en que me criaron, entonces ahí fui aprendiendo. Y ya cuando tuvimos nuestra casa empezamos a decorar y ahora puedo decir que me encanta”, cuenta.

De hecho, fue precisamente su esposa quien hace unos ocho años le dio el regalo que más ha disfrutado. Se trata de un tripié, que hasta la fecha utiliza para grabar sus videos.

Eso sí, aclara que para él la Navidad no es precisamente “una celebración religiosa, sino una celebración familiar”.