Historias del Día de la Madre: Cuatro hijos que son inspiraciones de amor

Vida ajetreada: Las presentaciones inesperadas son lo más complicado en la vida de una madre artista con varios hijos

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“Fue bastante complicado, mis hijos menores se llevan muy poca edad. Cuando no estaba amamantando, estaba embarazada”, rememoró, entre risas, la cantante Iris Guzmán de la agrupación Senderos (música religiosa).

Esta mamá tiene 26 años de ser cantante. Su primera hija, Krisia, tiene 28; así que cuando Iris dio sus primeros pasos como artista, también empezó en la música; todo era nuevo para ella.

“Con Krisia todavía no cantaba en Senderos; lo hacía en un lugar en el centro comercial El Pueblo y era mucho más difícil porque era de noche el trabajo y de día eran los ensayos. Mi familia fue fundamental para salir adelante con el cuido de la niña”, contó Iris.

“Mi niña... recuerdo bien que en los ensayos la llevaba conmigo y ella se quedaba jugando en algún rinconcito; cuando la volvía a ver, ya se había quedado dormida en cualquier lugar”, agregó.

Iris hizo de todo para acoplarse a las exigencias de su profesión artística y realmente todavía no se explica cómo logró cumplir con todas sus responsabilidades; más aún cuando llegaron a su vida Roberto (19), María Lourdes (16) y José Pablo (14). Los niños nacieron con aproximadamente dos años y medio de diferencia.

“Fueron cerca de cinco años en que la situación fue complicada. Tenía a tres chiquitos muy pequeños que demandaban mucha atención y cuidado”.

Iris confiesa que todavía siente miedo de no cumplir su tarea como mamá. “Ser mamá es el mejor regalo que me dio Dios, pero me asusta mucho no ser la mejor madre para mis hijos”.

Las carreras nunca dejaron de ser la constante en su vida.

Con mucho cariño, revive una anécdota con su hija María Lourdes. “De todos, ella fue la que nunca quiso tomar chupón; entonces, no la podía dejar con nadie porque ella siempre quería pecho; siempre tenía que andar con una amiga o una hermana para que me ayudara y, en las presentaciones, tenía que parar en media misa, por ejemplo, y sacarme todo aquello para poder amamantarla”.