La banda nacional Percance tomó el escenario del Estadio Nacional el sábado –a las 10:30 p. m.– para cerrar un día histórico para la música hecha en Costa Rica, y lo hizo en grande.
El grupo, compuesto por 11 músicos, salió al escenario cargado de pura energía positiva y desde que sonaron las primeras notas de sus canciones, el público estalló en júbilo en la gramilla y en las graderías del estadio. Adultos, jóvenes y una buena cantidad de niños se apostaron a aplaudir y a bailar.
Los más pequeños fueron quienes se emocionaron más ante el show que Percance les tenía preparado. Cuando la banda salió a escena, muchos corrieron por la gramilla a toda velocidad para tomar un buen espacio y poder ver a su grupo favorito de cerca.
Percance saltó a la tarima y de inmediato su vocalista, Esteban Ramírez, recorrió de lado a lado el escenario mientras cantaba ¿Dónde iré a parar?
La energía estaba al máximo y la gente no paraba de corear las canciones y de saltar durante toda la presentación.
Con 13 botellas siguió la fiesta y Ramírez comenzó su conversación con el público: “Esto es música nacional, es un día de fiesta, es un día para recordar, hoy estamos haciendo historia”, fueron las palabras de bienvenida del cantante.
Cuando comenzó a sonar El tiempo , el percusionista de la banda (César León Papita) dejó las congas y tomó el micrófono para cantar al lado de Ramírez.
El repertorio siguió con Desesperados , No vuelvas y Gira el mundo , con la que el estadio en pleno ovacionó a los nacionales.
“Para nosotros cerrar el concierto significó una gran responsabilidad, tratamos de hacer la noche inolvidable para los presentes y lo hicimos con el corazón”, aseguró Ramírez.
Cierre. La sorpresa estuvo al final del show . Percance invitó a tocar con ellos a los miembros de Gandhi. Ambas bandas interpretaron juntos el éxito Y otro gol , que hace referencia a dos pasiones del tico: la música y el futbol.
“Quisimos compartir el cierre con la banda referente de la música nacional, los admiramos mucho, fue una experiencia muy bonita”, indicó Ramírez a Viva sobre la participación junto a Gandhi.
“Lo que hicimos fue algo muy grande, unimos fuerzas para empujar la escena de la música nacional”, dijo el vocalista.
Este cierre simbolizó la transición musical entre bandas consolidadas y otras más nuevas.
Cuando la música dejó de sonar, ambas agrupaciones se unieron en un gesto muy emotivo: todos sus integrantes se arrodillaron en el suelo e hicieron una reverencia hacia el público para agradecer el apoyo, el compromiso y la pasión que mostraron tras más de 10 horas de concierto. Para finalizar, los miembros de estos grupos se tomaron de las manos y abrazados se despidieron de los presentes.