Ojo abierto: Dejar la sangre correr

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Crítico de televisión EN VIVO. Desde el llamado “nuevo periodismo”, se formula el protagonismo del periodista en la noticia, con la idea de acercar el relato de los hechos al lenguaje de la gente común y evidenciar una visión personal de los sucesos.

Obviamente, el lado peligroso de ese enfoque es que el protagonismo del periodista llegue a ser excesivo y el reportero termine siendo la historia misma en lugar de limitarse a contarla. El lado más oscuro es cuando nos quieren vender como periodismo e investigación algo que solo busca el morbo y el entretenimiento.

Siento que estamos fuera de esa zona de excesos; más bien veo logros muy bien presentados en nuestra tele, aunque sería bueno afinar la técnica un poco más, para darle más calidez a la pantalla.

Buen ejemplo. Este martes, me pareció estupendo que el periodista de Repretel, Arnold Zamora reportara la campaña de donación de sangre, desde la camilla misma donde un técnico le drenaba 500 mililitros a velocidad de dos kilómetros por hora, como modelo de la actitud necesaria en el país. Arnold explicó bien el tema: el 60% de la sangre de los hospitales se recoge de manera obligatoria; cuando alguien va a ser operado y los familiares corren en busca de donantes que llegan más al calor del compromiso, que movidos por un sano espíritu de donación voluntaria.

El periodista también ubicó la noticia dentro de un contexto claro. Él enfocó la dimensión de la necesidad de sangre, de unos 300 donadores diarios, y centró la atención del televidente para que sea de manera voluntaria, enfatizado los beneficios, la seguridad y las características de la donación.

Incluso, fue más allá de la información pura y simple, y motivó la donación siendo él mismo un donante en transmisión directa. Es genial cuando el protagonismo tiene sentido.

Obviamente, no se sabe con exactitud por qué la gente sana tiene reparos en donar, si no representa ningún problema para la salud a largo plazo ni causa ningún deterioro momentáneo. Por esa razón, el protagonismo del periodista fue importante y ejemplar en lucha contra el mito y la abulia.

Buen manejo. El reportero haciendo la entrevista, mientras era donador, evidencia el perfecto estado durante el procedimiento y dejó ver su buen ánimo, con un humor incluso que fue más cálido del que suele darle a las informaciones regulares.

Ahora bien, recordemos las dos ideas asociadas a la técnica: ser parte de los hechos de la noticia y, segundo, contar desde su punto de vista muy personal de lo ocurrido. Aquí es donde se marca la línea entre el éxito y el exceso.

Muchos periodistas temen hacer esta segunda parte, la de los comentarios personales, porque creen que contar lo que ellos mismos sienten, temen, o experimentan es cruzar la raya y adentrarse en el excesivo protagonismo del que hablábamos.

Acercar al televidente. No pienso que eso sea así, todo lo contrario, si el periodista asume esa posición que cuente sus emociones es parte del asunto “informativo” con el cual el televidente conecta y lo acerca más a la noticia.

Exceso sería, por ejemplo, que el periodista no tuviera resguardo en una manifestación y se pusiera a tiro para que una piedra lo golpeara y luego saliera en cámara con la cara ensangrentada.

Pero tener la capacidad de introspección y hablar de las emociones ligadas al comportamiento es algo muy interesante. Como dijimos, el nuevo periodismo –que tiene más de 60 años– es diferente porque no reporta una idea, un dato o un hecho, como sucede en el periodismo informativo, si no que habla del comportamiento de personajes en una situación relevante o en el tránsito de una vivencia y otra que implica un comportamiento social de valor significativo.Este periodismo sigue siendo bastante riguroso, aunque tenga mayor protagonismo, y es más valioso que cuando los periodistas serios se dedican a reportar fríamente las grescas políticas, las escapadas de los concentrados.