La nueva vida de Krystel Byers, la aventurera ex chica de ‘A todo dar’

La exchica ‘A todo dar’ mantiene su misma simpatía y espíritu aventurero de hace 20 años. Ella nos habló de su actualidad, en la que es feliz junto a su hijo, su esposo y una manada que considera familia

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Desde hace un año, Krystel Byers cambió las olas del mar por el concreto. Por eso, ya no surfea, ahora se entretiene con una patineta. La energía de la recordada chica A todo dar (ATD) se mantiene y a sus 43 años está iniciando una vida diferente en la que convive entre la emoción y la incertidumbre.

Krystel vive feliz de la vida junto a su esposo Adam y el hijo de ambos, Rocky, como le llaman de cariño. Esta mujer, siempre relacionada con su paso como modelo y bailarina del exitoso programa de Repretel, que terminó en el 2005, tiene amores muy marcados, entre ellos la familia, la maternidad y los animales.

“Me encanta la maternidad, me dicen que por qué solo tuve un hijo. Si fuera por Adam tendríamos como 20 hijos. Lo que pienso, y no quiero que suene feo, es que desde el primer momento que tuve a mi hijo entre mis brazos, sentí tanto amor, que no quería compartirlo. No quiero dividir mi amor. Es mi todo, él es más que suficiente”, contó la costarricense, hija de padre estadounidense y abuelos alemanes. De allí su apellido.

Byers está presente en redes sociales donde muestra su nuevo trabajo en bienes raíces o un día relajado en el que baila junto a su hijo, en el que de manera espontánea sus mascotas aparecen en la grabación. Su Instagram, más allá de buscar monetizar creando contenido, como es usual en las plataformas de figuras conocidas, tiene más bien el propósito de ser su álbum de fotos digital, ese en el que repasa sus mejores recuerdos.

En entrevista con La Nación, Krystel, una mujer sonriente y tímida, conversó sobre su presente, uno en el que se acopla a una vida distinta, pero que con su forma de ser hace fascinante.

-Empecemos hablando de esta faceta como rescatista de animales de la que habla con tanta alegría…

Animal que nos tiran o aparecen, van para mi casa. En un principio me los dejaba, pero se hicieron demasiados. Aprendí que entre amigos podemos encontrarles casita, pues antes hacía todo solita. Ahorita bajé la cantidad de animales en mi casa: tenemos seis perros y 12 gatos. Contamos con bastante espacio.

-¿Cómo empezó este amor por los animales?

Me lo inculcaron mis papás, sobre todo, mi mamá y abuelita, que siempre tuvieron mascotas y andaban rescatando. Ahora en mi familia pasa lo mismo: mi esposo es 10 veces peor que yo y a Rocky le encantan, eso sí, es más gatuno que perruno. Si mi hijo ve un animalito con necesidad tenemos que parar a recogerlo para llevarlo a la veterinaria. Hemos rescatado gatos, perros, zarigüeyas, cocodrilos, culebras, pizotes, de todo.

“Con las zarigüeyas reviso si son hembras y si andan a sus bebés”.

-¿Cómo han sido los rescates de cocodrilos?

Han sido cocodrilos atropellados, entonces se llama al Minae. Pasa mucho con ellos, con tortugas y con las culebras. (Esto ocurría más cuando vivía en la playa).

-Es interesante, porque la mayoría de personas quizá ven esa escena y siguen su camino sin detenerse…

Nosotros somos los locos del barrio. Ahora mi esposo ve un animal en la calle y me dice: ‘no se baje, yo me bajo’.

-¿Sus mascotas son su manada o su familia?

Somos toda una familia. He estado a punto de encontrarle casa a los gatos y mi esposo dice que no, que ya somos familia. Ahora que vinimos aquí, voy a tomar un descanso de los rescates, pues tengo menos espacio. Aquí no me salen tantos animales como allá. No veo tantos perros necesitados, ni en la calle, gracias a Dios.

-Ahora hablemos de su vida profesional. ¿Cómo le ha ido con su trabajo en bienes raíces?

Soy socia de una empresa junto a un amigo. Se llama Costa Brava Real States. Mi amigo me ofreció ser parte del negocio y como ahora vivo en San José, estaba buscando trabajo; ya mi chiquito está grande.

“Aquí no tenía norte, estaba un poco desubicada. En la playa tenía una rutina y mis cosas (vinieron a San José por temas laborales de su esposo). Quedé como perdida. Andaba buscando qué hacer y Fofo Castro me ofreció eso. Yo estudié diseño de interiores, entonces lo relacionado con cosas de casas siempre me ha llamado la atención. Ahí voy, poquito a poquito, aprendiendo.

-¿Cómo son sus días en esta nueva vida?

Ahorita estoy empezando a trabajar, aprendiendo mucho; también dedicada a la casa, soy una loca de la limpieza, todavía estoy acomodando. En mis días siempre soy mamá 100%, entonces apenas mi hijo sale de la escuela, son tardes de estudio y de tareas. En cuánto a mi entretenimiento, como no estoy surfeando, ahora estoy patinando.

-Usted continúa siendo una figura muy conocida, ¿qué proyectos tiene en mente? ¿Le gustaría retomar la televisión o ponerse a crear contenido para marcas en redes sociales como hacen ahora muchas personalidades?

Prefiero hacer tele mil veces, me encantan los programas en vivo. El mundo virtual no me llama tanto.

-Siempre se ha mostrado como una mujer natural y aventurera que hace deportes que van desde surfear hasta hacer pole dance. ¿Cómo describe su estilo de vida?

Muy libre. Llevo una vida muy espiritual y conectada con la naturaleza.

-Ya su hijo tiene 10 años. ¿Cómo está él?

Está en cuarto grado. Le encanta vivir en San José. Le hace falta el mar, pero le encanta el clima de aquí.

-Cómo mamá, ¿que valores le inculca?

Que sea él, libre, que no deje que nadie quiera cambiarlo. Es un niño independiente que toma sus decisiones, así se lo he permitido; quiero que tenga seguridad en sí mismo.

-Krystel, a sus 43 años, ¿cómo vive y disfruta esta etapa de su vida?

Con bastante ejercicio en la casa. En San José me entretengo diferente que en la playa: camino mucho, con los perros antes corríamos por la playa, ahora caminamos bastante, nos vamos caminando a la escuela con Rocky, nos vamos todos.

-¿Y cuáles son sus aventuras en San José?

Aquí he estado escalando en las montañas de Santa Ana, explorando. Me regañaron por entrar a una propiedad a ver un río, tengo que acostumbrarme a las leyes de San José (risas).

-Tras casi 20 años de A todo dar, ¿qué alegrías le sigue dando el reconocimiento que le dejó el programa?

Increíblemente, no sé cómo, pero la gente todavía me reconoce. Me sorprendo. Hace poco fui a la ferretería y una muchacha me preguntó que si era Krystel, le dije que qué memoria. Me encanta que me saluden. El programa causó un lindo impacto para que la gente todavía lo recuerde.

-¿Mantiene amistad con sus excompañeras?

Sí, bastante. Hablo con Paola Calderón siempre, con las Aldana (Nidia y Nicole), con Cristina, Cata, Caro y Gipzy. Con las más que más hablo son con Nadia y Paola, con las demás nos piropeamos en Instagram. Con redes el contacto es más fácil.

-¿Qué metas le quedan por cumplir como mujer y profesional?

Ahorita no sé, uno es tan cambiante. Las personas cada siete años cambiamos, queremos diferentes cosas. Ahora empiezo una vida nueva en San José, estoy descifrando qué quiero y qué me gusta. Estoy con emoción e incertidumbre, pero feliz de estar acá.

“Me alegra que estoy más cerca de mis papás. Veo más a mi hermana, me metí a clases de equitación con ella. Vamos a una finca de unos amigos de mi hermana, ahí tratan a los caballos superbién, no los montan más de ciertas horas. Es más aprender a brincar, no se pone todo el peso en el caballo. No siento que sufran. Antes y después de la práctica los peinamos, los chineamos, les damos zanahoria y les hacemos trencitas. Ahora puedo hacer algo con mi hermana, antes no podía”.